Pankaj Mishra: “Con Biden vuelven al poder quienes allanaron el camino a Trump”
El escritor angloindio, que publica el volumen ‘Fanáticos insulsos’, advierte: ″Algo mucho peor que la distopía de Orwell se ha hecho realidad”
“Las naciones imaginadas pagan un precio muy elevado por su sistema de autoengaños”, dice el pensador angloindio Pankaj Mishra (Uttar Pradesh, 51 años), cuyo último libro, Fanáticos insulsos. Liberales, raza, imperio (Galaxia Gutenberg), reúne sus críticas desde 2011 al modelo liberal angloamericano. Fanáticos insulsos son aquellos políticos, economistas y escritores que en los noventa se lanzaron con retórica exaltada a desmontar el estado social, convencidos de que la apuesta global...
“Las naciones imaginadas pagan un precio muy elevado por su sistema de autoengaños”, dice el pensador angloindio Pankaj Mishra (Uttar Pradesh, 51 años), cuyo último libro, Fanáticos insulsos. Liberales, raza, imperio (Galaxia Gutenberg), reúne sus críticas desde 2011 al modelo liberal angloamericano. Fanáticos insulsos son aquellos políticos, economistas y escritores que en los noventa se lanzaron con retórica exaltada a desmontar el estado social, convencidos de que la apuesta global por mercados no regulados y las intervenciones militares en su nombre emanciparían a los pueblos no occidentales para alcanzar milagrosamente los logros de un Occidente idealizado. Radicado en Londres, señala la ola de resentimiento generado por estas políticas en Asia y Latinoamérica y cómo aumentaba la “concentración de la riqueza, la criminalización de los pobres, las políticas disfuncionales, unos medios de comunicación negligentes y un establishment que se inventaba amenazas externas para sus fines”. The New York Times lo recomienda para entender cómo la democracia más poderosa del planeta se entregaba al populismo autoritario.
Pregunta. Fue de los pocos que alertó de que el cesarismo de Trump no era una anomalía pasajera, sino síntoma de una democracia enferma...
Respuesta. Sus 72 millones de votos confirman que Trump no fue una aberración, sino un síntoma de una democracia disfuncional. Su partida no resolverá los problemas estructurales de un viejo sistema tambaleante que sólo funciona para una pequeña minoría.
P. No todos sus votantes son trumpistas. ¿Un candidato menos caprichoso y más inteligente hubiera consumado el fin de la democracia en Estados Unidos?
R. En casi todos los países que afrontan una crisis de democracia y capitalismo, la revuelta de masas antisistema sigue siendo muy fuerte. El viejo orden todavía es despreciado por causar tanta miseria y desigualdad. La consecuencia es que alienta la aparición de nuevos demagogos y antipolíticos.
P. ¿Es escéptico con Biden?
R. Aún más cuando veo la lista de probables miembros de su nueva Administración. Casi todos sirvieron con Barack Obama. La gente esperaba mucho de Obama, en gran parte porque parecía diferente, como hoy Kamala Harris, de la mayoría de los políticos. Pero subcontrató su política económica a Wall Street, rescató a los bancos mientras ignoraba la difícil situación de millones de personas que perdieron sus activos en la crisis financiera, intensificó un nuevo modo de guerra con drones y descuidó la reconstrucción de su partido mientras él se convertía en una celebridad internacional. Las personas que allanaron el camino a Trump con sus desastrosas políticas regresan al poder.
P. ¿Considera el modelo liberal angloamericano fracasado y que la covid promoverá la reconstrucción del estado de bienestar?
R. Cuando Financial Times y The Economist, órganos de propaganda de Anglo-América y de los regímenes de privatización y desregulación, empiezan a hablar de la importancia de la competencia estatal y del bienestar colectivo, sabes que la vieja era ideológica está llegando a su fin. La crisis ya había puesto al descubierto los principales defectos del modelo hiperindividualista de capitalismo adoptado por el Reino Unido y Estados Unidos después de Reagan y Thatcher. La pandemia ha expuesto cruelmente a los Estados que privatizaron tantos servicios públicos.
“Ya habíamos logrado una versión del Estado ‘orwelliano”
P. La eficiencia del modelo chino en Asia y la economía de algoritmos en Occidente parecen dar la razón a Orwell.
R. Edward Snowden nos hizo ver cuánto nos vigilan las agencias de seguridad estadounidenses. Ya habíamos logrado una versión del Estado orwelliano al ceder voluntariamente tantos datos a Silicon Valley. Algo mucho peor que la distopía de Orwell se ha hecho realidad. China es una advertencia, pero también lo es el llamado mundo libre.
P. ¿Es el modelo económico, ahora el capitalismo digital de vigilancia, el que modela los cambios sociales o el ser humano sigue aún teniendo libertad de decidirlos?
R. El mundo moderno se basaba en la capacidad humana para cambiar su destino, hacer historia y lograr la libertad. Esta fue la aventura de la modernidad en la que nos embarcamos después de siglos de una existencia restringida por una autoridad religiosa y política indiscutible. La rendición actual a la tecnología muestra que, como Dostoievski y otros predijeron, los seres humanos no afrontan bien la libertad y la incertidumbre que trae y que muchos de nosotros estamos tratando de escapar de la libertad hacia cualquier cosa que prometa certeza y seguridad.
P. En 2003, Bush, Blair, Aznar y Durao Barroso se reunieron en las Azores. El programa neocon aliado con el laborismo de la Tercera Vía. Dijeron que, más allá de intereses económicos, querían expandir la democracia, la libertad y el Estado de Derecho en Oriente Medio por medio de una “guerra humanitaria”, pero enseguida el fantasma del populismo autoritario empezó a arraigar en Occidente. Además de la crisis del 2008, ¿qué ocurrió?
R. Los líderes occidentales que menciona pertenecían a una generación inmadura e imprudentemente ambiciosa que aspiraba a remodelar el mundo después del final de la Guerra Fría. Estaban tan intoxicados con el poder que no podían ver que sus propios países necesitaban una democracia y un Estado de Derecho genuinos. Aznar fue particularmente imprudente. Quería jugar con los grandes del imperialismo angloamericano y arrastró a España a una confrontación totalmente innecesaria y calamitosa con el mundo musulmán.
“Alemania será la nación dominante en Europa”
P. ¿Cómo ve el futuro de Europa tras el Brexit?
R. Alemania será la nación dominante en Europa, sin duda. Este es el reverso profundamente irónico de la historia moderna: mientras el Reino Unido se sumerge en la calamidad del Brexit y Estados Unidos lucha por recuperarse del profundo daño infligido por Trump, Alemania, el viejo rival de Anglo-América, perdedor en dos guerras mundiales, emerge como el ganador final en el siglo XXI con su economía social de mercado, una población cada vez más diversa y un sistema político relativamente inmune a los demagogos.
P. ¿Cuál es el proceso por el que una democracia deriva hacia el autoritarismo y qué antídotos deben activarse?
R. Los movimientos y líderes autoritarios medran cuando los representantes políticos, junto con los principales medios de comunicación y los empresarios, pierden el contacto con la vida de la gente común y forman un eje egoísta y autoperpetuante; cuando se debilitan los sindicatos y los gobiernos locales y otras instituciones que median entre los individuos y fortalecen el sentimiento comunitario; y cuando las ideologías de exaltación de lo individual se vuelven dominantes. La democracia no se puede reducir a instituciones y procedimientos formales como las elecciones. Es un asunto de todos los días.