Humus y telenovela

A Todo pasa en Tel Aviv le ocurre un poco como al humus, esa receta de garbanzos cocidos con tahini, ajo y zumo de limón que tanto le gusta al militar israelí de esta divertida y aguda comedia. Se trata de un plato tan sencillo como infalible. La película de Sameh Zoabi cuenta la historia de Salam, un pícaro y delgaducho palestino que vive en Jerusalén y trabaja en Ramala en una popular telenovela palestina titulada Tel Aviv On Fire. Cada día, para llegar a los estudios de televisión, Salam tiene que pasar por un control israelí donde un cargo militar, Assi, descubre que trabaja ...

A Todo pasa en Tel Aviv le ocurre un poco como al humus, esa receta de garbanzos cocidos con tahini, ajo y zumo de limón que tanto le gusta al militar israelí de esta divertida y aguda comedia. Se trata de un plato tan sencillo como infalible. La película de Sameh Zoabi cuenta la historia de Salam, un pícaro y delgaducho palestino que vive en Jerusalén y trabaja en Ramala en una popular telenovela palestina titulada Tel Aviv On Fire. Cada día, para llegar a los estudios de televisión, Salam tiene que pasar por un control israelí donde un cargo militar, Assi, descubre que trabaja en el programa favorito de su mujer. La relación entre el pobre diablo palestino y el fanfarrón israelí centra una película donde los militares tienes vocación literaria y farandulera y los buscavidas son tímidos existencialistas. Y detrás de todo, la tramoya de una ficción televisiva sobre espías y pasiones equivocadas en la Guerra de los Seis Días.

Las referencias a clásicos de Hollywood como Casablanca o El halcón maltés, los guiños permanentes a la ficción dentro de la ficción y el contraste entre los diferentes puntos de vista de una realidad compleja y dolorosa hacen de esta película una resuelta mezcla entre ligereza y crudeza, entre farsa y autenticidad. La relación entre Salam y su antagonista Assi es el eje central, pero Zoabi logra que hasta el personaje más pequeño (especialmente todos los que rodean a la telenovela) no resulten accesorios caprichosos. Aunque son los dos actores principales, Kais Nashif y Yaniv Biton, quienes, con actuaciones también opuestas, logran darle a la película su personalísimo tono. El actor palestino, conocido por la premiada película de 2005 Paradise Now, convierte a su pícaro personaje en un tipo melancólico e introspectivo, alejado de los habituales estereotipos del hombre-calamidad y extrañamente parecido a esos galanes ensimismados de las comedias de Howard Hawks. Por el contrario, Yaniv Biton dota a su comandante israelí de un histrionismo más propio del enredo que narra la película. Una amalgama sencilla pero deliciosa, como el humus.