Cristóbal Hara gana el Premio Nacional de Fotografía por su “lenguaje singular”
El jurado destaca del galardonado, referente del documentalismo español, una producción “en la que resuena la pintura, la literatura y la cultura popular”
El fotógrafo Cristóbal Hara ha bromeado en alguna ocasión sobre la edad a la que se deben otorgar los premios. “Si te los dan demasiado pronto es mala señal. Tienen que dártelos después de los 70″. Pues este martes, con 76 años, este madrileño ha sido galardonado con el Premio Nacional de Fotografía de 2022, que le ha pillado haciendo fotos en Mondoñedo (Lugo). El jurado ha reconocido en Hara, referente del documentalismo foto...
El fotógrafo Cristóbal Hara ha bromeado en alguna ocasión sobre la edad a la que se deben otorgar los premios. “Si te los dan demasiado pronto es mala señal. Tienen que dártelos después de los 70″. Pues este martes, con 76 años, este madrileño ha sido galardonado con el Premio Nacional de Fotografía de 2022, que le ha pillado haciendo fotos en Mondoñedo (Lugo). El jurado ha reconocido en Hara, referente del documentalismo fotográfico, su “lenguaje singular”. La nota del Ministerio de Cultura, que concede el galardón, destaca “la influencia que su obra tiene en el imaginario fotográfico español, con una producción en la que resuena la pintura, la literatura y la cultura popular, donde se diluyen las fronteras que separan el documento de la ficción”. Poseedor de uno de los trabajos más personales de la fotografía española contemporánea, ha experimentado en los últimos años con nuevas formas de narración. “Muchos fotógrafos actuales se reivindican herederos de su trabajo”, ha añadido la nota del jurado del premio, dotado con 30.000 euros.
Hara, que pasó su infancia entre Filipinas, Estados Unidos y España, comenzó a dedicarse a la fotografía a finales de los sesenta en Londres, deslumbrado por la obra de Henri Cartier-Bresson. Antes había estudiado Derecho y Dirección de empresas en Madrid, Hamburgo y Múnich. Sobrino del pintor Fernando Zóbel, que le introdujo en la fotografía y le influyó de manera decisiva, residió en Londres entre 1971 y 1980, donde colaboró en la agencia John Hillelson y con la francesa Viva. Su trabajo se exhibió por primera vez en la exposición Three Photographers, organizada por el Victoria & Albert Museum, en 1974.
En 1980 se trasladó a España y trabajó para la agencia Cover. En esa década se suma a la corriente documental en la que estaban Cristina García Rodero, Koldo Chamorro, Ramón Zabalza o Fernando Herráez, entre otros. Todos ellos herederos de la tradición humanista y retratistas de la España que estaba cambiando aceleradamente. Hara, como los demás, veía que las fiestas y ritos del mundo rural se evaporaban y quería dejar testimonio de ello. Hoy sigue siendo un habitual en festejos en localidades como Mondoñedo, en la rapa de Sabucedo (Pontevedra) o en la romería de las Pascuillas en A Franqueira, en la misma provincia.
Quienes han visto fotografiar a este hombre parco en palabras —él mismo ha reconocido que tuvo mal carácter y fue arrogante durante años—, destacan la cantidad de horas que pasa en los pueblos a los que acude para observar sus celebraciones y tradicionales, y cómo hasta que no lo tiene claro, hasta que los elementos que él considera necesarios para la escena se dan, no dispara.
Sus inicios fueron en blanco y negro, pero no encontraba un lenguaje propio, lo que llevó incluso a plantearse dejar la fotografía. Sin embargo, a partir de 1985 comenzó a utilizar exclusivamente el color, fijándose en grandes maestros de la pintura, como Cézanne, Ribera o Goya, hasta que halló su lenguaje, “evolucionando hacia una dirección en la que se desdibujaba la frontera entre realidad y ficción”, señala la nota del ministerio. Como escribió de Hara el también fotógrafo Chema Conesa, “dio el paso de la imagen impecablemente compuesta a la imagen teóricamente incorrecta”. Es la búsqueda de la ruptura de la imagen.
En sus propias palabras, “lo más parecido a andar por la calle con una máquina de fotos es andar con un perro” porque el perro y la máquina ven en el mundo “de forma diferente a la tuya”, declaraba en una entrevista con motivo de su libro España color 1985-2020 de la editorial RM. “Una buena fotografía documental tiene que sorprender” y asombrar “primero al fotógrafo”, añadía.
Sus imágenes se han publicado en revistas especializadas como Aperture, Camera, Creative Camera, DU o Photovisión; y en España en los suplementos de EL PAÍS o La Vanguardia. Su obra se ha podido ver en exposiciones individuales en la Alice Austen House, de Nueva York, en 2005; el Canal de Isabel II (Madrid), en 2006; o el Huis Marseille Museum de Ámsterdam (2007). Hay piezas suyas en las colecciones de centros como el Stedelijk Museum de Ámsterdam, el Art Institute of Chicago, el Museo Reina Sofía de Madrid y el Victoria & Albert de Londres. Entre sus libros, sobresalen los extraordinarios 4 cosas de España (1990), Lances de aldea (1992), Vanitas (1998) y Contranatura (2006).
Con el reconocimiento a Hara, desde que se instauró este premio, en 1994, han sido galardonados 21 hombres y ocho mujeres (si se incluye en esta lista a Bleda y Rosa, el dúo formado por María Bleda y José María Rosa, que lo ganó en 2008). El jurado, presidido por Isaac Sastre de Diego, director general de Patrimonio Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Cultura y Deporte, ha tenido como vicepresidenta a Mercedes Roldán Sánchez, subdirectora general de Museos Estatales. Lo han integrado Pilar Aymerich Puig, premio Nacional de Fotografía 2021; Nicolás Combarro, artista visual, cineasta y comisario de exposiciones; Lee Douglas, investigadora y docente; Inés Plasencia Camps, investigadora, docente y gestora cultural; Rosalind Williams, comisaria de exposiciones y artista visual; Ramón Reverté, editor y director creativo de la editorial RM; Sandra Moratinos Maunac, comisaria de exposiciones; José Enrique Font de Mora, director de la Fundación Foto Colectania, y María Teresa Méndez Baiges, catedrática de Historia del Arte en la Universidad de Málaga.