(Al modo de ‘Elevator’, de Mark Strand)
1. Cuento de invierno. Un niño dentro de una casa observa el fuego. Y dice: Todo resulta equívoco en exceso.
El padre apuntaba cada palabra que decía el hijo. Y apuntaba como si fuera un registro: ponía una palabra bajo la otra.
2. Cuento de verano. Un niño dentro de una casa observa el fuego. Y dice: Todo resulta equívoco en exceso.
El padre apuntaba cada palabra que decía el hijo. Y apuntaba como si fuera un registro: ponía una palabra bajo la otra....
1. Cuento de invierno. Un niño dentro de una casa observa el fuego. Y dice: Todo resulta equívoco en exceso.
El padre apuntaba cada palabra que decía el hijo. Y apuntaba como si fuera un registro: ponía una palabra bajo la otra.
2. Cuento de verano. Un niño dentro de una casa observa el fuego. Y dice: Todo resulta equívoco en exceso.
El padre apuntaba cada palabra que decía el hijo. Y apuntaba como si fuera un registro: ponía una palabra bajo la otra.
"El verano suele ser un buen momento para leer con calma y suele ser, igualmente, un buen momento para escribir". Carlos Bueno Vera (Madrid, 1984) cree que disponer de tiempo -y perderlo- es necesario para que las palabras nos ronden y, así, pensar en ellas y su relación con el mundo. Habla de poesía y cita a Ezra Pound a Gertrude Stein a Saint-John Perse o René Char, y está convencido de que lo que un buen poema desea es "dar lugar a otro modo, simultáneamente más amplio y preciso, con el que poder pensar la realidad". Reacio a las redes sociales -Whatsapp aparte-, disfruta esta época estival porque, dice, "divagar y vagar, distraerse y estar ocioso, es especialmente poético y fructífero".