Battiato era un poeta
El músico siciliano se erigió en un cantautor que podía competir perfectamente con Bob Dylan o con Bruce Springsteen a la hora de expresar el mundo
Fue a mediados de los años ochenta del siglo pasado cuando escuché por primera vez a Franco Battiato. Había dos canciones que me parecieron enormemente misteriosas, diferentes y de una originalidad que ponía patas arriba nuestras ideas habituales sobre la música pop expresada en lenguas que no fueran el poderoso inglés. Esas dos canciones eran Centro de gravedad permanente y Quiero verte danzar, me acuerdo de escucharlas una y otra vez, en bucle. ¿Quién era este italiano?, esa era la pregunta que me hacía,...
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Fue a mediados de los años ochenta del siglo pasado cuando escuché por primera vez a Franco Battiato. Había dos canciones que me parecieron enormemente misteriosas, diferentes y de una originalidad que ponía patas arriba nuestras ideas habituales sobre la música pop expresada en lenguas que no fueran el poderoso inglés. Esas dos canciones eran Centro de gravedad permanente y Quiero verte danzar, me acuerdo de escucharlas una y otra vez, en bucle. ¿Quién era este italiano?, esa era la pregunta que me hacía, ¿de dónde ha salido esta voz, esta audacia, esta rebelión? Pero había otra pregunta mucho más inquietante: ¿por qué no canta en inglés? Franco Battiato se erigió en un cantautor que podía competir perfectamente con Bob Dylan o con Bruce Springsteen a la hora de expresar el mundo, a la hora de exaltar el mundo. Porque Battiato, como Dylan, es épico, es colectivo. El gran misterio de una canción como Quiero verte danzar se asienta en su concepción literaria. Battiato era un poeta. Su exaltación del mundo busca la belleza y la verdad. Hay todo un himno a la vida en estas canciones. La aventura de Franco Battiato hay que verla como una revelación de las posibilidades de una lengua latina para ser suficientemente expresiva de la vida presente. España, Francia, Italia, Alemania han sido países colonizados por el pop de expresión inglesa.
Por eso la aventura épica de Battiato me pareció muy relevante y las obsesiones filosóficas y poéticas que hay en sus letras elevan al intérprete italiano a una dimensión universal. Ahora mismo las redes sociales lloran la perdida de Battiato y lo hacen en todo el mundo. Quiero verte danzar es una canción universal. Lo que se canta allí nos toca el corazón a todos. Hay otra cosa formidable en Battiato: la autenticidad, esa virtud que hemos visto en los hijos del rock y del pop anglosajón. Woody Guthrie, Janis Joplin, Bob Dylan, los Beatles, Patti Smith, Simon y Garfunkel, Cat Stevens, Lou Reed, David Bowie eran triunfos auténticos de la cultura popular. Vendían miles de discos, pero no eran comerciales. Ese fue un triunfo de la cultura popular, vinculada al rock and roll. No eran vulgares. No eran baratos, moralmente baratos. No eran horteras. No eran un producto horrendo y alienante de las discográficas. Por eso yo me enamoré de Battiato. Por eso nos enamoramos de Battiato. No era solo un cantautor. No era un cantante más. Battiato era una actitud. Era una devoción. Era un poeta eléctrico. En su música hay electricidad, hay ruido roquero. Eso es imprescindible, hay un montón de energía acústica. Está detrás la fuerza del rock. Battiato fue nuestro Elvis, nuestro Dylan. Nos hizo mejores a todos.