La odisea de alquilar piso, en viñetas

La novela gráfica 'Coqueto, mejor ver' de Sara Caballería y 'Verne' relata con humor las dificultades a las que se enfrentan los jóvenes en plena burbuja del alquiler

Portada de 'Coqueto, mejor ver' de 'Verne' y Sara Caballería.Grijalbo

"Bienvenida a mi palacio. Esto es el baño. Lo bueno del techo abuhardillado es que es muy bonito, lo malo es que tienes que ducharte agachado". Así recibe la inquilina del desván de un bloque de pisos situado en Madrid a su amiga Laura en las primeras páginas de Coqueto, mejor ver (Grijalbo). "Las buhardillas parecen un rollo, pero esta es coqueta y con mucha luz", sonríe. Laura debe inclinar la barbilla hacia el suelo para no pegarse un coscorrón contra el techo y esta solo será la primera vez d...

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"Bienvenida a mi palacio. Esto es el baño. Lo bueno del techo abuhardillado es que es muy bonito, lo malo es que tienes que ducharte agachado". Así recibe la inquilina del desván de un bloque de pisos situado en Madrid a su amiga Laura en las primeras páginas de Coqueto, mejor ver (Grijalbo). "Las buhardillas parecen un rollo, pero esta es coqueta y con mucha luz", sonríe. Laura debe inclinar la barbilla hacia el suelo para no pegarse un coscorrón contra el techo y esta solo será la primera vez de muchas en las que tenga que agachar la cabeza en su tarea epopéyica por encontrar piso en la capital.

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Este es el punto de partida de una novela gráfica dedicada "a quienes reciben más e-mails de alertas de pisos que de sus propios amigos". La idea fue concebida por el equipo de Verne, una web de EL PAÍS, que creó en octubre de 2017 el blog homónimo para narrar las dificultades de encontrar una solución habitacional en la metrópolis española. La protagonista de estas historias reales adquirió el pseudónimo de Laura Sánchez, pero eran los periodistas quienes recogían testimonios y datos para analizar la burbuja del alquiler.

Durante 15 días, narraron la experiencia de buscar piso en Madrid en primera persona, con reportajes sobre el racismo en el alquiler, las cláusulas abusivas, el trabajo de los sindicatos de inquilinos... Ahora, Anabel Bueno, Pablo Cantó, Héctor Llanos, Mari Luz Peinado, Emilio Sánchez, Jaime Rubio Hancock y Lucía González han adaptado aquella serie de reportajes y la han convertido en un trabajo de semi-ficción, opera prima de Sara Caballería, ilustradora y diseñadora gráfica. 

La rigurosidad periodística de las situaciones que se reflejan en Coqueto, mejor ver se transmite con un tono humorístico. El objetivo, relata Mari Luz Peinado, redactora de Verne, "no es reírse de un problema cada vez más serio, sino tomar un poco de distancia y explicar las cosas con humor". Un buen ejemplo es el repaso a las mentiras y los tópicos con los que se camuflan los peores pisos en alquiler ("Es importante comprobar siempre los grifos, a ver si sale agua") o los tipos de caseros, refiere Peinado. En la novela gráfica se incluyen vivencias personales del equipo, pero también "hay buena parte de lo que los internautas nos transmitieron durante su desarrollo, anécdotas de lectores que se vieron identificados, que compartían sus experiencias y nos confirmaban que esta odisea está compartida por muchísimas personas".

Una viñeta de 'Coqueto, mejor ver', de Sara Caballería.

"Este es un dramón al que yo y todos nos hemos enfrentado alguna vez de cerca", sostiene Sara Caballería, la humorista gráfica e ilustradora de las aventuras, quien confiesa que se inspiró en sí misma para bosquejar a la protagonista, "aunque miles de españoles pueden empatizar con ella". Laura tiene 28 años y todavía comparte habitación con su hermana pequeña. Tras dos años de becaria, dos de estar a prueba, uno y medio como falsa autónoma y cuatro meses cubriendo un permiso por maternidad, por fin logra un contrato indefinido y decide emanciparse.

Con la ilusión de encontrar el piso de sus sueños y pese a tener un presupuesto limitado, Laura se lanza a esta aventura descargándose una aplicación móvil donde se cuelgan anuncios de habitáculos en venta o alquiler. A pesar de las llamadas a todas horas, las ofertas absurdas, las visitas a zulos y las altas cotas de frustración, no quiere darse por vencida. Por suerte, contará con la experiencia y la solidaridad de sus amigos, que la aconsejarán y ofrecerán trucos de auténtico ninja hasta que se convierta en una verdadera experta cazagangas. ¿Logrará encontrar un piso decente?

El panorama actual no le acompaña: los salarios de los menores de 30 años siguen por debajo de los niveles previos a la crisis, la temporalidad del empleo no da tregua. Además, en la capital española, la subida interanual del alquiler en 2018 ha sido del 4,3%. Actualmente, el coste medio de rentar un piso de 40 metros cuadrados en Madrid es de unos 650 euros. A este punto de partida poco esperanzador se le suman las pesquisas de algunos supervillanos.

Una imagen de 'Coqueto, mejor ver'. de Sara Caballería.

Uno es el agente gentrificador, quien provoca que aparezcan nuevos negocios inaccesibles para la gente del barrio que encarecen la zona y hacen que los caseros aprovechen para subir los alquileres. "¿Quieres muffins de siete euros? ¿Montar una franquicia de hamburguesas? ¿Un gimnasio de crossfit? Lo pagarás… ¡Muahahaha!", se carcajea este hipster madrileño, mientras induce a que los residentes tradicionales abandonen el barrio y se afinquen en espacios más periféricos. Otros personajes infames son Roban Hood (que roba los pisos a los pobres para alquilárselos a los turistas) o las aplicaciones móviles Irrealista o Fetocasa (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).

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