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Morante de la Puebla, el artista misterioso

El sorprendente adiós del torero deja numerosas incógnitas y aumenta su aureola de figura histórica

Un genio es aquel ser humano que es capaz de dejar con la boca abierta al resto del mundo. Ese es Morante.

Ayer, en la plaza de Las Ventas, de manera inesperada y entre la sorpresa general, se cortó la coleta y dijo adiós a la profesión tras pasear dos orejas que le garantizaban su salida a hombros por la Puerta Grande, la segunda en su larga carrera como matador de toros.

Pasadas las siete y media de la tarde, c...

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Un genio es aquel ser humano que es capaz de dejar con la boca abierta al resto del mundo. Ese es Morante.

Ayer, en la plaza de Las Ventas, de manera inesperada y entre la sorpresa general, se cortó la coleta y dijo adiós a la profesión tras pasear dos orejas que le garantizaban su salida a hombros por la Puerta Grande, la segunda en su larga carrera como matador de toros.

Pasadas las siete y media de la tarde, cuando recorría el ruedo madrileño entre el desmedido alborozo de los tendidos, y la arena quedaba regada de sombreros, nadie podía imaginar lo que sucedería un minuto después.

Y la plaza, la afición, la tauromaquia toda, dentro y fuera de las fronteras de este país, se quedó absorta, enajenada, conmovida, de modo que muchos se sintieron traspasados por un rayo estremecedor y pasaron de la felicidad suprema a la tristeza más dolorosa.

Pero… ¿Y este hombre…? ¡Que Morante se está cortando la coleta…! “¡No, no, no…!“, gritaban unos; ”¡Torero, torero, torero…!“, otros. Y con el alma muda, paralizados por el fogonazo recibido, los demás.

La temporada taurina ha debido ser -ha sido, según su círculo más íntimo- muy dura para el torero"

Desde el tendido no se vislumbraron las lágrimas que rodaban por las mejillas del torero, roto por dentro, con esa media sonrisa que se asemeja a un rictus de sufrimiento; y así, entre la incredulidad de todos los presentes, mientras la noticia corría por el mundo, Morante volvió a las tablas de la barrera, y se fundió en un abrazo con los suyos.

En el aire comenzaron a flotar las preguntas: ¿por qué? ¿Lo tenía previsto? ¿Hasta cuándo? ¿Será definitiva? ¿Una recaída en su enfermedad, tal vez? ¿Y la tauromaquia? ¿Y nosotros? ¿Seremos capaces de recuperar la ilusión para volver? ¿Este es el fin? ¿Se acabó la fiesta?

La temporada taurina ha debido de ser —ha sido, según su círculo más íntimo— muy dura. El torero padece una enfermedad mental grave definida por él mismo como “compleja, triste y dolorosa”, que le obligó a suspender la temporada del año pasado hasta en tres ocasiones. A pesar de ello, se anunció cinco tardes en el último abono de Sevilla y dos en la Feria de San Isidro, y su vuelta no ha podido ser más exitosa. Su compromiso con la tauromaquia es sincero, lo que le obliga a un esfuerzo cada tarde que se ha vestido de luces. El 10 de agosto sufrió una cogida en la plaza de Pontevedra que lo tuvo fuera de los ruedos más tiempo del previsto, y, por último, la organización del festival homenaje a Antoñete ha sido larga y complicada. Y Morante ha cumplido este mes de octubre 46 años, 28 de ellos como matador de toros, razones todas ellas suficientes para un lógico cansancio que pide a gritos un descanso.

Con toda seguridad, lo tenía previsto. De no ser así, no tienen explicación las lágrimas que le asaltaron en el callejón, instantes después de la voltereta que sufrió al iniciar una chicuelina en el toro del triunfo. La enfermería hubiera roto todos sus planes. Pero, ¿hubiera actuado del mismo modo si no hubiera conseguido las dos orejas? Esa respuesta solo la conoce el torero.

¿Hasta cuándo? El futuro no está escrito, pero no es lo mismo anunciar una retirada con un comunicado que cortarse la coleta en la plaza de Las Ventas en una tarde de gloria. El adiós parece definitivo.

¿Y, ahora, qué?

Las redes sociales están repletas de orfandad. Se acabó el toreo, dicen algunos. Morante nos ha dejado en shock, comentan otros.

No. Murió el rey de los toreros, Joselito el Gallo, y, contra todo pronóstico, la fiesta de los toros siguió viva; murió Manolete y aquí sigue. Se retiraron las grandes figuras de la historia y continúan llenos los tendidos.

Adiós a una época

Con toda seguridad, con Morante se despide una época, pero otros continuarán su legado y algún día aparecerá un sucesor que concite la misma unanimidad que el torero sevillano.

Si la fiesta pertenece al pueblo, qué sentido tiene brindarle la muerte de sus toros a dos políticos en activo"

El problema que suscita su retirada no es de los aficionados, que no perderán la ilusión, sino de los empresarios. El problema es, por ejemplo, confeccionar la feria de Abril de 2026 sin Morante en los carteles, y con toreros que garanticen el “No hay billetes” en las taquillas.

Por último, Morante ha hecho gala de una inteligencia fuera de lo común al decir adiós en pleno disfrute de la gloria. No es habitual, y solo los muy grandes acceden a ese privilegio. Pero como ser humano no está libre de errores, y dos de ellos se mezclaron este domingo con el triunfo: la muerte de su primer toro se la brindó a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y la del segundo al presidente de Vox, Santiago Abascal. Si el torero defiende que la fiesta pertenece al pueblo, y no conoce ideologías, qué sentido tiene mezclar en una corrida a dos políticos en activo.

Claro que los políticos se mezclan solos en cuanto atisban el más mínimo rédito electoral. El PSOE, sin ir más lejos, frenó en seco la ILP antitaurina no por amor a los toros, sino por las consecuencias en las urnas de una decisión contraria. Y el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, aprovechó la jornada de ayer para escribir el siguiente mensaje en su cuenta de X: “Morante ha dibujado el arte con su verónica y su genuino toreo en la historia de la tauromaquia para la eternidad. Un genio nacido en La Puebla del Río que le ha dado todo a la Fiesta. Gracias, Maestro. Tu tierra te quiere y te admira”.

De las palabras de Moreno se podría concluir que el Gobierno andaluz ya tiene en Morante a un serio candidato como Hijo Predilecto de Andalucía 2026.

Mientras tanto, gracias al maestro retirado por lo mucho y bien que ha hecho por la tauromaquia, y que este artista grande y misterioso disfrute del merecido descanso.

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