Un nuevo talento

¿De dónde ha salido Jim Cummings, director, guionista y actor de la magnífica 'Thunder Road'?

La mirada atónita de los personajes ante el errático comportamiento del protagonista es también la nuestra como espectadores: por la excentricidad de su actitud, por la ambigüedad de su discurso y, sobre todo, por el talento de su creador. ¿De dónde ha salido Jim Cummings, director, guionista y actor de la magnífica Thunder Road? De la independencia americana, adaptando un cortometraje propio del año 2016 y convirtiéndolo en un largo sorprendente: una comedia negra sobre la depresión, cargada de emoción, de inmensa crueldad con la sociedad e infinito cariño por sus criaturas. Una mixtur...

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La mirada atónita de los personajes ante el errático comportamiento del protagonista es también la nuestra como espectadores: por la excentricidad de su actitud, por la ambigüedad de su discurso y, sobre todo, por el talento de su creador. ¿De dónde ha salido Jim Cummings, director, guionista y actor de la magnífica Thunder Road? De la independencia americana, adaptando un cortometraje propio del año 2016 y convirtiéndolo en un largo sorprendente: una comedia negra sobre la depresión, cargada de emoción, de inmensa crueldad con la sociedad e infinito cariño por sus criaturas. Una mixtura complicadísima de resolver y de componer en lo ético y en lo estético.

Thunder Road es una película circular que empieza y termina en un mismo lugar: las palabras de despedida del policía protagonista durante el funeral de su madre. En los casi diez minutos iniciales, Cummings despliega como intérprete una variedad de registros apabullante, mientras en la puesta en escena planifica con un recurso sencillo pero ejemplar: un lentísimo travelling de acercamiento por el pasillo central de la iglesia, desde un encuadre general hasta un amplio primer plano, que converge a la perfección con el tono del afligido e incontrolable hijo. El desconcierto de la audiencia ante cada frase, ante cada mueca, avanza al mismo ritmo que la cámara, centímetro a centímetro.

Como en las grandes comedias negras, todo es cómico y trágico al mismo tiempo, y no sucesivamente, hasta alcanzar con ello la frontera de lo patético. La compleja existencia del policía, que ha perdido a su madre y vive un difícil proceso de divorcio, es narrada por su autor utilizando como símbolo vital la canción de Bruce Springsteen que da título a la película. Y, sin embargo, Thunder Road, “esta noche seremos libres…”, que es básica en el devenir de la historia y que funciona casi como mcguffin, impulsando el relato y moviendo a los personajes, nunca llega a sonar de fondo. Un problema con los derechos, surgido ya con el corto original, induce a Cummings a una genialidad.

Cuando en el desenlace, junto a los títulos de crédito finales, el relato vuelve a la capilla en forma de esclarecedor flashback y al último adiós de ese hijo hacia su madre, la composición del plano por parte de Cummings, que no desvelaremos, y la magistral música de contraste solo tienen una posibilidad de respuesta por parte del que ha disfrutado la película: una amplia sonrisa de calma y cariño por un tipo inabarcable.

THUNDER ROAD

Dirección: Jim Cummings.

Intérpretes: Jim Cummings, Kendal Farr, Nican Robinson, Jocelyn DeBoer.

Plataforma: Movistar.

Género: comedia. EE UU, 2018.

Duración: 92 minutos.


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