Laura Restrepo: “Las dificultades como la crisis ambiental nos dan más razones para ser felices”
La escritora colombiana y el poeta Juan Antonio González Iglesias dialogan sobre la dicha en el ciclo ‘Pensar en español: conversaciones de futuro’, en un encuentro moderado Jordi Gracia
La felicidad y sus límites han sido objeto de debate en el séptimo coloquio del ciclo Pensar en español: conversaciones de futuro, que este miércoles se ha celebrado en la sede del Instituto Cervantes en Madrid. En él han participado Laura Restrepo, escritora y periodista colombiana, y el poeta y profesor universitario de castellano ...
La felicidad y sus límites han sido objeto de debate en el séptimo coloquio del ciclo Pensar en español: conversaciones de futuro, que este miércoles se ha celebrado en la sede del Instituto Cervantes en Madrid. En él han participado Laura Restrepo, escritora y periodista colombiana, y el poeta y profesor universitario de castellano Juan Antonio González-Iglesias. El subdirector de Opinión de EL PAÍS, Jordi Gracia, que ha moderado este debate, ha abierto la conversación definiendo la felicidad como algo no solo cándido o ingenuo, sino necesario y trascendental, algo que legítimamente los humanos aspiramos a conquistar. En un presente sometido a horizontes muy sombríos como la guerra en Ucrania o la crisis climática, el periodista pregunta a los participantes hasta qué punto la tenebrosidad de estos hechos contemporáneos dificulta la conquista de nuestro bienestar.
“¿Es más complicado ser feliz ahora?”, ha planteado Gracia. Para Restrepo, efectivamente, se complica, y cita a José Saramago, produciendo la carcajada en los asistentes: “No es que yo sea pesimista, es que la realidad es pésima”. La escritora ha opinado: “Entramos en tiempos milenaristas, y esta vez puede que el fin del mundo sea bastante cierto, pero las dificultades como la crisis ambiental o la eminencia de un estallido atómico también nos dan razones para ser felices. Por ejemplo, en España seremos todos felices el día que llueva”. Gracias a esta situación, recuperar lo que antes se consideró elemental, como la lluvia o el verde de los árboles, se presenta ahora como algo prodigioso, ha argumentado.
González-Iglesias ha afirmado haber sido educado en un modelo “clásico o latinista”, en el que la felicidad es posible, pero requiere estar preparado para la adversidad. “Existe una felicidad razonable, no total, —Horacio decía que la absoluta no existe—. Yo creo que podemos encontrarla en la ficción, la literatura, la poesía…”, ha expuesto. Gracia ha planteado entonces si la noción idealizada e infantilizada de felicidad debería enseñarse de otro modo, algo con lo que el poeta está de acuerdo. Según él, hay una aceptación humana, que no resignación, de que la felicidad —algo que se encuentra en la sonrisa serena de las estatuas clásicas, no en el éxtasis de las máscaras trágicas— tiene límites.
De estos últimos han debatido los tertulianos. El poeta declara enemiga de la felicidad a la opulencia: “Si uno lee a Horacio, cuando describe todas las cosas malas de su tiempo —comidas complicadas, viajes largos, la renuncia a la intimidad— parece que esté hablando de nuestra época. Hemos malogrado la intimidad y tampoco tenemos límites con la tecnología”. Para la escritora colombiana, el rival de la felicidad es el poder. Relata una anécdota que vivió en Xalapa (México), al visitar un museo, en el que vio las cabezas de piedra gigantescas esculpidas por los miembros de la cultura olmeca. Tenían una expresión hierática, incluso agresiva. Llevaban tocados en la cabeza que indicaban que se trataba de los gobernantes del lugar. Al lado, Restrepo descubrió en una vitrina unas “piedritas redondas” llamadas caritas felices. Se trataba de unas figuras pequeñas de la misma época, que quizá habían sido muñecos, objetos del juego de los niños, y que sonreían con los ojos rasgados. “Quizá la felicidad está en las antípodas del poder”, sentenció la escritora.
A pesar de que el moderador intentó en varias ocasiones indagar sobre el goce intelectual y del conocimiento, o sobre las redes sociales como fuente de felicidad para mucha gente, Restrepo y González-Iglesias concordaron en una simplificación hedonista de la felicidad. Para los dos, el contacto con otros humanos y con la naturaleza son las principales fuentes de la dicha. Restrepo, que se ha declarado amante de los animales, ha citado a Charlie Brown, el amigo de Snoopy, para resumir esta idea: “La felicidad es un cachorrito tibio”.
Los coloquios sobre los retos del futuro “desde una visión con pensamiento en español” finalizarán mañana, con una última conferencia que será moderada por la directora de EL PAÍS, Pepa Bueno, y en ella intervendrán los periodistas Iñaki Gabilondo y Jordi Évole, que hablarán sobre la vigencia del periodismo.
El español es un instrumento de comunicación y conocimiento global, y en este idioma se piensa sobre la marcha de los medios, la industria digital, los feminismos, los nuevos derechos o el futuro de la felicidad, entre otros asuntos fundamentales, destacan los organizadores.
Este conjunto de debates se desarrollan en cuatro instituciones, la Fundación Ortega-Marañón, el Instituto Cervantes, el Círculo de Bellas Artes y el Ateneo de Madrid, este último en el año en que conmemora su bicentenario. Todos los actos, entre las 19.00 y las 20.30, son presenciales en las sedes de estas entidades, por lo tanto, las personas que deseen acudir pueden reservar plaza de forma gratuita a través de la web de la FOM. También se pueden seguir en línea en la página de internet de esta institución.