Paul McCartney recupera el legendario bajo con forma de violín que perdió al separarse los Beatles
El artista compró el bajo eléctrico, de la marca Höfner, en 1961. Una campaña global ha conseguido encontrarlo y devolvérselo a su propietario original
Los seguidores de The Beatles lo reconocerían de inmediato. El bajo eléctrico con forma de violín que tocaba Paul McCartney era un sello más de la identidad del grupo. De la marca Höfner, lo compró en 1961 por treinta libras de la época (añadiendo la inflación, hoy serían casi mil euros) en Hamburgo, donde la banda pasó casi dos años tocando en clubes. Su forma simétrica, que facilitaba su manejo a un compositor y cantante zurdo como McCartney, hizo que de inmediato se convirtiera en un fetiche favorito. Casi medio siglo de...
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Los seguidores de The Beatles lo reconocerían de inmediato. El bajo eléctrico con forma de violín que tocaba Paul McCartney era un sello más de la identidad del grupo. De la marca Höfner, lo compró en 1961 por treinta libras de la época (añadiendo la inflación, hoy serían casi mil euros) en Hamburgo, donde la banda pasó casi dos años tocando en clubes. Su forma simétrica, que facilitaba su manejo a un compositor y cantante zurdo como McCartney, hizo que de inmediato se convirtiera en un fetiche favorito. Casi medio siglo después de que lo perdiera, una campaña global ha logrado recuperar el instrumento y devolverlo a su propietario original.
El bajo se extravió poco después de que la banda se separara en 1970. Se especuló con que había sido robado en los estudios de Abbey Road, o en el local que la banda usaba para sus ensayos en Savile Row (en el edificio en cuya azotea realizaron aquel legendario concierto sorpresa, donde un McCartney tocaba el Höfner 500/1). El propio cantante y la casa Höfner aseguran que el hurto se produjo el 10 de octubre de 1972, en el barrio londinense de Notting Hill, durante el traslado en furgoneta de parte del material de la banda, que ya había dejado de existir por entonces.
Nick Wass, un ex comercial y diseñador de guitarras eléctricas que trabajaba para Höfner, y el matrimonio de periodistas Naomi y Scott Jones, todos ellos fervientes seguidores de la banda de Liverpool, lanzaron la campaña Lost Bass Project (Proyecto del Bajo Perdido), y consiguieron activar una búsqueda global del instrumento, jaleada por los medios de comunicación y una beatlemanía que nunca ha desaparecido.
El bajo ha permanecido durante todos estos años acumulando polvo en el ático de una familia del barrio de Hastings, en la capital británica. Ruaidhri Guest, el hijo de 21 años, ha revelado la noticia de la aparición del instrumento en las redes sociales. “A mis amigos y familiares, heredé este instrumento que ya ha sido devuelto a Paul McCartney. Compartid la noticia”, ha escrito en X (antes Twitter).
Paul McCartney, de 81 años, ha confirmado la noticia en su página web oficial. “Después del lanzamiento el año pasado del Proyecto Bajo Perdido, la guitarra Höfner 500/1 de 1961 de Paul, robada en 1972, ha regresado. El bajo ha sido autentificado por Höfner y Paul está increíblemente agradecido a todos los que han hecho posible esto”, dice un comunicado.
Cuando se lanzó el proyecto, los organizadores llegaron a recibir más de seiscientas llamadas y correos electrónicos con posibles pistas sobre el paradero del bajo. Después de filtrar los más relevantes, una fuente les llevó hasta un pub local. Al parecer, el ladrón comprendió de inmediato que la mercancía que manejaba era algo muy serio. Le pidio al dueño del local y de la vivienda que había encima que lo guardara. Allí permaneció, con esa familia, durante 51 años.
“Yo trabajé durante años con el equipo de Paul McCartney”, ha contado Nick Wass al diario The Sunday Telegraph. “Una vez hablé con él sobre su bajo Höfner, y nos preguntamos dónde habría ido a parar. Me dijo: ‘tú trabajaste en Höfner, ¿por qué no me ayudas a encontrarlo?’ Y aquella fue la chispa de esta gran aventura”, recuerda.
McCartney usó el legendario bajo para grabar temas como Twist and Shout, All My Loving o Love Me Do. En el caso de haber sido subastado, la cifra podría haber sido astronómica. En 1963, según han contado los responsables del proyecto, la guitarra de John Lennon (la que usó para componer I Want to Hold your Hand) desapareció después de una actuación de la banda en Finsbury Park en navidades. También medio siglo después, fue localizada. Se vendió en una subasta por más de 2,2 millones de euros.