Tarantino ante más de 1.500 personas en Barcelona: “Bambi’ ha jodido a los niños durante décadas”
El director de cine se ha presentado en formato de conferenciante en la ciudad con entradas a 89 euros y ha llenado el teatro Coliseum hasta la bandera
Perder esta mañana una funda, no de pistola como podría esperarse, sino de una muela (le atendió rápidamente un dentista), no ha sido óbice para que Quentin Tarantino haya hablado esta tarde de cine en Barcelona ante una audiencia entusiasta de más de 1.500 personas que ha llenado hasta la bandera, agotando las localidades, el teatro Coliseum, uno de los más grandes de la ciudad. Con entradas a 89 euros y su nombre anunciado en grandes letras luminosas en la marquesi...
Perder esta mañana una funda, no de pistola como podría esperarse, sino de una muela (le atendió rápidamente un dentista), no ha sido óbice para que Quentin Tarantino haya hablado esta tarde de cine en Barcelona ante una audiencia entusiasta de más de 1.500 personas que ha llenado hasta la bandera, agotando las localidades, el teatro Coliseum, uno de los más grandes de la ciudad. Con entradas a 89 euros y su nombre anunciado en grandes letras luminosas en la marquesina, el cineasta ha protagonizado el evento Quentin Tarantino: cinema speculation, en el que ha recorrido básicamente los temas de su libro Meditaciones de cine (Reservoir Books, 2023, y Columna en catalán), mostrándose como un verdadero showman y haciendo las delicias del público que lo ha interrumpido varias veces con aplausos.
En un clima de fiesta y complicidad, los espectadores, en su mayoría jóvenes y obviamente fans del director como se manifestaba en que muchos llevaban su libro y bastantes camisetas alusivas a sus películas, se lo han pasado muy bien, pertrechados incluso con palomitas y bebidas. Y eso que entrar ha requerido hacer una larga cola y que te bloquearan el móvil en una funda precintada con cierre de seguridad puesto que el espectáculo era un “phone free show” y estaba prohibido tomar imágenes o sonido. Fuera, frente al teatro, se han congregado numerosas personas para tratar de ver a Tarantino y lograr una foto o un autógrafo.
Luciendo una camisa blanca, Tarantino, recibido al comenzar el acto como si fuera una estrella del pop, con parte del público en pie y coreando su nombre, mientras él lo jaleaba, ha conversado con el crítico cultural, escritor y jefe de exposiciones del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), Jordi Costa, sentados ambos en el escenario del teatro sin más decorado que una pantalla en la que se han proyectado unos pocos fragmentos de películas, como American Graffiti y Harry el sucio, uno de los filmes favoritos del director (y a ver quién se lo discute a él o a Harry Callahan, con su Magnum 44).
El acto ha durado algo más de dos horas con un intermedio y no ha habido coloquio. Algunos espectadores han lamentado que el cineasta no hablara más de sus películas y se centrara tanto en el tema de su libro, que es su iniciación autobiográfica como espectador y el análisis de sus películas favoritas, especialmente estadounidenses, de género, de la década de los setenta y del cine del denominado Nuevo Hollywood. Tarantino, que ha anunciado que se plantea un nuevo libro con filmes que le gustan de otras filmografías como la italiana o la japonesa, ha hecho reír con sus anécdotas de niño viendo películas para adultos a las que le llevaban su madre divorciada y los novios de esta, especialmente hombres negros con los que vio filmes del género llamado blaxploitation, de bajo presupuesto, con actores negros para audiencias negras, como Pólvora negra, de Jim Brown. Ha recordado cuando asistió entusiasmado al estreno de esa película y era el único blanco en la sala y desde entonces “he pasado la vida yendo a ver películas y haciéndolas en un esfuerzo por recrear aquella experiencia”.
El cineasta ha evocado también cuando vio Deliverance con 9 años, la película de John Boorman que incluye la violación de un hombre, y no entendió muy bien lo que pasaba “pues no sabía lo que era que se sodomizara a alguien”, pero en general pilló la situación “por el contexto” y esas y otras películas de adultos no le perturbaron “y que fueran duras no significaba que lo pasara mal”. Ha reflexionado que en realidad sí le perturbó un filme, y que fue Bambi, “que ha jodido a los niños durante décadas”. Bambi, “fue demasiado bestia para mí y no conseguí soportarlo, sobre todo porque no me esperaba lo del incendio y lo de la muerte de la madre”, ha señalado el autor de Kill Bill y Malditos bastardos. Ha recordado que en EE UU a diferencia de España los padres o tutores podían llevar a los niños a ver películas para adultos.
Tarantino ha recalcado su amor por el cine español —es un gran fan de Almodóvar y sobre todo de Matador— y ha citado La residencia, de Narciso Ibáñez Serrador, las películas de Jesús Franco o La novia ensangrentada, de Vicente Aranda, “la mejor adaptación de la novela de vampiros Carmilla” . De su animadversión hacia las películas de superhéroes, ha matizado que él leía cómics de Marvel y DC y le gustaban y que si las películas se hubieran hecho en los 70 le hubieran atraído, pero que ahora ya es tarde, “han tardado demasiado”. En cuanto a la violencia, término inseparable de su cine, ha considerado que su presentación en el cine “puede llevarlo a un nivel más allá del cine normal” y a una “conexión” excepcional con el público, como en el clímax de Perros de paja, de Sam Peckinpah. El cineasta también ha diseccionado algunas de sus películas favoritas como Taxi driver, imaginando cómo sería si la hubiese rodado Brian de Palma, o reflexionado sobre lo que tiene o no de fascista. El director ha hablado someramente de su próxima película, “sobre un crítico de cine”, y ha dicho que se ha especulado mucho con de quién se trata, pero que “sólo lo se yo y no voy a revelar más”.