25 años descubriendo a las promesas del arte español: ¿hay vida después de la primera exposición?

La Casa Encendida de Madrid celebra con varias muestras el cuarto de siglo de la iniciativa ‘Generaciones’, con la que artistas menores de 35 años han tenido su primera oportunidad

Una de las salas donde se exponen las obras de 'Generaciones' 2025.La Casa Encendida, Maru Serrano, 2025

Noela Covelo, Isabel Merchante, Tana Garrido, Álvaro Chior, Mar Reykjavik, Elián Stolarsky, Javier Velázquez y Marina González esperan a ser entrevistados junto a sus obras en dos de las salas de La Casa Encendida de Madrid. Nacieron entre 1989 y 1999, en distintas partes del mundo. Es probable que su nombre no les suene, pero están convencidos de que llegará el día en que sean conocidos porque van a dedicar sus vidas al arte. Son los elegidos para la 25º edición de Generaciones, la iniciativa con la que La Casa Encendida lleva un cuarto de siglo promocionando artistas menores de 35 años.

Todos estos creadores consiguieron una beca con la que pudieron hacer las piezas que ahora exponen, un dinero sin el que tal vez no lo habrían conseguido. Han logrado la visibilidad de un espacio reconocido en la capital por el que pasarán cientos de personas hasta el próximo 20 de abril. Pero ¿qué pasará después?

Piezas de los participantes en la iniciativa 'Generaciones' de La Casa Encendida, de los últimos 25 años.La Casa Encendida, Maru Serrano, 2025

Una respuesta con cierta esperanza se encuentra en las salas de La Casa Encendida donde se muestra Veinticuatro años y un día, la exposición que recupera las obras de los artistas que han formado parte de Generaciones en el último cuarto de siglo. “Todos están aún en activo”, explica Rocío Gracia Ipiña, la comisaria, y miembro del equipo fundacional de esta institución cultural. “Otra cosa es en qué circuitos. Si son las galerías, las ferias y las salas más frecuentadas”, apostilla. O sea, aquellos espacios que no quedan en los márgenes y que, en ocasiones, parecen ser los únicos en los que se valida el trabajo o la carrera de un artista plástico.

¿En qué condiciones? En España, “más del 45% de los artistas afirma que sus ingresos totales anuales, ya sea por actividades artísticas o de otra índole, se sitúa por debajo de los 8.000 euros, es decir, por debajo del salario mínimo interprofesional en España”, según el estudio La actividad económica de los/las artistas en España, coordinado por los profesores Isidro López-Aparicio (Universidad de Granada) y Marta Pérez (Universidad Antonio de Nebrija), en 2017. Un dato que se centra en las artes plásticas y que a su vez es extensible a gran parte del sector cultural: “Solo el 23% de los artistas supera los 1.000 euros brutos al mes”, según el informe de casi 300 páginas de la Fundación de Artistas Intérpretes, Entidad de Gestión de Derechos de Propiedad Intelectual, publicado en 2024.

“Pero esto no solo pasa en España”, apunta Gracia, “en muchos otros países hay iniciativas como Generaciones y son muy necesarias para que muchos creadores pongan en marcha sus carreras”. En los 25 años del certamen, el formato se ha ido adaptando a las demandas del sector. “Se ha acompañado por un programa de becas hasta llegar al formato actual, que trabaja sobre propuestas artísticas en lugar de sobre la selección de obras terminadas y en un modelo que evoluciona desde las necesidades de visibilidad a las de apoyo a la producción en una escena cada vez más densificada y de intercambio regular en el marco europeo”, continúa la comisaria.

'Enredos', una de las muestras de Eva Fàbregas, en el Centro Botín de Santander. BELÉN DE BENITO (CENTRO BOTÍN

Las conclusiones las sacarán los visitantes en un recorrido que, al contrario de lo que son las obras, recurre al discurso clásico. “La exposición presenta las obras a partir de una reinterpretación de los géneros establecidos por las Academias de Bellas Artes: retratos, bodegones, paisaje, historia y costumbrismo”. Gracia, cuenta, no pretendía hacer un trabajo de historiadora “en busca de desaparecidos”. Su intención, asegura, siempre ha sido llenar los espacios de La Casa Encendida con artistas cuyo trabajo continúe. En este caso, no tuvo problema porque todos siguen con sus creaciones.

June Crespo posa al lado de algunas de las piezas de su muestra en el Guggenheim de Bilbao. Álex Iturralde

Hay varios ejemplos: Eva Fàbregas ha expuesto en el MACBA, en el Centro Botín y en el CA2M de Madrid. June Crespo firmó una muestra individual en el Guggenheim de Bilbao en 2024. Pedro G. Romero es el último Premio Nacional de Artes Plásticas. Teresa Solar se hizo el año pasado con el parque elevado de The High Line, donde expuso la escultura Birth of Islands, y su trabajo también se pudo ver en el MACBA. La lista es larga y sirve, en palabras de la comisaria, “para saber cuánto hemos cambiado, si es que hemos cambiado, en este cuarto de siglo. La hipótesis se plantea como juego: averiguar si se produce una evolución de las estrategias y los lenguajes con los que se abordan preocupaciones que perviven”.

Marina González Guerreiro pasa al lado de su obra 'Lo que tarda un ________ en caer al _________', 2024, en La Casa Encendida.Cortesía La Casa Encendida Maru Serrano

Generaciones se ha convertido en ese espacio en el que se ha abordado la experiencia de las diásporas, la memoria y lo colonial, la formación de la identidad y de los lazos comunitarios, uno de los debates en los que está sumergido el sector del arte más institucional desde hace un lustro. Es también el foro donde se han encontrado todos aquellos colectivos que desde el franquismo, aunque los creadores no vivieran este periodo de la historia de España, han sido marginados. Un lugar para la experimentación de los materiales. Y un sitio, como resume la primera pieza de la retrospectiva, un aluminio con la frase Cabrón con suerte, firmada Fernando García (Madrid, 1975), de la Generación 2006, para exprimir la fortuna en el complicado sector del arte.

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