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‘La vegetariana’, la impactante novela de la Nobel Han Kang, llega al teatro en Madrid

Daria Deflorian, actriz y directora italiana, estrena una versión del libro con una escenografía que respira soledad

“Una mujer insignificante”, como la define su marido, que, a partir de un sueño, empieza a poner su vida patas arriba. A la actriz y directora italiana Daria Deflorian (Tesero, Italia, 65 años) le impactó la belleza de ese personaje, el hecho de que esa mujer, la protagonista de La vegetariana, obra de la escritora surcoreana ...

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“Una mujer insignificante”, como la define su marido, que, a partir de un sueño, empieza a poner su vida patas arriba. A la actriz y directora italiana Daria Deflorian (Tesero, Italia, 65 años) le impactó la belleza de ese personaje, el hecho de que esa mujer, la protagonista de La vegetariana, obra de la escritora surcoreana Han Kang, premio Nobel de Literatura 2024, no fuera una heroína fuerte y gloriosa y que el cambio de su vida viniera a través de la actividad onírica y no de la razón. Le afectó de tal manera que se puso manos a la obra para llevar el texto al teatro. La vegetariana, adaptación de la propia Deflorian y Francesca Marciano, llega ahora a Madrid, donde se representará del 9 al 12 de octubre en el Teatro María Guerrero. En una escenografía con aire de hospital psiquiátrico, un espacio de puertas cerradas o entreabiertas, que respira soledad, Deflorian, en el papel de hermana de la protagonista, Paolo Musio, Monica Piseddu y Gabriele Portoghese dan vida a este desgarrador texto sobre la violencia que, en palabras de su directora, “sufrimos y ejercemos diariamente”.

Por suerte para Deflorian, Han Kang ganó el Nobel de Literatura dos semanas antes de su estreno a finales de octubre pasado en Italia. En una entrevista vía correo electrónico con este periódico, la artista, con una larga carrera en cine y televisión, confiesa su alegría porque el premio no condicionara todavía más la responsabilidad de llevar el texto al teatro. “La noticia fue una alegría inmensa, también por la atención que generó en torno a nuestro espectáculo, una atención que tanto necesita el teatro”, asegura Deflorian, que ha trabajado para que la función “no decepcionara a quienes habían leído la novela y a aquellos que no la conocieran”.

Ambientada en Corea del Sur, La vegetariana, editada en España por Random House, sigue a Yeonghye, una esposa diligente y discreta que sufre una metamorfosis radical cuando, tras unos sueños y pesadillas brutales, decide tirar toda la carne del frigorífico y hacerse vegetariana. Este será solo su primer acto subversivo en busca de una existencia más pura y cercana a la vida vegetal, ante la mirada estricta y violenta de su entorno.

A Deflorian le resuenan todavía las palabras del discurso de Han Kang cuando recogió el Nobel: “¿Es posible que los seres humanos sean completamente inocentes? ¿Hasta qué punto podemos escapar de la violencia?“. “Son preguntas que me inquietan y cada día en el teatro, como organismo vivo que es, se impregnan de nuestro presente”. La directora ha comprobado, a lo largo de este año de representaciones, también en Corea del Sur, el impacto profundo que, dice, genera en los jóvenes. “Es una novela que sienten cercana, a pesar de que —y esta es una de sus fortalezas— no es realista. Justamente por su carácter de ficción permite que esta historia se acerque a la verdad. Esa diferencia suya, sin intelectualismos ni banderas, esa diferencia natural es una de las fuerzas del personaje. Si Han Kang ha ganado el Nobel, si logramos hacer vibrar la sala, es porque muchas personas sienten la importancia de oponerse a la política violenta de muchos gobiernos del mundo”, reflexiona Deflorian.

La directora, que trabaja con los intérpretes como creadores del texto final, quiere abrir los ojos y oídos del espectador ante esa facilidad que existe de “someter al otro”. “Esto ocurre en las relaciones más íntimas, conyugales y familiares, pero los sueños de Yeonghye amplifican esa violencia y dejan entrever su trasfondo universal”, explica Deflorian, que se ha reservado el papel de hermana de la protagonista. “La primera vez que leí la novela, muchas páginas me impactaron, pero empecé a llorar al leer el capítulo de la hermana. ¿Por qué? Es uno de esos misterios que prefiero no desentrañar. Sé que ella es la única que intenta amar, aunque lo haga mal, aunque se equivoque a menudo, aunque admita sentimientos contradictorios y difíciles junto con los amorosos”, añade.

Deflorian comenzó a hacer política muy joven pero, después de entrar en una escuela de teatro sin muchas convicciones, el teatro se ha convertido en su lugar en el mundo. “Es mi manera de hacer política, no tanto como activista, sino buscando a través del arte un diálogo activo con el presente”, dice la directora, que advierte del peligro de que el shock inicial por el triunfo, hace ahora tres años, de la ultraderechista Giorgia Meloni haya disminuido. “Esto no es bueno. Meloni sabe hacer muy bien el doble juego entre aperturas democráticas y mostrar el lado fascista que lleva en su ADN. Nuestro sector, igual que otros fundamentales como la sanidad y la educación, recibe continuamente sacudidas que socavan la libertad y la investigación. Estamos resistiendo de todas las formas posibles”.

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