Nueva etapa en el Reina Sofía: entre la herencia recibida y la incógnita
El recién nombrado director presenta una de las últimas exposiciones de su antecesor en el cargo y aplaza hasta después del verano los cambios en el museo de arte contemporáneo
Manuel Segade se ha estrenado este martes como nuevo director del Museo Reina Sofía con la presentación de Angela Melitopoulos. Cine(so)matrix, una de las últimas exposiciones temporales de la era Manuel Borja-Villel, su antecesor en el cargo. Después de las declaraciones pertinentes del gestor y de la artista, Segade ha atendido a la prensa y ha tenido que manejarse en ese delicado espacio de lidiar con la herencia recibida —que dirían en política, algo de eso incluye este cargo— y el proyecto...
Manuel Segade se ha estrenado este martes como nuevo director del Museo Reina Sofía con la presentación de Angela Melitopoulos. Cine(so)matrix, una de las últimas exposiciones temporales de la era Manuel Borja-Villel, su antecesor en el cargo. Después de las declaraciones pertinentes del gestor y de la artista, Segade ha atendido a la prensa y ha tenido que manejarse en ese delicado espacio de lidiar con la herencia recibida —que dirían en política, algo de eso incluye este cargo— y el proyecto que va a liderar durante los próximos cinco años que tiene de contrato.
Por delante, además de nombrar un equipo acorde a su proyecto, del que tampoco adelanta muchos detalles, tiene el reto de volver a reactivar un museo que lleva desde febrero, cuando se despidió Borja-Villel a medio gas. Algunos de los espacios que permanecen cerrados por la falta de vigilantes de sala son los que albergan parte de la colección permanente que el anterior director reordenó a finales de 2021. Segade se ha encargado de confirmar que esta disposición, que aún no ha cumplido ni dos años, “ya ha caducado. No es una colección permanente, era una exposición temporal”. El nuevo director retoma las palabras de su antecesor cuando, a la vez que presumía de un nuevo relato de la Historia del Arte en el que imprimió gran parte de su personalidad, justificaba que algunos de los capítulos desaparecerían.
“Es una obligación de una institución pública como esta que esos fondos roten. Es fundamental que el relato llegue al presente”, ha proseguido Segade. “Al director anterior le costó 15 años llegar a una propuesta final de colección. No es que yo quiera pasar 15 años, pero creo que tiene que ser una propuesta consensuada, tiene que llevar tiempo y tiene que incluir muchas voces”. Y en este punto, el nuevo director ha abordado con diplomacia una de las grandes polémicas que persiguió a Borja-Villel. Sus grandes críticos siempre le acusaron de dejar fuera a lo que consideraban grandes artistas españoles. “Este nuevo relato de la colección permanente tiene que representar una escena que, bueno, sabemos perfectamente, en parte no se sintió representada por esta última presentación”. Tema zanjado... por ahora.
Segade, de 46 años, se presenta vestido con un conjunto azul klein de un tejido que imita la pana, aunque de cerca parece mucho más ligero, acorde con las temperaturas de Madrid estos días. Lleva zapatillas de deportes grises y verdes. La primera carta de presentación ya marca una diferencia con su antecesor como director del centro de arte contemporáneo, Manuel Borja-Villel, que nunca fue un hombre de traje y corbata, pero que tampoco solía practicar las faldas o los pantalones amplios. Cambio de generación, cambio de estilo.
El nuevo director ya ha tomado posesión. Fue la semana pasada cuando firmó el contrato. Esta ha sido la única ceremonia —por llamarlo de alguna manera— que ha materializado un nombramiento que se produjo el 5 de junio y que un día después fue ratificado por el Consejo de Ministros. Ya acude a su despacho y, en tono de broma, cuentan en el Museo que ya recibe correos a una dirección propia. Nada más oficial que te funcione la tarjeta de entrada al trabajo y tener configurado el email. Tanto Borja-Villel como Miquel Iceta, ministro de Cultura, le han llamado y le han dado su bendición.
Segade lleva menos de una semana en el cargo, pero la primera pregunta ya estaba preparada: ¿Esta exposición encaja con su propuesta?, sobre la muestra de la artista alemana. “Pertenece a un proyecto anterior. No creo que sean necesarias más aclaraciones. Evidentemente, es una artista fundamental que va en la línea de trabajo de los últimos años”, ha respondido Segade. “En fin, hay tantos proyectos que preguntarme si exactamente este sería el que más me interesaría hacer… Seguramente no”.
Por ahora, cuenta, está conociendo al equipo que ha gestionado el Reina Sofía durante los últimos 15 años y que, probablemente, una gran parte cambiará pasado el verano. Por el momento, el nuevo director no se compromete a dar una fecha de anuncio para dar los nombres de quiénes le rodearán en esta etapa que ahora comienza. “Es pronto para decir nada”, se ha reafirmado. “Respeto mucho al equipo actual y tengo muchas ganas de aprender y trabajar con él. Después de 15 años se generan unas dinámicas muy concretas que a veces no permiten otras fuerzas de trabajo posibles, hay incluso equipos que a lo mejor necesitan un estímulo de cambio”, ha continuado en su ejercicio de equilibrismo.
Tania Pardo, subdirectora del Museo CA2M —ahora al mando del centro hasta la convocatoria de un concurso público— y asesora de Artes Plásticas de la Comunidad de Madrid, suena como futura número dos de Segade. A la gestora cultural y al resto del equipo que deja en Móstoles los volverá a ver este fin de semana cuando se inaugure en el CA2M la segunda parte de la exposición sobre Juan Muñoz que se despide estos días de la sala Alcalá, 31. “Acudiré como invitado”, ha aclarado el ya exdirector de este centro de arte contemporáneo al que llegó en 2015.