Rafael R. Villalobos, un respetado veterano de la ópera de 33 años

El director de escena sevillano, que estrenará ‘Tosca’ en La Monnaie de Bruselas, inició su carrera en 2013 y ya ha llegado a los templos europeos. “Los grandes artistas no tienen problemas jerárquicos por tu juventud”, afirma

Rafael R. Villalobos, a la izquierda, da indicaciones a Myrtò Papatanasiu (Floria Tosca) y Laurent Naouri (Scarpia) durante un ensayo de Tosca en el Teatro La Monnaie de Bruselas.Hugo Segers

Rafael R. Villalobos, sevillano de 33 años, ganó en 2013 el Premio Europeo de Dirección de Escena de Ópera en Viena, un concurso bienal que organiza la asociación de compañías y festivales de ópera en Europa para jóvenes directores. Lo obtuvo a los 25 años, el más joven galardonado hasta ahora. Desde entonces ha dirigido una veintena de montajes en templos de la lírica como el Teatro Real de Madrid, el Massimo de Palermo o la Ópera de Montpellier. Su carrera ha sido una continua línea ascendente basada en una mezcla de respeto y estudio del género y el atrevimiento de trufar las historias para...

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Rafael R. Villalobos, sevillano de 33 años, ganó en 2013 el Premio Europeo de Dirección de Escena de Ópera en Viena, un concurso bienal que organiza la asociación de compañías y festivales de ópera en Europa para jóvenes directores. Lo obtuvo a los 25 años, el más joven galardonado hasta ahora. Desde entonces ha dirigido una veintena de montajes en templos de la lírica como el Teatro Real de Madrid, el Massimo de Palermo o la Ópera de Montpellier. Su carrera ha sido una continua línea ascendente basada en una mezcla de respeto y estudio del género y el atrevimiento de trufar las historias para enriquecerlas con otros referentes culturales. Ahora le ha tocado el turno a Tosca, de Puccini, para el Teatro Real La Monnaie de Bruselas, que se estrenará el 11 de junio y con la que este escenario retoma su programación tras el parón a causa de la pandemia. Villalobos indaga esta producción sobre el catolicismo como herramienta de dominación política y la entrelaza con los últimos días de Pasolini y su película Saló o los 120 días de Sodoma.

“En la ópera, sobre todo con títulos tan conocidos como Tosca, el público sabe lo que va a pasar y eso me permite jugar. Introducir otras historias paralelas como el asesinato de Pasolini. No está tan claro que el culpable fuera un prostituto, más bien fue por motivos políticos. La extrema derecha italiana se la tenía jurada. Su asesinato aparece en el montaje relacionado con la escena en la que torturan al pintor Mario Cavaradossi. También hay referencias a La mala educación, de Almodóvar, a Caravaggio, a la Biblia…”, comenta Rodríguez Villalobos por teléfono desde Bruselas tras un ensayo del atrevido montaje que podrá verse hasta el 2 de julio y que ha hecho que La Monnaie avise al público de que algunas de las imágenes que hacen referencia a la película de Pasolini pueden “ofender la sensibilidad de personas desinformadas”.

El montaje cuenta con la dirección musical de Alain Altinoglu y un doble elenco de cantantes entre los que se encuentran las sopranos Myrtò Papatanasiu y Monica Zanettin y los tenores Pavel Černoch y Andrea Carè. La producción se representará después en la Ópera de Montpellier (Francia), el Liceu de Barcelona y el Teatro de la Maestranza de Sevilla, coproductores de esta versión.

Como en casi todos sus trabajos, Villalobos diseña también el vestuario y cuenta con la escenografía de Emanuele Sinisi. Además colabora con el artista jiennense Santiago Ydáñez, quien firma varias pinturas que aparecen en el montaje. “Es la primera vez que me enfrento a una coproducción como esta para casas de ópera tan importantes, que cuentan con grandes artistas y equipos técnicos maravillosos. Cada día me levanto y me concentro en lo que tengo que ensayar, de lo contrario me volvería loco. Vivir en Sevilla, ir cada jueves al Vizcaíno a tomar cervezas con mis amigos de siempre, me hace tener los pies en la tierra”, confiesa el creador, que fue finalista en la categoría de joven director en los International Opera Awards de Londres de 2016, los llamados Oscar de la lírica, que en esta última edición han premiado al Teatro Real de Madrid como Mejor Compañía Operística del Mundo.

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“Llegar a la final, cosa que no había conseguido antes un español en mi categoría, supuso un gran empujón para mi carrera. Varios directores de grandes teatros europeos me ofrecieron trabajar con ellos y es lo que estoy haciendo ahora”, comenta quien en tan solo ocho años de carrera ha sumado reconocimientos como el Princesa de Girona de las Artes y las Letras que recibió en 2019.

A pesar del aluvión de referencias que maneja para Tosca, el director asegura que respeta “al máximo” la partitura original. “Casi nunca se representa sin cortes y nosotros ofrecemos las dos horas y 15 minutos originales. No he tocado ni una coma, pero hemos introducido pequeños puntos discordantes que tienen que ver con la subtrama de Pasolini”, advierte divertido. Hijo de un médico y una enfermera, en una familia sin referentes musicales, se formó de los 12 a los 19 años en el Conservatorio Cristóbal de Morales de Sevilla, antes de seguir estudiando entre Madrid, Barcelona y Roma.

Myrtò Papatanasiu, en un ensayo del montaje dirigido por el sevillano Rafael R. Villalobos.Hugo Segers

“Los cantantes se sorprenden cuando se encuentran con un director de escena tan joven. Antes de los ensayos vimos un vídeo de una representación de Tosca y yo comenté que había visto esa producción con 12 años. Entonces el barítono Laurent Naouri me dijo: ‘Que barbaridad, pero si eso fue ayer’. Pero lo cierto es que, pasada la sorpresa, para los grandes artistas tú eres el director y no tienen problemas jerárquicos por tu juventud”, comenta Villalobos, quien siempre acude al teatro tocado con una gorra que le da un aire aún más joven. Esta temporada ha dirigido, entre otros, a la soprano Sondra Radvanovsky en Las tres reinas, en el Liceu; reabrió la programación del Maestranza con Così fan tutte, y en enero estrenó Marie, de Germán Alonso (1984) en el Teatro de la Abadía, una coproducción con el Teatro Real sobre la violencia contra la mujer.

“Siempre hablamos de los proyectos que salen. Pero también hay mucho esfuerzo en los que no cuajan. Para mí es importante hacer terapia, me ayuda a distinguir lo profesional de lo personal y a relativizarlo todo. Es fácil confundirte a ti mismo con tu carrera; pero la terapia me ha ayudado a comprender que no soy menos válido por tener una mala crítica”, reflexiona.

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