Álvaro Soler: “En España hablamos de una manera tan cálida que puede llamar a equívocos”

El cantante catalán es uno de esos fenómenos de ventas internacionales que son más profetas fuera de su tierra que en ella. Vive en Berlín, pero siempre que puede vuelve a Barcelona

Álvaro Soler, en el mirador Los Bunkers del Carmel de Barcelona, el pasado 4 de agosto.Albert Garcia

Cuando Álvaro Soler (Barcelona, 31 años) terminó ingeniería industrial ya formaba parte del equipo de compositores de Sony España. Ellos le enviaron una temporada a un campamento creativo en Austria, donde era el único español que hablaba alemán. Con esa excusa se trasladó a Berlín, donde supuestamente haría canciones para otros. Pero las acabó cantando él mismo, con tanto éxito que su primer sencillo llegó a los primeros puestos en 25 países ...

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Cuando Álvaro Soler (Barcelona, 31 años) terminó ingeniería industrial ya formaba parte del equipo de compositores de Sony España. Ellos le enviaron una temporada a un campamento creativo en Austria, donde era el único español que hablaba alemán. Con esa excusa se trasladó a Berlín, donde supuestamente haría canciones para otros. Pero las acabó cantando él mismo, con tanto éxito que su primer sencillo llegó a los primeros puestos en 25 países y Sofía ha sido reproducido 600 millones de veces en YouTube. Sentado frente a la pantalla en su habitación berlinesa, este cantante políglota (además de español, habla catalán y alemán, italiano y japonés) ya añora Barcelona, la ciudad donde nació y a la que regresa siempre que puede. Ahí es donde ha querido fotografiarse este verano. “Sobrevivo gracias a que no estoy siempre en Alemania. Berlín me escogió a mí, no yo a ella”.

Pregunta. ¿Le recomendaría a C. Tangana que se mudase a Alemania?

Respuesta. Es verdad que en Europa quizá no se le escuche tanto, pero tiene toda Latinoamérica, que es lo que se suele internacionalizar desde España, por el idioma. Después de sacar El mismo sol, una canción que no iba a cantar yo y que subimos a Spotify como un experimento y al final tuvo un éxito increíble en Italia, llegué a la conclusión de que no puedes planear. Mi hermano, que también hace música, me pide consejo y siempre le digo que no sé cuál es el camino correcto porque el mío era tan raro, inhabitado y nuevo... ¡y funcionó! No hay pautas. Es decir: para seguir mi camino primero tendrías que venir a Berlín, hablar perfectamente alemán y luego ir a Factor X a Italia, aprender rápidamente italiano y tener éxito allí. Los idiomas han sido fundamentales en mi carrera.

P. ¿Y en qué idioma sueña?

R. Pues depende de la situación y donde esté. Yo creo que la pregunta es más en qué idioma hago la cesta de la compra. Siempre en castellano.

P. ¿Cuándo habla catalán?

R. Cuando estoy en Barcelona con algunos amigos, o cuando voy a la frutería o en algunas entrevistas, pero en mi casa no hablamos mucho catalán porque mi abuela es belga, y ella ya tuvo suficiente con aprender el castellano.

P. Hace tiempo contó que de chaval le encantaba ir con sus amigos a la discoteca Razzmatazz (Barcelona)y que para aguantar toda la noche se tomaba un café antes de salir. ¿No ha probado otras sustancias para eso?

R. Si consumiera drogas no sé qué pasaría. Explotaría de una manera muy psicodélica. Me daría mucho miedo que todos los colores que veo se convirtiesen en monocromáticos. Prefiero no probarlas: la vida me parece suficientemente bonita así.

Álvaro Soler, durante un concierto.Buenavista

P. Uno de sus grandes héroes es Phil Collins. ¿Por qué?

R. Me empezó a gustar de niño porque me lo ponían mis padres. Me entusiasma porque es un mago del sonido e inventó una caja y un efecto especial que se llama gate reverb, que genera esa atmósfera tan característica de su época. Su voz me parece alucinante y además compuso la banda sonora de Tarzán, que es una de mis películas favoritas de juventud, y la grabó en varios idiomas. Fue una inspiración. Después, hace unos años tuve la suerte de coincidir con su esposa, Orianne, en un programa de televisión en Ginebra para jóvenes talentos y me dijo: “A Phil y a mí nos encantaría que vinieses a actuar con él a Miami”. Y así fue como participé en un acto benéfico en el que cantamos juntos Knockin’ on Heaven’s Door. Desde el escenario podías ver sentado en la segunda fila a Keith Richards. Jamás había tenido tanto rato la piel de gallina.

P. Supongo que sabe que Phil Collins ha tenido muchos problemas con su familia y sobre todo con una de sus hijas. Ahora que se debate tanto la idea de si hay que separar al autor de su obra, ¿le influye eso?

R. Muchas veces te dicen eso de “nunca conozcas a tus héroes” y puede ser verdad. Por ejemplo, también soy muy fan de John Mayer y tengo entendido que es una persona bastante arrogante que ha tenido problemas y que se niega a ir a los Grammy. Imagino que cuando todo el mundo te está diciendo lo bueno que eres, se te sube a la cabeza.

P. ¿A usted se le ha subido a la cabeza o ha habido algún momento que se haya dicho: “Me estoy poniendo muy tonto”?

R. A veces, cuando estás de gira y recibes aplausos cada noche, es curioso lo que pasa psicológicamente, te crees que eres capaz de todo. Después vuelves a casa, te rodeas de tus amigos de toda la vida y te dices: “Soy normal”.

P. ¿Es muy seductor?

R. En Alemania a veces me han dicho: “¿Pero cómo le dices eso a esa chica? Va a pensar que quieres algo con ella”. Y es porque en España tenemos una manera de hablar con la gente mucho más calurosa, y ser simplemente amable puede llamar a equívocos.

P. ¿Con quién le gustaría más que le comparasen, con Julio Iglesias padre o hijo?

R. Me gustaría que me comparasen con Juanes, al que admiro mucho, también escribe canciones y me gusta como piensa. Se implica mucho en causas políticas, ha hecho canciones por la paz en Colombia.

P. ¿Y a usted le da miedo implicarse políticamente?

R. Muchas veces me han preguntado sobre Cataluña y España y siempre digo lo mismo: que hay que unir a la gente y no separarla. Poner fronteras en nuestra propia casa me parece una tontería enorme, sobre todo viviendo en Berlín, donde cada día paseas por la cicatriz del muro y piensas en el absurdo de ese momento.

P. ¿Le preocupa el invierno que se le presenta en Alemania con los recortes de gas?

R. Los primeros lugares donde van a cortar el gas serán las salas de conciertos, pero por suerte se baila mucho en mis conciertos. Además voy a poner chaquetas de merchandising en mis conciertos y así iremos todos abrigados [risas].

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