Muere Gena Rowlands, diva del cine independiente y musa de John Cassavetes
La actriz, que padecía alzhéimer, ha fallecido este miércoles a los 94 años en su casa de Indian Wells
Gena Rowlands ha muerto este miércoles en su casa de Indian Wells, California, a los 94 años. La actriz de Una mujer bajo la influencia, que padecía alzhéimer, fue una de las grandes divas del cine independiente estadounidense entre 1960 y 1980 y protagonizó una decena de cintas dirigidas por su marido, el también actor John Cassavetes, fallecido en 1989. Para las generaciones más jóvenes, Rowlands es un rostro familiar gracias a su papel en The Notebook (El diario de Noa), el taquillazo de 2004 protagonizado por Ryan Gosling y Rachel McAdams y que dirigió su hijo, Nick Cassavetes.
La muerte ha sido confirmada por su familia, que estaba presente este miércoles en la casa de la prolífica actriz y de su segundo esposo, el empresario Robert Forrest. Nick Cassavetes ya había revelado en junio, durante una entrevista con Entertainment Weekly, que su madre padecía alzhéimer, enfermedad degenerativa que precisamente sufría su personaje en El diario de Noa.
“Logré que mi madre interpretara a una Allie mayor (el papel de Rachel McAdams), y pasamos mucho tiempo hablando del alzhéimer y de cómo su papel podría sentirse auténtico. Y ahora, en los últimos cinco años, ha sufrido esta enfermedad ella misma”, contaba Nick Cassavetes, dos décadas después del estreno del filme romántico. “Es increíble lo que vivimos, cómo lo interpretó, y ahora pesa sobre ella”, dijo a la revista el director, quien también dirigió a su madre en su ópera prima, Unhook the stars (Volver a vivir, 1996) y en otras dos películas, siendo la última Yellow, en 2012.
Cassavetes y Rowlands comenzaron como pareja en 1954, se casaron tras salir durante cuatro meses y no se separaron hasta que el director murió de cirrosis en 1989. El matrimonio fue duro. Tenían una relación tempestuosa, llena de peleas y malentendidos, según contó el crítico estadounidense Ray Carney en el famoso libro Cassavetes por Cassavetes (Anagrama, 2004). “Teníamos fricciones en cuanto a estilo de vida y gustos. No estábamos de acuerdo absolutamente en nada”, admitió el director.
La pareja dejó una considerable filmografía conjunta, una decena de títulos de una escuela de nuevo realismo que son material obligatorio para cualquier amante del cine. En la lista están, entre otras, Faces (Rostros), Opening Night (Noche de estreno), Love Streams (Corrientes de amor), Shadows (Sombras), Minnie and Moskowitz (Así habla el amor) y el clásico de 1974 A woman under the influence (Una mujer bajo la influencia), junto a Peter Falk, el actor que hizo famoso al detective Colombo y también amigo recurrente del cine de Cassavetes.
Mención aparte merece Gloria, un thriller de 1980 que su marido escribió para Rowlands, pero que pensaba que dirigiría otra persona. El proyecto, de una madre perseguida por la mafia de Nueva York, finalmente cayó en sus manos y se convirtió en otra de sus películas más celebradas, con una gran acogida entre la crítica. Ganó el León de Oro de Venecia de aquel año.
Rowlands fue nominada por Gloria a mejor actriz en los Oscar de 1981, pero lo perdió frente a Sissy Spacek por su papel en Quiero ser libre, la cinta biográfica de la cantante de country Loretta Lynn. Fue la segunda y última nominación para Rowlands, que aspiró antes a la estatuilla por Una mujer bajo la influencia, quizá la colaboración más famosa del dúo Rowlands-Cassavetes. En la película, un obrero de la construcción (Falk), se ve obligado a cancelar una cita con su mujer, Mabel (Rowlands), lo que pone en marcha las tensiones internas dentro del matrimonio y sus tres hijos.
“Me gustó mucho ese guion. Era un personaje muy difícil, pero me gustan los papeles difíciles”, aseguró Rowlands a Los Angeles Times en 2015, refiriéndose a Una mujer bajo la influencia, por la que Cassavetes también consiguió estar nominado a mejor director (también perdió). Su Mabel era una mujer mentalmente enferma e incontrolable, un papel que la llevó a ser venerada por muchos de sus compañeros de oficio.
La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas entregó a Rowlands el Oscar de honor en 2015. Era un reconocimiento a su trayectoria, llena de personajes cotidianos con intensos mundos interiores, de manerismos y, en ocasiones, de formas exageradas. Una prolífica carrera que incluyó también trabajos con Paul Schrader (Rock Star, 1987), Woody Allen (Otra mujer, 1988), Jim Jarmusch (Noche en la tierra, 1991), Mira Nair (Ciegas de amor, 2001) y Frédéric Auburtin y Gérard Depardieu (Paris, je t’aime, 2006), en un capítulo donde se reencontró con Ben Gazzara, otro de los grandes amigos y fetiches del cine de su primer marido. La actriz recogió el premio en noviembre de aquel 2015 en una ceremonia en la que también fueron distinguidos el director Spike Lee y la actriz Debbie Reynolds.
Rowlands, nacida en Minnesota, llegó a Nueva York en 1950 para estudiar en la Academia Americana de Artes Dramáticas, ubicada en Carnegie Hall. Pero la experiencia fue breve. La actriz abandonó la institución un año más tarde porque no podía pagarla. Su estancia fue suficiente para cambiar su vida, ya que fue ahí donde vio por primera vez a Cassavetes, aunque el romance llegaría cuatro años más tarde.
Su debut en la pantalla grande fue en 1958 en la película del puertorriqueño José Ferrer Cómo superar el alto coste de la vida, y después el wéstern Los valientes andan solos (David Miller, 1962), junto a Kirk Douglas. A ellas siguieron obras de teatro, películas y series de televisión. Rowlands ganó tres premios Emmy y varias distinciones de la crítica nacional e internacional. “Siempre tuve mucha suerte, pero no me la merecía necesariamente”, aseguró humildemente la actriz en una entrevista de 2016 sobre su trayectoria.