Rogelio López Cuenca, premio Nacional de Artes Plásticas

El galardonado “es imprescindible para hilar la historia crítica del arte español desde la década de 1980 hasta el presente”, subraya el jurado

El artista Rogelio López Cuenca,paco puentes

Una escultura de los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía rodeados por una cinta policial con la leyenda “Do Not Cross: Art Scene”; una versión del Cristo de Mantegna formado por la cara del Che, el pecho acribillado de Andy Warhol y la pisada de Neil Armstrong en la Luna; Picasso como reclamo inmobiliario en la Costa del Sol. Así es la obra del artista malagueño Rogelio López Cuenca (Nerja, 63 años) galardonado este martes con el ...

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Una escultura de los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía rodeados por una cinta policial con la leyenda “Do Not Cross: Art Scene”; una versión del Cristo de Mantegna formado por la cara del Che, el pecho acribillado de Andy Warhol y la pisada de Neil Armstrong en la Luna; Picasso como reclamo inmobiliario en la Costa del Sol. Así es la obra del artista malagueño Rogelio López Cuenca (Nerja, 63 años) galardonado este martes con el Premio Nacional de Artes Plásticas, dotado con 30.000 euros y concedido por el Ministerio de Cultura y Deporte. El jurado ha destacado que su trayectoria “es imprescindible para hilar la historia crítica del arte español desde la década de 1980 hasta el presente”. Además, señala en la nota de Cultura, su trabajo “parte del compromiso con el tiempo histórico y con el territorio que le ha tocado vivir, las transformaciones y continuidades de la sociedad española en el cambio de siglo, las violencias y las dislocaciones que conllevan la globalización. A la vez, está interesado en invocar las memorias silenciadas del pasado y en la manera en la que los silencios impuestos ordenan el espacio real y simbólico en el presente”.

Todo lo anterior ha quedado plasmado en una obra que recurre a la llamada “crítica institucional” a través de la pintura, la instalación, la intervención urbana o la edición para poner en solfa la “picassización” consumista de su ciudad, Málaga, el culto al colonialismo español a través de los monumentos de Madrid o el recurso al imaginario del orientalismo decimonónico para alimentar la islamofobia.

López Cuenca, licenciado en Filosofía y Letras, doctor en Bellas Artes y fiel desde el comienzo a la galería Juana de Aizpuru, ha trabajado siempre en el cruce entre la poesía, las artes visuales y los medios de comunicación de masas. Empezó en los años ochenta como parte del colectivo de acción callejera Agustín Parejo School para luego volcarse en la manipulación irónica de los símbolos del poder político y económico y en jugar con la publicidad de las marcas comerciales. Así, en su obra las estrellas de la bandera europea son sustituidas por los logotipos estelares de La Caixa, la OTAN o Mercedes Benz y el glamouroso anuncio de un destino turístico en el Mediterráneo se funde con imágenes de inmigrantes ahogados en el mar. La metáfora del viaje y la emigración es una de las más recurrentes en su trabajo.

'Historia de dos ciudades' (2010), obra de Rogelio López Cuenca en la que representa Barcelona (España) y Tinduf (Argelia).

Si en 1991, en plena Guerra del Golfo, participó en El sueño imperativo, la colectiva que consagró el arte social en la escena española reciente, 1992 fue un punto de inflexión en su trayectoria. Ese año la exposición universal de Sevilla censuró el proyecto que previamente la había encargado para la isla de la Cartuja. Fiel a su estilo ―mezcla de collage chirigotero, corta y pega brossiano y détournement situacionista―, López Cuenca imitó con toda pulcritud la señalética de la Expo para colar sus propios mensajes poéticos y políticos: anunciar los inexistentes pabellones palestino y saharaui o recibir a los visitantes con un aviso dantesco actualizado: “Dejad toda esperanza, esto es un espectáculo”. Pagadas por el Estado pero condenadas durante años a los almacenes, dos de esas señales pueden verse ahora en la entrada del edificio Nouvel del Reina Sofía, el museo que en 2019 acogió su mayor retrospectiva hasta el momento: Yendo Leyendo, Dando Lugar.

El jurado del Nacional de Artes Plásticas, presidido por Isaac Sastre de Diego, director general de Patrimonio Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Cultura y Deporte, ha tenido como vicepresidenta a Mercedes Roldán Sánchez, subdirectora general de Museos Estatales. Lo han integrado Dora García, artista galardonada en la edición de 2021; Ángeles Albert, directora de la Academia de España en Roma; Joaquín Vázquez Ruiz, cofundador de BNV Producciones y presidente de la Plataforma Independiente de Estudios Flamencos Modernos y Contemporáneos; Jesús María Carrillo Castillo, profesor del Departamento de Historia y Teoría del Arte de la Universidad Autónoma de Madrid; Rocío Robles, profesora del Departamento de Historia del Arte de la Universidad Complutense de Madrid; Isabel Izquierdo, directora de programación de Acción Cultural Española, AC/E; e Isabel Tejeda, catedrática de la Universidad de Murcia.

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