Lluís Homar dejará la dirección de la Compañía Nacional de Teatro Clásico en diciembre tras la polémica por sus retribuciones

El Ministerio de Cultura reconoce que debe mejorarse la transparencia de las contrataciones artísticas y anuncia que convocará un proceso de selección para elegir un sucesor

Lluís Homar, director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, retratado en Sevilla en 2022.PACO PUENTES (EL PAIS)

La polémica por las retribuciones irregulares de Lluís Homar al frente de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) ha derivado finalmente en su salida del cargo. El Ministerio de Cultura, a través del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem), ha llegado a un acuerdo con el actor y director por el cual dejará su puesto como responsable de la CNTC el 31 de diciembre de 2024, según ha anunciado el Inaem este jueves en un comunicado. La nota remarca que no se trata de una destitución, sino de un pacto entre ambas partes. El organismo convocará próximamente un proceso de selección público para elegir al sucesor de Homar.

El Inaem abrió el mes pasado un expediente de actuaciones previas después de que Homar reconociera públicamente que había cobrado un total de 50.000 euros por labores de dirección artística que no realizó en tres producciones de la CNTC estrenadas en 2021 (Antonio y Cleopatra, Esta primavera fugitiva y Caravaggio, Vermeer y Velázquez). En realidad, fueron pagos por trabajos que hizo como actor en dos montajes (Antonio y Cleopatra y El príncipe constante) porque administrativamente el organismo no podía pagarle como intérprete mientras estuviera al frente de la CNTC. Según el contrato que firmó cuando fue nombrado en 2019, Homar solo podía cobrar por labores de dirección de espectáculos, con un tope anual de 50.000 euros, que se sumarían a los 79.586 euros que percibe como salario fijo.

Los pagos irregulares se produjeron cuando el organismo estaba dirigido por Amaya de Miguel. En 2022 ella dimitió y fue sustituida por Joan Francesc Marco, que a su vez fue relevado por Paz Santa Cecilia el pasado enero tras el nombramiento de Ernest Urtasun como ministro de Cultura unos meses antes.

En declaraciones a EL PAÍS esta misma semana, Homar explicó que todo se hizo de acuerdo con el Inaem. “No ha habido ningún sobresueldo por un trabajo que se no haya hecho ni ninguna voluntad de sacar un dinero que no fuera el que correspondiera. Hemos ido de la mano desde el principio hasta ahora mismo, buscando siempre fórmulas para sacar adelante el trabajo”, aseguró. En el comunicado, el Ministerio de Cultura asegura que la investigación “ha constatado la existencia de documentación completa en los expedientes de contratación, expedida por los órganos competentes y fiscalizados de acuerdo a ley”. Es decir, admite lo declarado por Homar. Pero por otra parte, la nota reconoce que “son mejorables los procedimientos para dotar de mayor seguridad jurídica y transparencia a las contrataciones artísticas de la Compañía Nacional de Teatro Clásico”.

En el comunicado, el Ministerio de Cultura admite también que esas mejoras en los procedimientos de contratación deben formar parte de una reforma reforma integral del Inaem para modernizar y actualizar sus sistemas de gestión, algo en lo que el departamento de Urtasun asegura que ya está trabajando y que antes ya intentaron varios de sus antecesores sin que nunca se haya llegado a ejecutar. Es lo que el sector de las artes escénicas lleva años pidiendo para un organismo aquejado de falta de personal y una rigidez administrativa incompatible con la actividad artística, que ha derivado en huelgas, protestas de los trabajadores y algunas dimisiones de altos cargos. En los últimos años los sindicatos han denunciado retrasos de pagos al personal artístico o la dificultad para cubrir bajas, entre otros problemas. También dificulta las giras de los espectáculos de los centros de producción escénica dependientes del Inaem (Centro Dramático Nacional, Compañía Nacional de Danza, Ballet Nacional de España y Teatro de la Zarzuela), lo que ha derivado en la externalización de las giras a través de coproducciones con compañías privadas.

El actual equipo de dirección del Inaem asegura que no tenía conocimiento de pagos a Homar por trabajos no realizados. El pasado abril, el organismo anunció inicialmente que se le iba a renovar el contrato tras expirar el próximo 31 de agosto los cinco años que firmó en 2019, con posibilidad de de prórroga de hasta un máximo de tres. Pero ya entonces el Inaem le especificó que su papel principal “debía ser el de director de la CNTC (pudiendo dirigir o versionar como hicieron anteriores directores de la unidad), quedando excluida la posibilidad de actuar en producciones teatrales durante los próximos tres años a partir de la temporada 24/25″, según explicó un portavoz del Inaem.

Finalmente la renovación no se va a producir, aunque Homar se mantendrá al frente de la compañía hasta diciembre, cuando se espera que el proceso de selección de su sucesor se haya resuelto. El Inaem subraya que la salida de Homar no pone en cuestión “la calidad” de su proyecto artístico para la CNTC, “que ha ofrecido una lectura contemporánea del teatro clásico español, así como diversas relaciones y diálogos con el teatro clásico internacional”.

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