Terapia: 10 formas de salvar el libro
Los editores pueden ser como los monjes de los monasterios que supieron avivar el fuego de la lectura. Decenas de ellos aportaron respuestas ante la IA en las Conversaciones de Formentor
Una guapísima sirena está llamando a los editores de nuestro tiempo. Una sirena que les susurra: ven a mí, soy Inteligente, soy Artificial, soy muy sexy, nunca me quejaré, crearé libros sin que necesites autores y no les tendrás que soportar más. Los traduciré sin que necesites traductores. Los editaré, los ilustraré, los maquetaré y promocionaré sin costes de personas porque lo haré todo. Y lo haré en pocos segundos.
Y ahí están los editores, como Ulises, preguntándose: ¿Vamos a sus brazos o nos atamos al mástil del barco para resistir? Las Conversaciones de Formentor reunieron estos d...
Una guapísima sirena está llamando a los editores de nuestro tiempo. Una sirena que les susurra: ven a mí, soy Inteligente, soy Artificial, soy muy sexy, nunca me quejaré, crearé libros sin que necesites autores y no les tendrás que soportar más. Los traduciré sin que necesites traductores. Los editaré, los ilustraré, los maquetaré y promocionaré sin costes de personas porque lo haré todo. Y lo haré en pocos segundos.
Y ahí están los editores, como Ulises, preguntándose: ¿Vamos a sus brazos o nos atamos al mástil del barco para resistir? Las Conversaciones de Formentor reunieron estos días en Aranjuez a decenas de editores y autores de toda Europa, una especie de junta médica que, tras analizar unas constantes vitales en entredicho, arrojaron una especie de decálogo terapéutico para salvarlo.
El diagnóstico de pulsaciones, tensión, oxígeno y colesterol es claro: el paciente no ha muerto, respira y vive, aunque algunas constantes dan señales negativas, especialmente en el mundo anglosajón: solo un 16% dedica hoy su tiempo libre a la lectura frente al 28% de hace dos décadas, según un estudio de la Universidad de Florida y el University College de Londres que citó Basilio Baltasar, director de la Fundación Formentor. También los hay positivos, como la recuperación tras la crisis, los 13 años de subidas consecutivas en España, el auge de algunos sectores y la reinvención de las librerías, como señaló Sergio Vila-Sanjuán, coeditor del Foro Edita Barcelona y responsable del suplemento cultural de La Vanguardia. El descenso en la capacidad de concentración y comprensión está en numerosos estudios y la IA amenaza el mundo editorial y la creatividad, como explicó Javier Gutiérrez, director general de la entidad de derechos VEGAP.
Por tanto, se abre paso la necesidad de una terapia y este es el decálogo de consejos para sanear al paciente y mantener la esperanza de una gran longevidad, incluso de inmortalidad.
- Relevancia irrenunciable del editor en el papel de aquellos monjes de monasterios medievales que supieron guardar y mantener la lectura y que hay que alimentar como un fuego sagrado. Los grandes del pasado supieron encontrar la equidistancia entre el lector y el autor con la conciencia de que importa el público, pero sobre todo la obra. Esa alianza debe pervivir.
- Factor clave: la imprevisibilidad: Gianluca Foglia, director editorial de Feltrinelli, se preguntó qué salvaría del mundo actual y se llevaría a un mundo nuevo. Y nos dio la respuesta: la imprevisibilidad, que es justo lo contrario del mundo de los datos. Se trata de encontrar ese libro que rompa los algoritmos y que sorprenda a los departamentos de marketing, dijo Juan Cerezo, editor de Tusquets. Claire Do Sêrro, directora editorial de ficción internacional en Editions Robert Laffont, nos recordó que la literatura literaria no es útil en los parámetros de un mundo que busca el beneficio inmediato, pero sí en algo más importante: es útil para el ser humano.
- La importancia de compartir en esta era de las redes: Nuevos espacios y formatos están ayudando a crecer: podcast, fiestas de lectura, fotos y recomendaciones compartidas en redes, incluso el fenómeno fan en torno a algunos autores y el papel de las librerías que se reinventan. Aurore Touya, editora internacional de Gallimard, recordó que ver a gente dispuesta a esperar una cola para que una autora como Chimamanda Ngozi Adiche le firme con sus dedos y su tinta en un papel da esperanzas. Puro mundo analógico.
- El gran nicho: ¡Atentos a los niños y jóvenes! Es lo que está creciendo y esos jóvenes lectores pueden darnos grandes sorpresas. Son un gran bolsillo de esperanza.
- Otro eslabón de nuestro tiempo: ¡Atentos a la nueva sensibilidad! Silvia Sesé, editora de Anagrama, agarró el toro por los cuernos y abordó la reflexión iniciada a partir de la frustrada publicación de El odio, de Luisgé Martín, y de la necesidad de conectar con los nuevos paradigmas o sensibilidades como los que han rodeado este caso. “El libro mantiene una fuerza en lo negativo y lo positivo, provoca una discusión social y hasta puede cambiar leyes o generar tsunamis. Creo que los editores debemos estar superatentos para recoger un cambio de sensibilidad”, aseguró.
- Se propone nueva etiqueta: “Edición humana en todo el proceso”, como defendió Claudia Casanova, editora de Ático de los Libros, en una intervención en defensa de la artesanía del proceso. Al igual que una etiqueta nos recuerda que el libro está hecho de forma ecológica y que respeta los bosques, urge una que aclare que está libre de IA.
- La élite cultural siempre pervive. Piero Salabe, editor senior de ficción de Hanser Verlag (Alemania), nos reveló que en Múnich hay torres de libros en la calle que nadie quiere acumular en pisos que hoy son más pequeños, pero que la lectura siempre fue privilegio de clase culta. El mercado de una minoría sigue mientras esa minoría exista.
- Libros que encuentran nuevos formatos. Aleksi Siltala, director editorial de la finlandesa Siltala reveló que allí y en Suecia el 40% del mercado ya es audiolibro. “Mi primo que nunca leía hoy oye dos libros a la semana en su tractor”. Pues bienvenido.
- Poner en valor la cultura europea, la excepcionalidad cultural, dijo Juan Cerezo, sin transigir con los formatos americano o la cultura Netflix. Y, dentro de ello, especialmente poner en valor el español. Miguel Aguilar, director editorial de Penguin Random House España, subrayó la importancia de una reunión de decenas de editores europeos que hablaban en castellano.
- Saber gobernar la IA, llevar las riendas: “La IA está, se va a quedar y vamos a tener que gobernarla, estamos obligados a luchar para contener el monstruo. Es ya una herramienta de las editoriales y quien no la use está perdiendo una oportunidad de hacer más con menos trabajo”, dijo Joaquín Palau (Arpa). Ante la inevitabilidad de su llegada hay que gobernarla, regularla y dominarla porque, como dijo María Lynch, directora de Casanovas&Lynch, es una amenaza para todo el ecosistema editorial a partir de solo dos, tres o cuatro empresas globalizadas que lo dominan.
Los 10 puntos de la terapia no solo ayudarán a salvar el libro si los editores enciendan la luz de ese monasterio guardián de las esencias, si avivan ese fuego eterno y nos sirven un buen menú. También acaso logren que nosotros, lectores, también conservemos las constantes vitales en perfecto estado de revista. Nos va la vida (mental) en ello.