Rosa León: “Libertad sin ira’ sería un buen titular hoy”

La cantante, que publica nuevo disco, se muestra crítica con los actuales partidos de derecha

Rosa León fotografiada en el Círculo de Bellas Artes el pasado 30 de noviembre.Santi Burgos

Rosa León (Madrid, 70 años) viene a la entrevista, en el madrileño Círculo de Bellas Artes, como si tuviera la mitad de los años que dice el carnet, como si fuera la muchacha que cantaba canciones para los hijos y para los nietos, letras famosas de María Elena Walsh o de Luis Eduardo Aute. En 1977 dijo en este periódico: “Soy mediocre como todo el país”. Ahora prepara un nuevo disco, con la ayuda d...

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Rosa León (Madrid, 70 años) viene a la entrevista, en el madrileño Círculo de Bellas Artes, como si tuviera la mitad de los años que dice el carnet, como si fuera la muchacha que cantaba canciones para los hijos y para los nietos, letras famosas de María Elena Walsh o de Luis Eduardo Aute. En 1977 dijo en este periódico: “Soy mediocre como todo el país”. Ahora prepara un nuevo disco, con la ayuda de Alejo Stivel, fundador de Tequila. La acompañarán legendarios amigos, como Joaquín Sabina, Ana Belén, Víctor Manuel, Santiago Segura o Joaquín Reyes.

Pregunta. ¿Qué pasaba en 1977 para que usted dijera “soy mediocre como todo el país”?

Respuesta. Era un país en blanco y negro, saliendo de una dictadura. Había gente estupenda, y otra gente no tanto. En Europa se ganó la guerra al fascismo, pero aquí ganó el fascismo y eso es lo que llevamos arrastrando penosamente.

P. Cuando dice eso, ¿qué hechos acuden a usted?

R. Mi padre era comisario de policía. Falangista, a la derecha de Franco, pero ¡ojo!, por el que tengo todos los respetos y con el que me llevé mal como los adolescentes se llevan con sus padres. Me aterra oír las mismas cosas que decía mi padre en gente que está en partidos políticos de ahora, de la derecha y de la ultraderecha. Los herederos de aquel franquismo están en la crispación, en la violencia. Cabemos todos si entendemos lo que significa el bien común.

P. En aquella época hubo una canción, la de Jarcha…

R. Libertad sin ira. “Libertad sin ira” sería un buen titular hoy. Esta derecha de hoy es muy poco europea. Voy a Francia, he estado viviendo en Dublín… Por ahí la derecha no es así… ¿Qué hay que hacer? ¿Cuál es la medicina que hay que aplicar?

P. ¿Quizá la música?

R. Yo he estado en la izquierda desde que tenía 15 años. El hecho de estar en la canción es un añadido. Nunca he querido la canción panfleto. La gente tiene que pensar lo que ella quiera y tiene que votar lo que le parezca. Pero una cosa es la canción y otra es mi actitud personal. Siempre puedes decir que la izquierda no es un hatajo de locos, que quieren cerrar España y lapidarla, o que quieren dividir España.

P. De aquella música, ¿qué le viene a la memoria ahora?

R. La música buscaba lo que buscaba medio país: democracia, no sentirse perseguidos por lo que pensaran, fueran cantantes, escritores o compositores. Vivir sin miedo. Defender la democracia. Seguramente lo mismo que querían los maestros, los ingenieros, la gente con sentido común. Vivir como se vivía en el resto de Europa.

P. ¿Cómo ve la música de ahora con respecto a la de entonces?

R. Hay una cantidad de gente bastante impresionante. Pero no tienen dónde demostrarlo. En la televisión pública están en la distribución y promoción de Operación Triunfo y de los cantantes de Operación Triunfo. Fuera de eso es muy raro ver a nadie. Bueno, a Raphael, pero es un clásico, histórico de toda la vida y toda mi admiración para él. Los programas musicales que hay son de karaoke. Hay muchísima gente muy buena, seguramente mejor que en nuestra generación, pero no tienen dónde demostrarlo.

Esta derecha de hoy es muy poco europea. Voy a Francia, he estado viviendo en Dublín… Por ahí la derecha no es así…

P. ¿Cuál fue la contribución de su generación?

R. El país estaba en ebullición, cambiando de un día para otro, y nosotros estábamos en medio. La cultura tiene un poder mediático muy potente. Tuvimos la suerte de haber vivido aquel momento político de la transición, pero también la desgracia de haber padecido la etapa anterior. Seguramente la gente que compone ahora lo hace con más libertad y con menos mochila a la espalda que la que teníamos nosotros.

P. Vuelve con un disco…

R. Vuelvo, vuelvo a casa por Navidad… Bueno, vuelvo con Alejo Stivel, al que adoro. Yo había grabado mi primer disco, me llevó Aute a Emi Odeon… Estábamos en casa de Alejo, me pusieron allí la maqueta de lo que iban a cantar él y Ariel Rot. Era Rock and roll a la plaza del pueblo. Y me dije: “¡Va a explotar este país con ellos!”. Era Tequila. Alejo y yo tenemos un amor compartido que es María Elena Walsh. Esta mujer me llevó a cantar para niños, ahora Alejo me ha liado.

P. ¿Cómo se siente al regresar?

R. ¡Yendo al foniatra, el susto que no me cabe en el cuerpo! Dios dirá si eso le interesa algo a alguien. Cada vez que voy al estudio y me oigo digo: “¡Bórralo todo, es horrible!”. No me gusta nada. Me parece que todo lo que hago está fatal.

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