Apartado un profesor por mostrar en clase el Otelo del actor blanco Laurence Olivier en EE UU
Bright Sheng, que sufrió en China la represión de la Revolución Cultural y dos veces finalista de los Pulitzer de la música, provocó el enfado de sus alumnos por usar la película en la que el intérprete británico actúa con el rostro pintado de marrón
Escoger mal una película puede tener devastadoras consecuencias en Estados Unidos. El músico Bright Sheng, de 65 años, se ha visto obligado a abandonar su seminario de composición en la Universidad de Michigan después de que sus alumnos reaccionaran a su decisión de poner en clase la versión cinematográfica de la obra Otelo protagonizada en 1965 por el actor británico Laurence Olivier. En la cinta, el intérp...
Escoger mal una película puede tener devastadoras consecuencias en Estados Unidos. El músico Bright Sheng, de 65 años, se ha visto obligado a abandonar su seminario de composición en la Universidad de Michigan después de que sus alumnos reaccionaran a su decisión de poner en clase la versión cinematográfica de la obra Otelo protagonizada en 1965 por el actor británico Laurence Olivier. En la cinta, el intérprete actúa con el rostro pintado de marrón, una desfasada práctica conocida como blackface, considerada racista en este país.
El compositor, director y célebre pianista pidió disculpas por reproducir en clase una versión del drama de Shakespeare que “discrimina y degrada” a los afrodescendientes y a su cultura. Para defenderse, enumeró a varios artistas de minorías étnicas que ha contratado a lo largo de su carrera. Fue peor. Los estudiantes de primer año calificaron la misiva de “incendiaria” y exigen su despido.
Sheng es profesor titular de la Escuela de Música, Teatro y Danza de la Universidad de Michigan desde hace un cuarto de siglo. Este otoño impartió un seminario para “analizar Otelo, de Shakespeare a Verdi”. Desde que en la primera clase proyectó la película, no ha vuelto a pisar el aula. “Los tiempos han cambiado y cometí un error al mostrarla. Fue insensible por mi parte”, apunta el profesor a este periódico. Explica que eligió la versión de 1965 por ser una de las más fieles a Shakespeare y añade que en el mundo de la ópera el cross-casting (elección de un actor sin que coincida el género o la etnia con el del papel que va a interpretar) es una costumbre que se remonta al origen del teatro.
“Pensé que tanto la obra como la ópera retrataban a Otelo como a un héroe que es víctima de los blancos” y que podría enseñar algo de provecho sobre “los malos comportamientos humanos universales y sobre problemas como las calumnias o las acusaciones falsas”, apunta el compositor. Muchos lo señalan como una nueva víctima de la corrección política y el revisionismo del arte. Consultado sobre si se ve como un afectado por la cultura de la cancelación, responde: “Antes de este incidente, nunca había oído hablar del término. No tengo comentarios al respecto”.
Meses después de que el Otelo de Laurence Olivier llegara a las salas de cine, Bright Sheng, entonces de 11 años, vio en Shanghái cómo los Guardias Rojos se llevaban el piano de su madre, la mujer que le enseñó a tocar. A pesar de la represión de la Revolución Cultural se convirtió en uno de los grandes compositores de su generación. Obtuvo una beca MacArthur, conocida como la de los genios, y ha sido dos veces finalista de los Premios Pulitzer de música. Sus composiciones se han escuchado desde Pekín, en la apertura de los Juegos Olímpicos de 2008, hasta la Casa Blanca. “Bright Sheng sobrevivió a la Revolución Cultural de Mao, pero es posible que no sobreviva a un par de estudiantes de Michigan quejumbrosos a los que se les muestra una versión cinematográfica de Otelo”, tuiteó el novelista Christian Schneider.
Sammy Sussman, estudiante de cuarto año de música clásica, fue uno de los alumnos que se molestaron por tener que ver el Otelo de Olivier sin ninguna “advertencia o discusión” previa. Esta película ya fue criticada en los sesenta por herir sensibilidades y estereotipar a la comunidad negra. Sussman le escribió al director de la facultad, quien le recomendó hablar con Sheng antes de acusarlo, ya que creía que un profesor con su experiencia “tenía motivos educativos para compartir esta famosa interpretación de Otelo”, según cuenta el estudiante en su blog. El joven afirma que la solución de discutir el tema no era una opción factible “sin temer por las repercusiones profesionales”.
Al acabar la clase, algunos alumnos le hicieron ver a Sheng su rechazo a la película y este envió una disculpa a todos los estudiantes “en 108 minutos”. Enseguida, despachó otro mensaje informando de que cancelaba el proyecto sobre Otelo y que presentaría un nuevo tema para el seminario. “Investigué más y aprendí sobre el tema y me di cuenta de que la profundidad del racismo era, y sigue siendo, una parte peligrosa de la cultura estadounidense”, rezaba la misiva. Varios alumnos acudieron al decano de la facultad, Dean Gier. Este contactó a la Oficina de Equidad y Derechos Civiles de la Universidad para que investigara lo ocurrido. “Este [incidente] ha sido doloroso e inquietante para los estudiantes de la clase”, escribió Gier en un correo dirigido al alumnado.
Viendo que los ánimos no se calmaban con las disculpas iniciales, el profesor escribió a sus alumnos que a lo largo de su carrera docente había tenido muchos estudiantes afroamericanos y que mantiene el contacto con ellos. También, que ha contratado a varios artistas negros en su trayectoria. La defensa encendió aún más a su alumnado. “Da a entender que gracias a él muchos de ellos han logrado el éxito en sus carreras”, sostuvieron más de cuarenta estudiantes de composición de pregrado, posgrado y miembros de la facultad. Tras esa carta, Sheng dejó de ser oficialmente profesor del seminario sobre la obra de Shakespeare.
“Las acciones del profesor Sheng no se alinean con el compromiso de nuestra universidad con la acción antirracista, la diversidad, la equidad y la inclusión”, explicó a este periódico Kim Broekhuizen, portavoz de la facultad, quien aclaró que el compositor no fue despedido, sino que él mismo decidió, junto con Gier, “dar un paso al costado”. Sheng continúa ofreciendo clases privadas y está previsto que imparta un curso en invierno, pero ya no es el profesor del seminario. El cambio “permitirá un ambiente de aprendizaje positivo” para que los estudiantes puedan enfocarse en su “crecimiento como compositores”, argumentó el decano.
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