Cultura pedirá a la Comunidad de Madrid que el Museo del Prado estudie el supuesto ‘caravaggio’

La Casa Ansorena explica en una reunión en el ministerio que el cuadro está “seguro y protegido”. La pieza será declarada Bien de Interés Cultural la próxima semana para iniciar el proceso de verificación de la autoría

El 'Ecce homo' que iba a ser subastado por la Casa Ansorena de Madrid.

El Ministerio de Cultura solicitará este lunes a la Comunidad de Madrid que ceda al Museo del Prado el estudio del cuadro que iba a ser subastado el pasado jueves por la Casa Ansorena por 1.500 euros y que numerosos especialistas atribuyen a Caravaggio. La administración regional está en pleno proceso de declarar la pintura Bien de Interés Cultural (BIC). El pasado viernes dio la orden de proteger la obra tal y como se lo había solici...

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El Ministerio de Cultura solicitará este lunes a la Comunidad de Madrid que ceda al Museo del Prado el estudio del cuadro que iba a ser subastado el pasado jueves por la Casa Ansorena por 1.500 euros y que numerosos especialistas atribuyen a Caravaggio. La administración regional está en pleno proceso de declarar la pintura Bien de Interés Cultural (BIC). El pasado viernes dio la orden de proteger la obra tal y como se lo había solicitado el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes. Pero esta medida se confirmará esta próxima semana una vez se publique en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid. De esta manera, Cultura trata de acelerar el proceso y que la verificación de la obra comience cuanto antes.

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La decisión se produce después de que el secretario general de Cultura, Javier García Fernández, y la directora general de Bellas Artes, María Dolores Jiménez-Blanco, se hayan reunido la mañana de este sábado con los responsables de la Casa Ansorena, según confirman a este diario fuentes conocedoras del encuentro. La entidad de subastas le ha garantizado al ministerio que “el cuadro está seguro y protegido”. La pieza fue retirada de la sala de exposiciones de Ansorena el pasado miércoles cuando Rodríguez Uribes, alertado por el Museo del Prado, solicitó a la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico ―que depende del Ministerio de Cultura― que declarara la obra inexportable, para evitar su salido del país, e iniciar el procedimiento que permita saber si, como dicen casi por unanimidad los estudiosos, se trata de un cuadro del pintor italiano del Barroco.

Una vez el cuadro se declare BIC, los propietarios tendrán que cumplir con una serie de obligaciones, como la conservación de la obra en condiciones adecuadas, un requisito que según Ansorena ya se está cumpliendo. Además, los dueños tendrán que acatar la decisión de Cultura y la Comunidad de Madrid de que sea el Museo del Prado quien analice la obra. En caso de que los propietarios quisieran venderla, un supuesto que dada la relevancia del posible autor no se produciría en el corto plazo, “la Administración tendría derecho de tanteo en el plazo de dos meses”, explican fuentes del Ministerio de Cultura. “Con esta doble garantía nos aseguramos de que el cuadro se quede en España y que puedan hacerse las cosas bien”, dijo Uribes el pasado jueves cuando garantizó que el cuadro no saliera del país.

Por el momento se desconocen detalles concretos de los propietarios de la pintura. Isabel Mateo, investigadora del CSIC, experta en el siglo XVI y el Bosco, explicaba el viernes por teléfono a EL PAÍS que vio el cuadro hace unos 10 años en una vivienda del barrio de Salamanca de Madrid. Era la casa de dos hermanas, según su recuerdo. “Una amiga me llevó porque estas mujeres querían saber a quién pertenecía el cuadro”, relató. La pintura colgaba en el salón de la casa. La investigadora les aclaró que ella no era una experta, pero que por las características del cuadro dudaba de que se tratara de un ribera. “No era la misma técnica y Ribera suele incluir un sillar en sus obras que en esta no estaba”, continúa Mateo. La investigadora recuerda que las dos hermanas que conoció aquella tarde en una merienda “no eran coleccionistas”, apunta. “La pieza debía venir de su familia, una herencia”.

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