Detenido en Alicante el bailaor Rafael Amargo por tráfico de drogas
El coreógrafo, que ya fue acusado del mismo delito en 2020 y espera juicio, se resistió al arresto y se enfrenta también al cargo de atentado contra agente de la autoridad
El bailaor Rafael Amargo ha sido detenido en Alicante por un supuesto delito de tráfico de drogas, en el marco de una investigación abierta el pasado mes de agosto a raíz de una denuncia de sus vecinos. Amargo, que fue arrestado al salir de una actuación en torno a las 23 horas del jueves, se enfrenta también al cargo de atentado contra agente de la autoridad, ya que arremetió contra los policías que le esperaban para conducirlo a los calabozos de la Comisaría Central de Alicante, según fuentes de la Policía Nacional. Está previsto que el artista granadino pase este viernes a disposición de un...
El bailaor Rafael Amargo ha sido detenido en Alicante por un supuesto delito de tráfico de drogas, en el marco de una investigación abierta el pasado mes de agosto a raíz de una denuncia de sus vecinos. Amargo, que fue arrestado al salir de una actuación en torno a las 23 horas del jueves, se enfrenta también al cargo de atentado contra agente de la autoridad, ya que arremetió contra los policías que le esperaban para conducirlo a los calabozos de la Comisaría Central de Alicante, según fuentes de la Policía Nacional. Está previsto que el artista granadino pase este viernes a disposición de un juzgado de Alicante.
La denuncia interpuesta por los vecinos del bailaor señalaba que en ningún momento había cesado la supuesta venta de sustancias estupefacientes en el domicilio de Amargo, situado en el distrito Centro de Madrid, en el barrio de Malasaña. El continuo tránsito de personas por el piso, que llegaban a “dormir en el descansillo de los pisos superiores”, según recoge Europa Press, se convirtió en “insostenible”. En el portal de la finca era habitual encontrar “jeringuillas, papel albal y colillas”, declararon los denunciantes. El juzgado de Instrucción 27 de Madrid abrió diligencias en septiembre y los agentes comenzaron a vigilar la vivienda del coreógrafo.
Las pesquisas, que constataron las frecuentes visitas de personas a la vivienda de Amargo, condujeron, dentro de la misma operación policial, a la detención en febrero de otro sospechoso, un hombre de 31 años y nacionalidad dominicana, afincado en el distrito de Tetuán, al que se le achaca el suministro de sustancias a una decena de puntos de venta, entre ellos el que regenta presuntamente el bailarín en su propia casa. Este arresto intensificó la labor de los agentes, que por cuestiones operativas, determinaron que la mejor opción para llevar a cabo la detención de Amargo era la de esperarle a la salida de su actuación en la sala Casanova de Alicante, un restaurante italiano situado en el Casco Antiguo alicantino en el que se programan actuaciones en directo. Junto a él se encontraban otras cuatro personas, entre ellas su pareja, que también fueron arrestados.
No es la primera vez que Amargo se enfrenta a esta acusación. Fue fue detenido el 1 de diciembre de 2020 también con su pareja y otras dos personas en el marco de la operación Codax (cuervo, en latín, a raíz de una imagen de Amargo con unas alas de esta ave). Entonces, la Fiscalía Provincial de Madrid pidió para el bailarín una condena de nueve años de prisión al considerarle autor continuado de un delito contra la salud pública, en la modalidad de venta de estupefacientes. Para ello, utilizaba su propio domicilio, situado en el centro de la capital y distribuía de manera “persistente” las drogas a cambio de dinero. El Ministerio Público pidió entonces la misma condena para el supuesto compinche del bailarín, el productor y socio Eduardo de los Santos, al que situó como el comprador de las sustancias.
El escrito de acusación de la Fiscalía sostiene que, entre abril y diciembre de 2020 ―en plena pandemia―, Rafael Amargo (Granada, 46 años) y Eduardo de los Santos “se venían dedicando de manera concertada y persistente a la distribución de sustancias estupefacientes, entre otras metanfetamina, a terceras personas a cambio de dinero”. Los dos acusados, según el Ministerio Público, compraban la droga de manera “conjunta” a varios suministradores, para posteriormente repartirla entre ambos y venderla a terceras personas.
El bailarín no solo vendía las sustancias estupefacientes a las personas que acudían a su domicilio de Madrid ―en el distrito de Centro―, sino que según la Fiscalía, también “hacía llegar la sustancia al lugar donde el cliente indicaba para lo cual se valía de su hombre de confianza, el también acusado Manuel Ángel Batista, su mano derecha en las producciones, a sabiendas de lo que portaba, y después de hacer la entrega correspondiente regresaba al domicilio para entregarle el dinero obtenido con la venta”. Eso sí, la Fiscalía no acusa a la pareja del artista, Lucía Mariana Bongianiano, que también fue detenida por los agentes de la comisaría de Centro en la misma operación policial a principios de diciembre de 2020.
Tanto Rafael Amargo como Eduardo de los Santos, los principales acusados, siempre han mantenido su inocencia en la operación y han afirmado que todo se ha tratado de un montaje policial, pese a las evidencias recogidas en sus domicilios. En esta ocasión, también se han realizado varios registros.
El bailaor ha llegado incluso a utilizar símiles cristianos: “Cuanto más alto suba esto, mejor porque después tendré yo que ver como bajo de la cruz de la que me están crucificando… Pero queda la revancha como en [el Conde de] Montecristo. A ver después cuánto vale reparar todo este daño… Me estáis apaleando y crucificando...”. Amargo se sentará el próximo junio en el banquillo de los acusados.