Olor a soberbia y ruindad
Una estimable película de vocación modesta que se ve con una media sonrisa con dos protagonistas cargados de esquinazos de carácter
La secuencia de arranque con el Trivial de la serie Antidisturbios podría ejercer de paradigma de cómo presentar de un modo harto atractivo a un personaje en una obra audiovisual de ficción: en un acto cotidiano sin demasiada importancia su actitud nos desvela en apenas unos minutos, y sin que nadie explicite sus virtudes o sus defectos, las más complejas interioridades del ser humano. En un tono y con un estilo completamente distintos, el director francés Grégory Magne logra algo parecido en los primeros instantes de Perfumes, su segundo largometraje: un padre y su pequeña hija ...
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La secuencia de arranque con el Trivial de la serie Antidisturbios podría ejercer de paradigma de cómo presentar de un modo harto atractivo a un personaje en una obra audiovisual de ficción: en un acto cotidiano sin demasiada importancia su actitud nos desvela en apenas unos minutos, y sin que nadie explicite sus virtudes o sus defectos, las más complejas interioridades del ser humano. En un tono y con un estilo completamente distintos, el director francés Grégory Magne logra algo parecido en los primeros instantes de Perfumes, su segundo largometraje: un padre y su pequeña hija salen de la piscina y pretenden comprar una chocolatina en una máquina expendedora.
Lo que ocurre, sutil, cómico y patético, nos introduce a la perfección a su protagonista: un tipo de apariencia simpática pero torpe y ruin. La siguiente secuencia, cómo no, nos lo muestra en un acto ante un juez por la custodia de la niña frente a su exesposa. El director Magne no ha necesitado hacer nada del otro mundo para que su película comience en alto. Todo lo necesario ya lo ha hecho el escritor Magne. Con sencillez y conocimiento de la grisura de ciertas vidas contemporáneas.
Perfumes es una estimable película de vocación modesta que se ve con una media sonrisa porque sus dos personajes principales están cargados de esquinazos de carácter, y porque el enfrentamiento entre ambos tiene múltiples posibilidades. Una soberbia e insoportable mujer cuya herramienta de trabajo es el olfato, desde componer perfumes hasta asesorar a la institución que pretende construir una réplica de una relevante cueva, olores incluidos, para la visita de los turistas. Y el hombre mezquino y mentiroso que la ayuda como chófer en sus viajes. Dos maleducados —ella es la típica persona que te hace un regalo y antes de que lo desenvuelvas te dice lo que es—, cada uno en un extremo del comportamiento.
Con unos estupendos Emmanuelle Devos y Grégory Montel, su director huye además del arquetipo de la película de superación. Ninguno de los dos se reforma, o al menos no del todo. Y a pesar de que en el núcleo central se atasca un tanto, Perfumes acaba logrando lo que pretende. No busca más que lo que hay, pero lo encuentra.
PERFUMES
Dirección: Grégory Magne.
Intérpretes: Emmanuelle Devos, Grégory Montel, Pauline Moulène, Sergi López.
Género: drama. Francia, 2019.
Duración: 100 minutos.