Anitta rompe con Warner tras una tortuosa relación y con el apoyo de sus fans

La cantante brasileña más internacional, que llevaba 11 años con la discográfica, se queja de que no apuestan lo suficiente por ella y airea su descontento en redes hace meses

La cantante Anitta, durante la sesión de fotos de una entrevista con EL PAÍS publicada el pasado diciembre. Foto: NICO BUSTOS | Vídeo: EPV

La cantante brasileña Anitta rompió su contrato con la discográfica Warner. La noticia, confirmada este martes por las dos partes, llega después de una escalada de acusaciones de la cantante, disgustada por las condiciones del draconiano contrato que firmó hace años y por la falta de inversión en su carrera. La cantante publicó en sus redes sociales el escueto comunicado final: “Tras once años de una alianza de éxito, decidimos seguir caminos separad...

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La cantante brasileña Anitta rompió su contrato con la discográfica Warner. La noticia, confirmada este martes por las dos partes, llega después de una escalada de acusaciones de la cantante, disgustada por las condiciones del draconiano contrato que firmó hace años y por la falta de inversión en su carrera. La cantante publicó en sus redes sociales el escueto comunicado final: “Tras once años de una alianza de éxito, decidimos seguir caminos separados. A Anitta le gustaría agradecer al equipo de Warner Music su apoyo, y el equipo de Warner le desea a Anitta lo mejor para el futuro”.

Tras el formalismo de la aséptica despedida, publicada en inglés, se esconde una tormentosa relación que la artista no ha tenido problemas en airear, sobre todo en las últimas semanas. Sus fans ya estaban al tanto de su frustración con la discográfica, porque entendían que no explotaba todo su potencial, a pesar de lo cual Anitta se convirtió por méritos propios en la artista brasileña más internacional en décadas. Mejor artista latina en los American Music Awards, una nominación a mejor artista revelación en los Grammy y otras dos candidaturas a los Grammy Latinos la avalan.

Aunque el malestar con Warner viene de largo, la cantante empezó a airear los trapos sucios con ganas a partir de febrero, cuando, un fan le dijo en las redes sociales que su sueño era que dejase la discográfica, que fichase por otra que la valorase y que colocase su nuevo single en el top 10 global. Anitta no se mordió la lengua: “Mi amor, si tuviese que pagar una multa ya habría subastado mis órganos para salir, pero desgraciadamente no se puede. Cuando eres joven tienes que estar muy atento a las cosas que firmas, si no puedes pasar una vida entera pagando por el error”, dijo.

El 8 de marzo criticó que Warner usara su imagen para festejar el Día de la Mujer cuando no estaba ni siquiera estaba consiguiendo respuestas del consejero delegado de la empresa, que se negaba a rescindir su contrato. “Mientras tanto, usan una canción mía que decían que nunca tendría éxito si no fuese un feat, porque yo no era lo bastante fuerte”. La canción en cuestión era Envolver, un hit que la convirtió en la primera mujer latinoamericana en llegar al número uno de las listas globales.

Anitta también se quejó de que la empresa diera marcha atrás en la idea de grabar un videoclip de una de sus últimas canciones y de que se guiara únicamente por los números de TikTok para crear sus estrategias, sin apenas paciencia para las canciones que necesitan cocinar su éxito a fuego lento.

Las críticas de Anitta en sus tuits e historias de Instagram (19 y 64 millones de seguidores respectivamente) no tardaron en provocar el efecto seguramente buscado por la superestrella. El movimiento #FreeAnitta (una reinvención del ya mítico #FreeBritney) se coló en el trending topic y tuvo ecos más allá de las redes. En Río de Janeiro, un puñado de fans se presentaron a las puertas de la discográfica para pedir libertad para su heroína. Era la ‘Warner is Over Party’. Incluso hubo proyecciones en edificios presionando para que la reina del funk carioca pudiera por fin soltarse los grilletes.

No es la primera vez que Larissa Macedo Machado (su verdadero nombre) decide ir por libre. De origen humilde, la cantante exhibe siempre que puede su faceta de empresaria y de mujer hecha a sí misma. En 2014 se peleó con su entonces mánager y estuvo cinco años representándose a sí misma, justo cuando su carrera despegaba en Brasil. “Es una experiencia que me dio mucho orgullo, pero también mucho cansancio”, confesó cuando finalmente claudicó y contrató un equipo de profesionales.

De momento no se sabe de la mano de quién continuará su camino. En los últimos días surgieron rumores de que ficharía por Roc Nation, del rapero estadounidense Jay-Z, algo desmentido por su representante. En una de sus numerosas sesiones de desahogo celular en mano, Anitta confesaba tener algo de miedo por las posibles consecuencias de su rifirrafe público con Warner, pero recordó por qué decidió arriesgar: “Ya fui pobre, anónima y era igual de feliz. No hay ningún problema”. Nada indica que tenga que volver a cantar en los bares de la periferia de Río. Por si el temido boicot llega y se cansa de la música (también ha dicho varias veces que quiere jubilarse muy joven), uno de sus próximos frentes abiertos está en el mundo de la actuación. En breve se sumará al elenco de la séptima temporada de la serie de Netflix Élite.

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