Vargas Llosa invita a Juan Carlos I a su ceremonia de ingreso en la Academia francesa
El rey emérito, que raramente ha salido de Abu Dabi desde que abandonó España en 2020, ha confirmado al Nobel hispanoperuano su intención de desplazarse a París el 9 de febrero
Juan Carlos I figura entre los invitados a la ceremonia de ingreso de Mario Vargas Llosa a la Academia francesa el próximo 9 de febrero. Vargas Llosa ha explicado a EL PAÍS que ha cursado la invitación al monarca español, residente en Abu Dabi desde que en el verano de 2020 abandonó España para evitar que los escándalos dañasen a la Corona. El rey emérito ha recibido la invitación y ha trasladado al escritor su intención de desplazarse a París.
El antiguo jefe de Est...
Juan Carlos I figura entre los invitados a la ceremonia de ingreso de Mario Vargas Llosa a la Academia francesa el próximo 9 de febrero. Vargas Llosa ha explicado a EL PAÍS que ha cursado la invitación al monarca español, residente en Abu Dabi desde que en el verano de 2020 abandonó España para evitar que los escándalos dañasen a la Corona. El rey emérito ha recibido la invitación y ha trasladado al escritor su intención de desplazarse a París.
El antiguo jefe de Estado, que ya no tiene cuentas pendientes con el fisco ni con la justicia españolas, se ha movido raramente de su residencia en Abu Dabi desde que se marchó de España. El 16 de enero asistió al entierro en Atenas de su cuñado Constantino de Grecia. En septiembre de 2022 viajó a Londres con ocasión del funeral de Isabel II. En mayo del mismo año visitó el municipio gallego de Sanxenxo y se reunió con su familia en Madrid.
El Nobel, en declaraciones a EL PAÍS, ha dicho que su invitación al rey emérito se debe a una razón “muy sencilla”: “En la medida en que los reyes puedan tener amigos, yo soy un amigo de él”.
Vargas Llosa recuerda que, cuando obtuvo la nacionalidad española en 1993, Juan Carlos I lo llamó a las ocho de la mañana para decirle que “estaba muy contento de que yo fuese su súbdito”. También, cuando ganó el premio Nobel de Literatura en 2010, el rey emérito lo llamó al día siguiente para decirle: “¡Yo tengo que darte algo, tengo que darte un título!”. Y en 2011 le dio el Marquesado de Vargas Llosa, que el autor no ha utilizado nunca, “por supuesto”.
“Siempre ha sido muy cariñoso conmigo. En las recepciones, en actos oficiales… Así que yo pensé que, como está de capa caída, de repente esta invitación le venía bien”. ¿Qué le dijo Juan Carlos de Borbón? “Me respondió que estaba encantado, y va a ir al acto con una de sus hijas”. Se trata de la infanta Cristina, según el escritor.
Antes de despedirse, Vargas Llosa insiste: “Es un gesto de pura simpatía. Yo no tengo relación con el rey, ni hablo con él, ni nos vemos. Los reyes no tienen amigos, tienen súbditos. Por eso digo que, en la medida en que un rey pudiese tenerlos, yo sería uno de ellos. Y como está de capa caída, me acuerdo de él”.
La entrada de Vargas Llosa en la Academia francesa, fundada por el cardenal Richelieu en el siglo XVII, será un de los acontecimientos literarios y sociales del invierno en París. El autor de La ciudad y los perros es el primer escritor sin obra en francés que ingresa en la augusta institución del quai Conti, dirigida con mano de hierro por la historiadora Hélène Carrère d’Encausse. El académico de la lengua española también será el primer Nobel miembro del club desde que François Mauriac murió en 1970.
Juan Carlos I, pese a los escándalos y pese a haber caído en desgracia en España tras su abdicación en 2014, sigue siendo en Francia una figura respetada por su papel en la Transición a la democracia. Este es un país, a fin de cuentas, en el que un exjefe de Estado como Nicolas Sarkozy sigue teniendo influencia política y disfrutando de un respeto social, pese a haber sido condenado dos veces a penas de prisión por corrupción y financiación ilegal (Sarkozy recurrió ambas sentencias, por lo que están en suspenso).
Elegido por la Academia francesa en noviembre de 2021 con 18 votos sobre un total de 22 sufragios, Vargas Llosa tuvo que entrevistarse posteriormente con el presidente de la República, y protector de la institución, como antes lo fueron el Rey Sol y sus sucesores, para recibir formalmente su visto bueno. El encuentro se celebró en septiembre durante una cena en el palacio el Elíseo, a la que, además de Vargas Llosa, acudieron Carrère d’Encausse y el crítico literario, y también nuevo académico, Antoine Compagnon.
El autor de La fiesta del chivo y articulista de EL PAÍS desde hace más de tres décadas tomará posesión del escaño 18, que dejó vacante el filósofo Michel Serres al morir en 2019. Antes ocuparon este escaño, entre otros, uno de los fundadores del pensamiento liberal en el siglo XIX, Alexis de Tocqueville, y el mariscal Philippe Pétain, líder la Francia colaboracionista con Hitler durante la II Guerra Mundial.
En la ceremonia de ingreso, los académicos, incluido Vargas Llosa, asistirán con el tradicional traje verde y la espada. El nuevo académico —o inmortal, como se les llama en Francia— leerá un elogio de Michel Serres. El encargado del discurso de recepción será el escritor y académico Daniel Rondeau, que estuvo en el origen de la iniciativa para elegir al novelista hispanoperuano.
Al ser elegido, Vargas Llosa recordó así el origen de la iniciativa: “Nos tomamos un café [con Rondeau]. Y estaba con otro académico con nosotros. Y de pronto me dijeron que la Academia francesa me esperaba. Y ahí armaron prácticamente una emboscada de la cual he resultado académico francés”.
La elección del escritor liberal suscitó alguna resistencia en Francia. Algunos cuestionaban que un autor que nunca había escritor en francés pudiera sentarse en la institución que ejerce de guardián de las esencias de la lengua. Y en la prensa se le reprocharon sus posiciones políticas en América Latina, y su “anticomunismo ferviente y ultraliberalismo económico”.
Pero dentro de la institución el consenso en favor de Vargas Llosa se impuso. “Entiendo los argumentos de quienes están en contra: todos son admiradores de Vargas Llosa, pero piensan que la Academia francesa es la lengua francesa y, por tanto, un escritor hispanoparlante, por muy legítimo e importante que sea, no tiene su lugar ahí”, explicaba, antes de la votación, el ensayista y académico Alain Finkielkraut. “Yo creo que podemos aceptarlo, porque es Vargas Llosa y él tiene una relación totalmente amorosa con la cultura francesa”.
La Academia francesa, que tiene 40 miembros, aunque hay plazas vacantes, se reúne bajo la cúpula del Institut de France, organismo que acoge otras academias, como la Academia de las Ciencias, la de las Bellas Artes o la de las Ciencias Morales y Políticas. Uno de los miembros de esta última es Juan Carlos I. Fue elegido en marzo de 1988 como “asociado extranjero”, y ostenta el sillón 11, que dejó vacante Jorge Luis Borges al morir.
Con información de Miguel González