Fellini sobrenatural

Este documental, enmarcado dentro del centenario del nacimiento hace justo un año de Federico Fellini, explora la relación del cineasta italiano con lo esotérico y sobrenatural. Con un esquema de cabezas parlantes y sin profundizar demasiado en cómo el mundo de los sueños sustituyó a la realidad en su cine, la directora Selma Dell’Olio convoca a una serie de especialistas, amigos y colaboradores para señalar cómo el psicoanálisis, la astrología, el tarot o el I Ching se convirtieron en herramientas fundamentales en la vida y la obra (absurdo en su caso intentar desligar una de otra) del...

Este documental, enmarcado dentro del centenario del nacimiento hace justo un año de Federico Fellini, explora la relación del cineasta italiano con lo esotérico y sobrenatural. Con un esquema de cabezas parlantes y sin profundizar demasiado en cómo el mundo de los sueños sustituyó a la realidad en su cine, la directora Selma Dell’Olio convoca a una serie de especialistas, amigos y colaboradores para señalar cómo el psicoanálisis, la astrología, el tarot o el I Ching se convirtieron en herramientas fundamentales en la vida y la obra (absurdo en su caso intentar desligar una de otra) del director de La Strada. Las sesiones con el psicoanalista jungiano y astrólogo Ernst Bernhard o con el artista, restaurador y gurú de Turín (ciudad altamente esotérica) Gustavo Rol conforman lo más interesante de una película que sabe a poco y que elude de forma algo imperdonable aspectos más experimentales de su vida, como el consumo terapéutico del LSD, una práctica que acabó siendo ilegal, pero que estuvo bastante extendida entre los terapeutas de la época.

A partir de la década de los sesenta es imposible acceder plenamente al cine de Fellini sin darle la mano a esos misterios del inconsciente que él convocó a través de brujos, videntes, ilusionistas y magos y que nutrieron películas como Fellini 8 1/2 o Giulietta de los espíritus. Además de tomar nota y dibujar durante décadas todas sus pesadillas, Fellini estableció con Bernhard y Gustavo Rol un vínculo de terapia-trabajo del que se alimentó su cine. De estas relaciones quizá la más interesante y desaprovechada por Selma Dell’Olio está ligada a Rol, un personaje tan excéntrico que merece un documental propio y a quien Fellini pedía luz para avanzar en ese mundo onírico sin el que resultaría incompresible su legado. Pese a todo, el documental es una decente introducción a algo que fue mucho más que un mero coqueteo con lo paranormal y, aunque pase de puntillas, también con lo religioso de uno de los grandes mitos de la historia del cine europeo.