Los escritores podrán conocer las ventas de sus libros gracias a un acuerdo con las librerías

La Asociación Colegial de Escritores (ACE) firma un convenio con la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL) para obtener datos sobre la difusión de sus obras sin pasar por las editoriales

La librería La Casa del Libro, en la Gran Vía madrileña, el 21 de marzo de 2022.Samuel Sánchez

El escritor es el origen de la cadena del libro, el que genera la escritura que, al otro lado, recibe el lector. En medio hay editoriales, distribuidoras, librerías, y tal es la pérdida de control del creador sobre sus palabras que, al final, le resulta difícil saber cuántos libros vende. Es un dato importante. El volumen de ventas es, tal vez, el parámetro más utilizado para valorar el éxito literario. Y lo que genera los derechos de autor. Es decir, el dinero.

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El escritor es el origen de la cadena del libro, el que genera la escritura que, al otro lado, recibe el lector. En medio hay editoriales, distribuidoras, librerías, y tal es la pérdida de control del creador sobre sus palabras que, al final, le resulta difícil saber cuántos libros vende. Es un dato importante. El volumen de ventas es, tal vez, el parámetro más utilizado para valorar el éxito literario. Y lo que genera los derechos de autor. Es decir, el dinero.

Este misterio de los libros vendidos pronto va a menguar: la Asociación Colegial de Escritores (ACE) ha firmado este jueves un acuerdo con la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL) mediante el cual los escritores podrán conocer casi en tiempo real los ejemplares que se venden en las alrededor de mil librerías bajo el paraguas de CEGAL. También se firmará un acuerdo similar con la Federación de Asociaciones de Ilustradores/as Profesionales de España (FADIP).

“Se trata de que las herramientas que utilizan los libreros sean útiles a toda la cadena del libro y colaboren a la transparencia”, dice Álvaro Manso, portavoz de CEGAL. La herramienta utilizada, LibriRed, puesta en marcha en diciembre de 2014 con la colaboración del entonces Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, es la que la utilizan los propios libreros para controlar sus ventas y su stock, de modo que los escritores podrán conocer dónde están colocados sus libros y cuántos se venden efectivamente, todo ello prácticamente en tiempo real. LibriRed es el software que está en la base de la plataforma Todostuslibros.com, que tiene alrededor de un decenio de vida, pero que desde noviembre de 2020, en plena pandemia, sirve para vender y competir con otras plataformas de venta en línea, como Amazon. “Es una información de una calidad tremenda, es pura, no hay un cocinado estadístico, no hay nada. Funciona lo mismo para una librería de una población de mil habitantes que lleva una persona que para otra que tenga 60 empleados en una gran capital”, dice Manso.

La librería Bardón, en Madrid, el 23 de febrero de 2023.BERNARDO PÉREZ

Una de las mayores incertidumbres en este negocio es, precisamente, conocer cuántos libros se han vendido realmente de entre todos los que se han distribuido. Siempre hay una parte que ya no está en poder de la editorial, pero que tampoco ha sido adquirida por los lectores, así que permanece en un limbo de posibilidad, esperando decidir su destino en la librería. Despejando esta incógnita, una editorial puede saber, por ejemplo, si es necesario hacer una nueva reimpresión. Otra función puede ser conocer si la distribución es lo suficientemente amplia y homogénea. Así, LibriRed también es utilizada por alrededor de un centenar de editoriales para conocer el exacto devenir de sus lanzamientos. Las grandes editoriales utilizan para recabar datos GfK, una empresa de investigación de mercado que, previo pago, informa de las ventas en grandes cadenas de librerías, almacenes, supermercados y librerías independientes, según confirman desde la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE). Con el tiempo ha ido ganándole terreno a Nielsen, que era sistema el más utilizado.

“Hasta ahora, para los escritores, las únicas formas de obtener algo de información eran las liquidaciones de la editorial, siempre a año vencido, o cualquier otra información que venga de los editores, que algunas veces no rinden cuentas”, explica el escritor Manuel Rico, presidente de ACE, que firmará hoy el acuerdo en Sala de Juntas del Círculo de Bellas Artes de Madrid, en presencia María José Gálvez, directora general del Libro y Fomento de la Lectura. En representación de FADIP firmará la secretaria Elisabeth Pérez Fernández. Uno de los problemas del sistema es que los autores debían confiar en el dato editorial para facturar sus derechos de autor (suelen estar en el 10% el precio del libro), porque no tenían otra fuente con la que contrastar. ACE, que representa a 2.300 autores y traductores, recibe con mucha frecuencia quejas por esta falta de transparencia. “Nuestra asesoría jurídica atiende alrededor de 1.000 consultas de autores y traductores al año. Buena parte de esas consultas se refieren a falta de liquidación de derechos o a insatisfacción sobre la información que les proporciona el editor”, explica Rico. Las quejas suelen referirse sobre todo a editoriales pequeñas antes que a grandes grupos.

La necesidad de transparencia

Por razones como esta, no es la primera vez que la transparencia se revela como una preocupación en la industria del libro. En 2019, la entonces directora general del Libro y Fomento de la Lectura (y poeta), Olvido García Valdés, propuso tomar medidas para mejorar la transparencia en el sistema de ventas de libros. Aun así, el dato que ofrece CEGAL no serán las ventas absolutas: incluye a las citadas 1.000 librerías, donde se encuentran redes como la de La Casa del Libro, pero no a otras como Fnac o El Corte Inglés. “Probablemente, nuestro dato represente el 70% de la venta en tiendas físicas”, dice Manso. La venta en línea de Amazon tampoco se cuenta, aunque sí, claro está, las de Todostuslibros.com. A pesar de todo, puede resultar una estimación bastante útil.

La ACE tendrá acceso a la herramienta, donde podrá consultar sobre las ventas de cada escritor, y cada autor, de forma confidencial, podrá pedir a la asociación un informe de sus ventas en un determinado periodo de tiempo, que se ofrecerá además con una distribución geográfica de las mismas, por provincia, protegiendo siempre el dato de las ventas en cada librería individual. “Cobraremos una pequeña cuota por el servicio”, explica Rico.

Que el dato sea confidencial, es decir, que solo pueda ser solicitado por el propio autor, tiene su importancia: cuando un escritor publicado firma con una nueva editorial, esta no sabe cuáles han sido las ventas de sus anteriores libros. Puede haber sobreestimado la capacidad de venta del autor: es posible que haya nombres muy conocidos que no vendan tanto como parece. Si en realidad son cifras muy bajas y la nueva editorial lo conoce, tal vez podría replantearse el trato. El dato geográfico tiene su utilidad, pues conociendo las ventas en cada zona, los escritores y editoriales podrán reforzar su actividad promocional allí donde las ventas sean flojas.

Aunque el acceso a los datos sea confidencial, una vez obtenidos el autor podrá hacer el uso considere oportuno, como difundirlos públicamente (cosa que interesará sobre todo si estos son favorables). “Este es un acuerdo histórico, para avanzar en la transparencia, para adaptarnos a las directivas europeas”, concluye Rico. En efecto, la Ley de Propiedad Intelectual, en su artículo 177, incorporó en 2019 la directiva del Parlamento Europeo que incidía en mejorar la trazabilidad de los libros para facturar con exactitud los derechos de autor.

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