Pepe Lorente (’La estrella azul’): “En estos tiempos tan locos, la gente necesita huir de la oscuridad y buscar la luz”

El ganador del Goya a mejor actor revelación reflexiona sobre el éxito imprevisto de una película sencilla sobre un músico que se busca a sí mismo: “Nos escriben adolescentes y ancianos para darnos las gracias por contar esta historia”

El actor Pepe Lorente en Villanueva del Pardillo, Madrid, el pasado martes.Samuel Sánchez

La estrella azul tiene un efecto misterioso en el espectador. Esta película sencilla y sutil se queda dentro y no te suelta, dejando detrás un cierto estado de ánimo. Como si el ruido de alrededor molestara más que nunca. Nos sentamos con su protagonista, Pepe Lorente (Zaragoza, 44 años), para analizar el impresionante recorrido que ha tenido una película que costó 10 años sacar adelante, que cuenta la historia real de un músico joven de Zaragoza q...

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La estrella azul tiene un efecto misterioso en el espectador. Esta película sencilla y sutil se queda dentro y no te suelta, dejando detrás un cierto estado de ánimo. Como si el ruido de alrededor molestara más que nunca. Nos sentamos con su protagonista, Pepe Lorente (Zaragoza, 44 años), para analizar el impresionante recorrido que ha tenido una película que costó 10 años sacar adelante, que cuenta la historia real de un músico joven de Zaragoza que toca rockabilly, que viaja a la Argentina de la chacarera y del silencio de Atahualpa Yupanqui para buscarse a sí mismo y que a él le ha llevado a ganar el Goya a mejor actor revelación y a hacer coloquios y conciertos por España a los que asisten tanto ancianos como niños.

Pregunta. ¿Qué se siente siendo un actor revelación con 44 años?

Respuesta. Llevo desde los 17 actuando y desde 2012 viviendo solo de la actuación. Pero este premio ha llegado en un buen momento: porque es cuando ha sucedido, porque lo he recibido tranquilo y porque ha sido con este papel y con esta película tan maravillosa.

P. ¿Qué es La estrella azul?

R. Es una película que habla sobre un personaje que busca, que hace un viaje físico para intentar caminar hacia la luz. Un rockero español que conoce en Argentina a un anciano folclorista con el que forma un dúo quijotesco con todos los visos de ser un fracaso comercial. Es una historia a medio camino entre el mundo material y lo espiritual. Tiene algo intangible que tiene que ver con salir del ruido que nos rodea para, a través de la pausa y el silencio, buscar la esencia, los sueños, la vocación, el amor.

P. ¿Esperaban el reconocimiento y la conexión con el público que ha tenido?

R. Nunca sabes. Fue un rodaje muy largo, muy complicado, pasamos muchas penurias, una pandemia, la devaluación del peso argentino… pero fue también mágico. En cada escena buscábamos la pepita de oro y creo que eso se nota. Por otro lado, estamos en un momento de la historia con tanta oscuridad y tanto dolor que la gente ha conectado con una historia que muestra que es posible salir de las sombras. O, al menos, intentarlo. Son unos tiempos tan locos que la gente necesita huir de la oscuridad y buscar la luz.

P. La película les ha llevado a dar charlas, a hacer más de 30 conciertos, les escriben espectadores de medio mundo…

R. Es emocionante y sorprendente. Nos mandan dibujos de niños sobre la película, nos escriben adolescentes y jóvenes, gente con problemas de salud mental… Y nos dicen mucho que es una película que nutre. El otro día, en un coloquio, una mujer de 92 años se levantó y dijo que la película y la charla eran lo mejor que había pasado por su pueblo en mucho tiempo. Es curioso que una obra que gira en torno a la introspección, al hermanamiento con uno mismo y con la música esté conectando con un público tan amplio. Creo que tiene que ver con los sueños, con los anhelos, con la trascendencia de la vida. Mucha gente me ha escrito diciéndome: “He vuelto a la carpintería, otra vez estoy tocando la guitarra, he llamado a mi hermano después de años sin hablarnos”. Está siendo todo bastante increíble.

