Cárceles sin ideología

El trabajo de Annan, basado en el libro escrito por su protagonista, el miembro del Congreso Nacional Africano Tim Jenkin, aboga por el suspense continuo

Fotograma de 'Fuga de Pretoria'.
Madrid -

Desde una clasificación quizá un tanto restrictiva, el subgénero de las películas de fugas carcelarias se podría dividir en dos: las de presos comunes y las de presos políticos. Las primeras tienen como esencia la amistad y la solidaridad en un entorno opresivo, la esperanza en la fuga, su metodología y preparación, y finalmente su ejercicio. Las segundas poseen todo esto, pero deben añadir primordiales matices ideológicos, históricos y analíticos de cada una de las fuerzas enfrentadas: la de los carceleros, y no tanto los funcionarios como los ideólogos y poseedores del poder y del gobierno, ...

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Desde una clasificación quizá un tanto restrictiva, el subgénero de las películas de fugas carcelarias se podría dividir en dos: las de presos comunes y las de presos políticos. Las primeras tienen como esencia la amistad y la solidaridad en un entorno opresivo, la esperanza en la fuga, su metodología y preparación, y finalmente su ejercicio. Las segundas poseen todo esto, pero deben añadir primordiales matices ideológicos, históricos y analíticos de cada una de las fuerzas enfrentadas: la de los carceleros, y no tanto los funcionarios como los ideólogos y poseedores del poder y del gobierno, y la de los prisioneros, sentenciados a la privación de la libertad por oponerse a los primeros mediante acciones de lucha por la democracia más o menos morales.

Fuga de Pretoria, película británica dirigida por Francis Annan, basada en hechos reales acaecidos en la Sudáfrica del apartheid, debería ser una obra de la segunda vertiente. Sin embargo, salvo apenas unos minutos en su inicio, de corte casi documental, solo se centra en las características de la primera. Y eso tiene poco sentido.

Con independencia de la clamorosa ausencia de reflexión política, el trabajo de Annan, basado en el libro escrito por su protagonista, el miembro del Congreso Nacional Africano Tim Jenkin, interpretado aquí por Daniel Radcliffe, aboga por el suspense continuo. Y, en eso sí, hay un buen manejo del tiempo y del espacio, componiendo una suma de situaciones de tensión que, para los que solo busquen entretenimiento, puede resultar gozosa y suficiente pues, además, el debutante Annan juega bien con los silencios y no suma tensión con el subrayado de la banda sonora musical sino con su ausencia.

Sin embargo, para los que reclamen un examen histórico, un análisis de comportamientos y de conciencias, sobre todo entre los carceleros de la minoría blanca del país, solo encontrarán personajes de brocha gorda. Frente a las reclamaciones de libertad y democracia, de igualdad de derechos entre negros y blancos, el contraplano es el de unos fantoches, y no el de unos seres humanos terribles. Y ni siquiera se aprovecha para algún diálogo con enjundia el hecho de que los protagonistas sean activistas blancos en una sociedad de dominio de los suyos y de segregación de la raza negra.

FUGA DE PRETORIA

Dirección: Francis Annan.

Intérpretes: Daniel Radcliffe, Daniel Webber, Mark Leonard Winter, Ian Hart.

Plataforma: Filmin.

Género: carcelario. R U, 2020.

Duración: 101 minutos.

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