Mina El Hammani, actriz: “Yo nunca he ido al cine con mis padres, jamás”

La intérprete, que destacó en series como ‘Élite’, es ahora una espía en el ‘thriller’ ‘Raqa’, dirigido por Gerardo Herrero. “Que alguien te conozca antes de presentarte para mí es trágico”, dice

Mina El Hammani, retratada en el Hotel Urso, Madrid, el 11 de noviembre.Pablo Monge

Transparente, lúcida, luchadora… Mina El Hammani (Madrid, 30 años) es una actriz de poso y carácter que labró un sueño imposible entre las aspiraciones de una familia de inmigrantes marroquíes. Ha conocido muy joven las consecuencias de un fenómeno global como Élite, antes fue fichada para El príncipe, fue poli en Servir y proteger y ahora espía en Raqa, de Gerardo Herrero, un thriller basado en la novela de ...

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Transparente, lúcida, luchadora… Mina El Hammani (Madrid, 30 años) es una actriz de poso y carácter que labró un sueño imposible entre las aspiraciones de una familia de inmigrantes marroquíes. Ha conocido muy joven las consecuencias de un fenómeno global como Élite, antes fue fichada para El príncipe, fue poli en Servir y proteger y ahora espía en Raqa, de Gerardo Herrero, un thriller basado en la novela de Tomás Bárbulo Vírgenes y verdugos, sobre el fanatismo, el caos global y la ley mercenaria que rige en Oriente Próximo.

Pregunta. Leí que hubo un tiempo en que usted tenía pánico a las entrevistas, espero que se le haya pasado.

Respuesta. Sí, lo tuve, pero se me ha pasado por completo.

P. ¿Cómo?

R. Con madurez, experiencia y sin importarme el qué dirán.

P. Con 30 años, ¿ha madurado o está madurando?

R. Voy aprendiendo con las situaciones que una vive, en mi caso, con Élite, experimenté el hecho de saber colocarme ante un fenómeno que fue un fenómeno mundial.

P. ¿Una prueba para cabezas frías?

R. Sí, porque la gente suele imaginar lo que tú eres y luchar contra eso puede resultar demoledor.

P. ¿Qué cree que piensa la gente de usted? ¿Le molesta que la vean más como un personaje concreto que una persona?

R. La gente da por supuestas algunas cosas, irrealidades y eso me genera no llegar a sentirme una persona, sino una figura de barro que cualquiera puede tocar para modificar la forma a su gusto. Nadie te prepara para esto.

P. ¿No existen hoy en las escuelas de actores dos asignaturas: una para afrontar la fama y otra para aceptar el fracaso?

R. No. Y deberían. Totalmente. Yo se lo advierto a mis amigos. El hecho de que conozcas a alguien y te diga, ya sé quién eres y no te deje ni siquiera presentarte, ostras, para mí, es trágico.

Mina El Hammani, el 11 de noviembre en el Hotel Urso de Madrid. Pablo Monge

P. Preséntese, usted, ¿quién es?

R. Soy Mina y me siento orgullosa de mi familia. Soy hija de inmigrantes que no tienen nada que ver con la cultura. Yo no he ido nunca al cine con mis padres, jamás. A mí, eso me viene muy bien, me pone los pies en la tierra.

P. ¿Cómo llegaron a España sus padres?

R. Mi padre entró de ilegal, no se iba a quedar aquí, pensaba ir a Francia y trabajó toda la vida en la construcción. Mi madre entró legal, en cambio, y se conocieron aquí. Ambos me enseñaron que la vida es esfuerzo, trabajo y que nadie va a llamar a la puerta de tu casa para ofrecerte mil euros.

P. También usted se tuvo que buscar la vida. Pero logró ser actriz, aunque no fuera al cine con sus padres…

R. Sí, desde los siete años. Mi madre me había dicho que podía llegar a ser lo que quisiera con trabajo y sacrificio, eso es muy marroquí. Yo se lo agradezco muchísimo, porque me agarré a eso desde niña.

P. No sé si las mujeres, en un entorno musulmán, lo tendrán más complicado…

R. Depende… Yo me he educado como musulmana. Mis padres siempre confiaron en mí, aunque no contaba mucho mi plan, porque la Mina se callaba. Al principio, cuando dije que quería ser actriz, hubo miedo, desconfianza, pero mi familia, a medida que conseguía cosas y no les pedía apoyo económico, al hacerme mi camino de manera honesta, sin poner piedras en el camino de nadie, con esa solidez, se fiaron. Para mí, eso es un orgullo. Hay que encontrar el momento y el lugar para que te escuchen.

P. ¿Entendieron bien que quisiera ser actriz, entonces?

R. Mi madre lo entendió, pero le costó. “A ver si te vas a tener que dar un beso con un chico”, me decía, cosas así. Mi padre se sintió muy orgulloso, pero hay cosas que no han visto. De Servir y proteger era fan, pero Élite no la vio. Me consta. Mi hermana ha visto todo y es muy crítica. Le han encantado Raqa, me dijo que era la primera vez que me veía interpretar a alguien que no era yo.

P. Hablando de Raqa… Es todo mucho más caótico desde las estructuras de quienes deben controlar la situación, ¿estamos a expensas de mercenarios?

R. Totalmente, ese descontrol viene también de la manipulación a la que somos sometidos. Es lo que más me llama la atención del proyecto, que cuenta eso. Cómo somos manipulados desde la política y también desde el amor, como les ocurre a las jóvenes musulmanas que acaban en el califato. Ese caos acaba por hacer que hasta confiemos en monstruos.

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