‘La Gomera’, un ‘thriller’ rumano con silbo y policía corrupta

El director Corneliu Porumboiu la rodó tras ver un documental sobre el sistema de comunicación prehispánico canario: “Todas mis películas se relacionan con el lenguaje”

El cineasta rumano Corneliu Porumboiu durante el rodaje de 'La Gomera'. En el vídeo, el tráiler de la película.

El director de cine Corneliu Porumboiu (Vaslui, Rumania, 45 años) vio hace más de 10 años un documental en televisión sobre una isla canaria que se convertiría en la inspiración de su más reciente película, La Gomera, que se estrena en España este viernes 19 de marzo tras competir en el último festival de Cannes celebrado, el de 2019. El cineasta se quedó enganchado inmed...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El director de cine Corneliu Porumboiu (Vaslui, Rumania, 45 años) vio hace más de 10 años un documental en televisión sobre una isla canaria que se convertiría en la inspiración de su más reciente película, La Gomera, que se estrena en España este viernes 19 de marzo tras competir en el último festival de Cannes celebrado, el de 2019. El cineasta se quedó enganchado inmediatamente por el silbo gomero, un lenguaje que desde tiempos prehispánicos ha servido a los isleños para comunicarse a través de largas distancias, ya sea contra los conquistadores españoles o para burlar la vigilancia de la Guardia Civil. “El lenguaje de silbidos fue el punto de partida para la película”, comenta Porumboiu, responsable de El tesoro (2015) y 12:08 al este de Bucarest (2006), en una entrevista telemática con EL PAÍS desde su hogar en la capital rumana.

El protagonista de La Gomera es un policía rumano —al que da vida Vlad Ivanov (Crematorio; 4 meses, 3 semanas, 2 días)— que llega a Canarias para aprender el silbo. Debe sacar de la cárcel en Bucarest a un empresario implicado con la mafia en un plan que requiere comunicarse en los cuatro idiomas diferentes que se usan a lo largo de la película: español, inglés como lengua franca, rumano y el silbo gomero. Y este último requirió bastante trabajo previo antes del rodaje.

“Al principio”, cuenta Porumboiu, “cuando solo tenía un borrador, fui a la isla y me puse en contacto con Francisco Correa, el coordinador del Proyecto de Enseñanza del Silbo Gomero. Vi unas clases allí. Después, Correa vino a Bucarest, entrenó a los actores durante dos semanas y posteriormente se mantuvo en contacto con ellos a través de Skype”. El cineasta resalta que para él fue importante que los actores supieran cómo hacer el silbo, aunque en algunos casos tuvieron que doblarlos. Iniciaron la práctica del silbido, calcula el director, un año antes del rodaje.

La filmación entre Rumania y España, en comparación, fue relativamente sencilla a pesar de las complejidades de la producción y de que “reunir el presupuesto fue un proceso largo”. “Filmé con el mismo equipo rumano en ambos países y nos ayudaron bastante las autoridades de La Gomera y la gente de la isla”, relata Porumboiu. “No tuvimos mucho tiempo, unas cuatro semanas en total, pero suficiente para llevarlo a cabo”.

Lenguaje subjetivo

Otro punto de partida para La Gomera es el policía, a quien Ivanov ya había interpretado en Politist, adjectiv, película con la que Porumboiu ganó en 2009 el premio del jurado en la sección de Una cierta mirada de Cannes. “El personaje de Ivanov en Politist, adjectiv era alguien que conoce el sistema y sus reglas y con una mentalidad muy definida, y me pregunté cómo era encontrarse a este personaje una década más tarde, completamente desorientado y en un país desconocido”, explica el director, quien señala El sueño eterno, de Howard Hawks, como una de sus inspiraciones.

Más información

Al igual que en Politist, adjectiv, en La Gomera el director rumano deja entrever una fascinación por el uso del lenguaje. En una secuencia de la primera, el protagonista obliga a un policía novato a leer la definición de policía en un diccionario de rumano. En la segunda, el personaje encarnado por Ivanov se baja del ferry en la isla y le preguntan si sabe hablar español o, en su defecto, inglés. Porumboiu admite que el uso del lenguaje es una atracción suya, particularmente en relación con el poder, pero no es algo que reflexiones a priori: “Todas mis películas se relacionan con el lenguaje, de personajes que no se entienden entre sí, pero no suelo tener en mente este tipo de tema. Es algo personal que está allí“.

El cineasta rumano no era totalmente ajeno a España antes de este rodaje. Está casado con Arantxa Etcheverria, la directora artística de La Gomera y a quien el director atribuye la fortaleza visual de la película. Etcheverria es oriunda del País Vasco francés. “Ella es de San Juan de Luz y solemos ir allí. Me gusta mucho la región. Conozco San Sebastián, hemos ido en verano; también Bilbao. Me gusta mucho la pelota vasca. Quizá deba hacer una película sobre eso”, añade Porumboiu entre risas.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Más información

Archivado En