Los restos humanos localizados en una zona de montañas de Los Ángeles pertenecen a Julian Sands

El actor británico había desaparecido en enero al noroeste de la capital angelina durante una excursión

El actor británico Julian Sands, en el Festival de Venecia en 2019.PIROSCHKA VAN DE WOUW (REUTERS)

Hace días que el final se dejaba entrever y, finalmente, el misterio se ha resuelto de la más trágica de las maneras. La mayoría de los restos humanos hallados por unos montañeros el pasado sábado en el monte Baldy, al norte de la ciudad californiana de Los Ángeles, pertenece efectivamente a Julian Sands,...

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Hace días que el final se dejaba entrever y, finalmente, el misterio se ha resuelto de la más trágica de las maneras. La mayoría de los restos humanos hallados por unos montañeros el pasado sábado en el monte Baldy, al norte de la ciudad californiana de Los Ángeles, pertenece efectivamente a Julian Sands, el actor británico de 65 años que el pasado enero se perdió en esa misma zona sin dejar rastro.

Así lo ha confirmado el departamento del alguacil del condado de San Bernardino, la jurisdicción a la que pertenecen esas montañas, después del análisis forense de la osamenta. El destino fatal de Sands —nacido en Otley, una pequeña localidad al norte de Leeds, en el corazón de Inglaterra, hace 65 años— le ha encontrado haciendo lo que más amaba: caminar por sus queridas montañas. Unas montañas, eso sí, muy peligrosas, más de lo que pueden suponer los miles de excursionistas que pasean por allí cada año. Entre 2017 y 2022 los equipos de búsqueda y rescate han tenido que salir a ayudar a 233 personas, y ocho han perecido en sus escarpadas laderas, que superan los 3.000 metros. Sus temperaturas llegan a bajo cero en invierno y la nieve puede rozar los 40 centímetros de altura.

Fue precisamente en enero, el día 13, cuando se perdió el rastro del intérprete, aunque pasaron otros seis días hasta que la policía hizo público que él era uno de los dos excursionistas perdidos en la zona. “En algún momento de ese día se marchó para una caminata y, al no regresar, su familia denunció su desaparición”, dio a conocer entonces la portavoz del departamento del sheriff del condado de San Bernardino, Gloria Huerta, a la agencia AP.

Los agentes lograron dar en enero con ciertas señales del teléfono móvil de Sands, que señalaba a un popular camino denominado Baldy Bowl Trail, y fue en esa zona donde siempre tuvieron puesto el foco de las búsquedas. En enero, debido a los temporales que azotaron la región —los más intensos en cuatro décadas— y que dejaron heladas y hasta tres metros y medio de nieve, las patrullas tuvieron que parar. Pero desde entonces ha habido hasta ocho intentos de búsqueda a las que se han dedicado más de 500 horas. La última tuvo lugar el fin de semana del 17 de junio, cuando otra vez se echaron al monte brigadas, voluntarios, aviones e incluso drones escudriñando el lugar, de nuevo infructuosamente.

Esos mismos días, por primera vez en estos casi seis meses, la familia del actor hacía público su sentir a través de un comunicado: “Seguimos llevando a Julian en nuestros corazones con brillantes recuerdos de él como fabuloso padre, marido, explorador, amante de la naturaleza y las artes y como un original y colaborador actor”.

A lo largo de su extensa carrera, que arrancó a principios de los años ochenta, Sands participó en decenas de películas y series. Fueron los últimos años de esa década y los primeros noventa los más brillantes de su vida profesional, cuando llegaron los retos que le dieron la fama y que, años más tarde, le han permitido mantenerse como secundario en pequeños papeles. Fue sobre todo Una habitación con vistas, dirigida por James Ivory en 1985 y donde compartía protagonismo con una entonces debutante Helena Bonham-Carter, la que le dio la popularidad y por la que decidió mudarse a Hollywood para intentar triunfar. Y lo logró. Entonces llegaron Warlock, el brujo (1989), Aracnofobia (1990) y Leaving Las Vegas (1995). Los noventa ya le hicieron encadenar proyectos menores y pequeños papeles, aunque logró destacar en casi media docena de episodios de 24, en Romasanta (2004), de Paco Plaza con Elsa Pataky, o en un par de capítulos de Smallville, donde interpretaba al padre de Superman. Su último proyecto fue Séneca, una película dirigida por Robert Schwentke sobre el filósofo protagonizada por quien fue su mejor amigo, John Malkovich, desde hace 40 años; además, dejó un proyecto póstumo cuyo reparto lideraba, The Piper, una oscura versión de la popular fábula El flautista de Hamelín dirigida por Erlingur Thoroddsen que llegará a las salas este verano.

Precisamente John Malkovich habló sobre el que denomina su “más íntimo amigo” en la presentación de la cinta sobre Séneca en el festival de cine de Berlín el pasado febrero, apenas un mes después de la desaparición de Sands. En una charla con The Guardian, en la primera vez que hablaba en público sobre el desaparecido intérprete, contó que era “un veterano montañero y escalador”. “Siempre estaba vagando por el Kilimanjaro, o la Antártida, o los Andes, o los Alpes... era un montañero experimentado que había pasado por experiencias peligrosas”, explicaba sobre Sands, ya hablando de él en pasado. “Supongo que las condiciones particulares de ese día en el monte Baldy le llevaron a algún tipo de error inmediato y catastrófico que resultó irreversible. Eso me dice mi instinto. Pero él sabía las condiciones que había, y eso es lo que amaba. Encontraba un gran desahogo en todo ello”. “Es un tipo que creció en un páramo y, pese a ser alguien increíblemente erudito y brillante, siempre mantuvo esa parte suya algo salvaje”.

Sands era padre de tres hijos. El mayor, Henry, que participó en algunas de las misiones de rescate, es periodista y asesor de comunicación. Nacido en 1985, es fruto de su primer matrimonio junto a la escritora y periodista Sarah Sands, que fue directora de medios como Reader’s Digest y The London Evening Standard, de quien se divorció en 1987 tras tres años de matrimonio. Henry habló el pasado abril con el diario The Times sobre la desaparición de su padre, afirmando que era “realista” sobre cómo las condiciones climáticas extremas habían afectado a la búsqueda de su padre y dando las gracias por el amplio despliegue realizado.

John Malkovich es el padrino de Henry, y fue también él quien le presentó a Sands a la que fue su segunda esposa, Evgenia Citkowitz. La también periodista y escritora es estadounidense de padre israelí y madre aristócrata británica, a través de la que es descendiente de la conocida y millonaria familia Guinness, los fundadores del imperio cervecero. Sands y Citkowitz se casaron en 1990, residían en Los Ángeles y tenían dos hijas, Natalya, de 26 años, e Imogen, de 23.

La montaña era la gran pasión de Julian Sands desde hace décadas, por lo que la capital angelina y sus alrededores, con montes, veredas y cañones para hacer rutas de excursionismo, actividad muy practicada por los locales, eran una localización perfecta para él. En una entrevista con el diario británico The Guardian en 2020, Sands fue preguntado por su mayor miedo: “La inactividad, la inmovilidad, la enfermedad y el aburrimiento”. También contaba que su gran deseo era “escalar la cumbre del Himalaya” y recordaba el momento en el que estuvo más cerca de la muerte: “A principios de los noventa, en los Andes, nos pilló una tormenta atroz a más de 6.000 metros junto a otros tres [compañeros]. Todos íbamos muy mal. Algunos tipos cerca de nosotros murieron; tuvimos suerte”. Sands también tenía clara cuál era su mayor felicidad: “Estar junto a la cumbre de una montaña en una gloriosa mañana fría”.

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