Vida y muerte de la comandante Tamara

Mientras en Chile se anunciaba hace unos días el histórico fallo contra lo que se conoce con el siniestro nombre de Venda Sexy, una casa de torturas especializada en las vejaciones sexuales a mujeres durante el régimen de Augusto Pinochet, en España se estrena la ópera prima de Juan Ignacio Sabatini, un filme que se suma a la memoria histórica de la dictadura y que está centrada en una de las dirigentes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), Cecilia Magni, detenida y torturada durante días hasta que su cuerpo fue encontrado sin vida en el río Tinguiririca. Matar a Pinochet está ...

Mientras en Chile se anunciaba hace unos días el histórico fallo contra lo que se conoce con el siniestro nombre de Venda Sexy, una casa de torturas especializada en las vejaciones sexuales a mujeres durante el régimen de Augusto Pinochet, en España se estrena la ópera prima de Juan Ignacio Sabatini, un filme que se suma a la memoria histórica de la dictadura y que está centrada en una de las dirigentes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), Cecilia Magni, detenida y torturada durante días hasta que su cuerpo fue encontrado sin vida en el río Tinguiririca. Matar a Pinochet está inspirada en el atentado del FPMR que en diciembre de 1986 pudo haber terminado con la vida del dictador chileno y que, lejos de terminar con él, desembocó en una sanguinaria persecución de los miembros de un grupo nacido del partido comunista chileno. Un suceso endiablado, que inspiró la novela de Pedro Lemebel Tengo miedo torero, y la crónica en la que está basada este filme, Los fusileros, de Cristóbal Peña.

Con cierto aire de wéstern de guerrilla, la película reivindica la figura de Magni, conocida como la comandante Tamara e interpretada por la convincente actriz Daniela Ramírez. Hija de un pudiente industrial, Magni se alejó de una vida acomodada junto a su hija pequeña para liderar una respuesta armada a la dictadura. Un arrojo que la llevó a ser dirigente del FPMR en un país tan machista como Chile. Una excepción que Daniela Ramírez hace creíble con un personaje duro, capaz de aplacar sus sentimientos y con un solo objetivo en la cabeza. Con una estructura que se mueve entre sucesos y recuerdos, entre material documental de aquellos años ochenta y una ficción dramatizada, Matar a Pinochet es una película tensa pero desaliñada. Aunque cumpla una función en la recuperación de la memoria más dolorosa de Chile .