Red Hot Chili Peppers vende su catálogo de canciones por más de 116 millones de euros
La banda estadounidense cede los derechos editoriales de sus temas a la empresa británica Hipgnosis Songs Fund, la misma que adquirió los de Neil Young
Red Hot Chili Peppers ha vendido su catálogo íntegro de canciones a la empresa británica Hipgnosis Songs Fund, especializada en gestionar los derechos de grandes catálogos musicales por 140 millones de dólares (más de 116 millones de euros). Con esta decisión, la banda estadounidense se une a la última tendencia entre los cantantes de pop y rock de entregar sus cancioneros a compañías en busca de un beneficio que ya no obtienen por la venta de discos. De esta manera, Hipgnosis Songs Fund se convierte en el dueño editorial de temas com...
Red Hot Chili Peppers ha vendido su catálogo íntegro de canciones a la empresa británica Hipgnosis Songs Fund, especializada en gestionar los derechos de grandes catálogos musicales por 140 millones de dólares (más de 116 millones de euros). Con esta decisión, la banda estadounidense se une a la última tendencia entre los cantantes de pop y rock de entregar sus cancioneros a compañías en busca de un beneficio que ya no obtienen por la venta de discos. De esta manera, Hipgnosis Songs Fund se convierte en el dueño editorial de temas como Under the Bridge, Give It Away, Dani California y Knock Me Down, entre otros.
La banda de funk rock, formada en 1982, cuyos temas están firmados por sus miembros originales (en estos más de 35 años han ido cambiando) como el cantante Anthony Kiedis, el bajo Flea, el batería Chad Smith y el guitarrista John Frusciante, ha sumado entre cinco y seis millones de dólares (entre cuatro y cinco millones de euros) en beneficios durante su carrera, según ha confirmado su abogado a la publicación estadounidense Variety. A partir de ahora, los Red Hot Chili Peppers y sus sellos solo serán los propietarios de las grabaciones.
Neil Young también optó por esta empresa a la que entregó el 50% de sus 1.180 composiciones. Para conseguir su firma, aseguraron que se habían desembolsado 150 millones de dólares (unos 124 millones de euros). Casi al mismo tiempo, Universal Music Publishing pagó a Bob Dylan por el 100% de su repertorio 300 millones de dólares (unos 249 millones de euros). Estos contratos millonarios se refieren exclusivamente a los derechos editoriales de las canciones. La bajada de ingresos por la venta física y digital de discos y el año de sequía de conciertos que vive la industria de la música por la pandemia del covid-19 no se compensa con los ingresos por Spotify y demás plataformas de streaming, donde se desconocen los acuerdos a los que llegan todas las partes involucradas.
Desde hace una década
En los últimos meses ha habido otros movimientos. Shakira también recurrió a los británicos, a los que entregó el 100% de los derechos de publicación musical, incluida la participación en los ingresos de la publicación y letras de todo su catálogo, que comprende 145 canciones, según anunció la compañía. Desde que lanzó su primer álbum en 1991, grabado cuando tenía solo 13 años, Shakira ha vendido más de 80 millones de discos, lo que la convierte en la artista latina más vendida de todos los tiempos. Iconic Artists Group, de Irving Azoff, un veterano (73 años) empresario estadounidense, se quedó con las canciones de David Crosby sin que trascendieran los detalles del contrato. Paul Simon, ya jubilado de las giras, vendió los derechos editoriales de su cancionero (que incluye enormes éxitos con el dúo Simon & Garfunkel) al gigante Sony Music Publishing.
Esta es una tendencia que comenzó hace más de una década. En 2006, Primary Wave Music Publishing adquirió el 50 % del repertorio de Kurt Cobain a su viuda, Courtney Love, que necesitaba liquidez. Desde entonces, Primary Wave, fundada por el disquero Larry Mestel, se ha hecho con todo o parte del cancionero controlado por Alice Cooper, Def Leppard, Stevie Nicks, Devo, Ray Charles, Hall & Oates, Robbie Robertson o el productor Bob Ezrin. Incluso, Primary Wave ha pagado una cantidad respetable por la opción para conseguir en el futuro el tesoro musical del compositor Burt Bacharach.