Un trabajo de familia

Alfredo Sanzol pone en pie el ‘Macbeth’ que planeaba Gerardo Vera antes de morir

Alfredo Sanzol, el año pasado en el Teatro María Guerrero de Madrid.Jaime Villanueva

Me dice Alfredo Sanzol que tiene un trabajo de familia entre manos: el Macbeth de Shakespeare, que tomará el María Guerrero del próximo 27 de noviembre al 17 de enero. ¿Familia? Como es una figura retórica, se la presento de otra manera: ¿por qué elegir la que quizás sea su obra más difícil? Sanzol me cuenta que Gerardo Vera (fallecido el pasado septiembre) se lo propuso desde el min...

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Me dice Alfredo Sanzol que tiene un trabajo de familia entre manos: el Macbeth de Shakespeare, que tomará el María Guerrero del próximo 27 de noviembre al 17 de enero. ¿Familia? Como es una figura retórica, se la presento de otra manera: ¿por qué elegir la que quizás sea su obra más difícil? Sanzol me cuenta que Gerardo Vera (fallecido el pasado septiembre) se lo propuso desde el minuto uno. Tenía una relación muy intensa con el texto, aunque solo la montó una vez, y cantada: la de Verdi, en el Real. Y desde que hizo el Lear, el asesino escocés (y señora), le rondaba la cabeza sin cesar. “A mí me seducía la idea”, me dice Sanzol, “siempre me han gustado los personajes que entran por el lado oscuro”.

Veo las notas de Sanzol y la familia es evidente. “La obsesión y el diseño son de Gerardo”, me dirá al cabo de un rato. “José Luis Arellano y José Luis Collado son ayudantes de dirección. Y Collado ha hecho también la versión, como de costumbre en los trabajos de Vera. La escenografía es de Alejandro Andújar y las imágenes de Álvaro Luna; los dos empezaron con Gerardo. Y la música es de Alberto Granados, un músico muy joven”. Me atrevo a decirle a Sanzol que quizás su misión sea, por un lado, levantar su obra, y por otro completar el montaje que quería hacer Vera antes de morir. Premio: “Exactamente es eso. Sí”, contesta. Nos lanzamos a hablar de los Macbeth, a los que, recordamos, Jan Kott llamaba “los contagiados por la muerte”. Sanzol echa un as: “Juan Mayorga dice que es una obra sobre la fuerza de la palabra. Ese es el poder de las brujas: introducen una imagen de poder en Macbeth con la que despiertan su codicia”. Vuelve a salir el asunto de la dificultad. Digo que me ahoga. Que es una de las obras más cerradas del jefe. Que no le veo una sombra de amor ni de deseo. Sanzol: “Yo creo que los Macbeth asesinan para llenar un vacío". Curiosa pareja: la esposa busca un hombre, él necesita a una madre.

A Sanzol le deslumbra lo maravilloso de la construcción. “La estructura”, sigue, “que arranca con Macbeth como un soldado respetado, y que va a adentrarse en un viaje hacia la autodestrucción”. Son 12 intérpretes. Hago aquí una selección con todo mi respeto, porque no me caben todos. Macbeth es Carlos Hipólito. Lady Macbeth es la incendiaria Marta Poveda. Jorge Kent es Banquo. Duncan es Chema Ruiz. Mapi Sagaseta reúne en un solo personaje a las tres brujas, tal como dicta la versión de Collado, a la que Sanzol ha llamado la Mujer Oscura. “Alejandro Andújar rescató el último figurín de Gerardo”. El espacio es también de Andújar: la escenografía monta una gran instalación, con suelos de tablas rojas, curvas, que salen del escenario y lo desbordan. “Es un estupendo elenco”, dice Sanzol. “Hipólito y Sagaseta están haciendo un trabajo lejos de cualquier prejuicio”.

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