P. ¿Por qué quiso interpretar a Mauricio Aznar?

R. El proceso de esta película es muy largo. Cuando el director, Javier Macipe, tenía 18 años y estudiaba cine conoció a la madre de Mauricio Aznar, un músico de la Zaragoza de los años 80 y 90 que murió muy joven, con 36 años. Ella le pidió que hiciera una película sobre su hijo. Él nunca lo olvidó y muchos años más tarde escribió el guion, que llegó a mis manos. Me pareció lo más hermoso que había leído nunca, pero ni siquiera pensé que podía interpretarlo porque físicamente no me parecía nada a Mauricio. Años después de aquello, cuando empezó la fase de cástings y Javier ya había visto a más de 600 actores, de pronto se acordó de mí, me llamó, me presenté a las pruebas y me cambió la vida.

Pepe Lorente, como Mauricio Aznar en 'La estrella azul'.

P. Usted no sabía tocar la guitarra.

R. No, ni me parecía a Mauricio ni tocaba. Y toda la música de la película iba a ser en directo. Era como dar un triple salto mortal. La verdad es que en algunos momentos sentí terror. Mauricio era una persona muy querida y muy conocida en Zaragoza, y me daba pánico no estar a la altura. Cuando sus amigos me veían, tanto aquí como en Argentina, me decían: “Ah, no, no te pareces a Mauricio, pero al menos serás músico, ¿no?”. Y yo tenía que responder que no, que tampoco. Cuando su madre, después de ver la película, me dijo que había visto ahí a su hijo, sentí una enorme paz.

P. ¿Qué le ha aportado este papel?

R. Me obligó a esforzarme como nunca. Me puso totalmente al límite. Perdí 17 kilos. Aprendí a tocar la guitarra. A cantar. Han sido muchos años dentro de este personaje. Cuando logras subir montañas así te das cuenta de que eres capaz de hacer muchas cosas que no creías posibles.

P. Tanto Javier Macipe como usted hicieron largos viajes a Argentina recreando el de Mauricio Aznar. ¿Qué encontró allí?

R. Llegué a un mundo muy humilde en lo material en el que la música es el centro absoluto de la vida y de la familia. Desde niños todos cantan, bailan, inventan canciones. Y se dedican tiempo. A mí me ayudaron a convertirme en músico en un momento en el que sentía mucha angustia por dar la talla. La gente recordaba perfectamente a Mauricio. Me decían que se quedaba muchas horas de pie, con su camisa blanca, en silencio, como si estuviera buscando algo importante. La película va también de eso, de estar callado y abierto a escuchar. Es una invitación al silencio.

Cuti Carabajal y Pepe Lorente, en 'La estrella azul'.

P. ¿Es la historia de un ganador o la de un perdedor?

R. Él no consiguió posición social, ni mucho dinero, ni demasiada fama. Y murió joven y en circunstancias trágicas. Pero Mauricio para mí representa al artista auténtico. Y tendió puentes que luego los demás hemos cruzado. Uno muy claro, con América Latina. En octubre vino Cuti Carabajal a Zaragoza y tocamos chacareras en la Plaza del Pilar delante de 20.000 personas. Su música ahora se escucha más que nunca.

P. ¿Qué es la autenticidad?

R. Buscar tu voz aunque no encaje con los parámetros del éxito. Mirar dentro de uno mismo y comprometerte con tus necesidades más profundas, no con el aplauso fácil. Ser consciente de las cosas, hacer un esfuerzo por estar presente, tener relaciones con los demás que sean auténticas, significativas, amorosas, cuidadosas.

P. ¿Dónde está la estrella azul?

R. En perseguir los caminos propios. Todos tenemos uno.

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