Viaje al fin de la noche

Relato sobre el reencuentro de un grupo de amigos comandado por un alma de mujer bella y torturada, con toda probabilidad contaminante

Nerea Barros, Alberto Rolán y Xosé Barato, en 'A estación violenta'.

Cualquiera que haya leído con cierta asiduidad a Manuel Jabois, excelente cronista de este periódico, escritor y autor de la novela homónima en la que se basa A estación violenta (La estación violenta), primer largometraje de la gallega Anxos Fanzás, reconocerá en un pasaje de la película la que podría ser una de las esencias de su personalidad periodística y cultural. En un bar, dos treintañeros beben un whisky a la luz del desayuno, mientras las campanas de la iglesia de una pequeña ciudad de provincias marcan el tiempo de lo espontáneo, lo tedioso y lo irremediable.

Es ahí d...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

A ESTACION VIOLENTA

Dirección: Anxos Fazáns.

Intérpretes: Alberto Rolán, Nerea Barros, Xosé Barato, Antonio Durán Morris.

Género: drama. España, 2017.

Duración: 68 minutos.

Cualquiera que haya leído con cierta asiduidad a Manuel Jabois, excelente cronista de este periódico, escritor y autor de la novela homónima en la que se basa A estación violenta (La estación violenta), primer largometraje de la gallega Anxos Fanzás, reconocerá en un pasaje de la película la que podría ser una de las esencias de su personalidad periodística y cultural. En un bar, dos treintañeros beben un whisky a la luz del desayuno, mientras las campanas de la iglesia de una pequeña ciudad de provincias marcan el tiempo de lo espontáneo, lo tedioso y lo irremediable.

Es ahí donde se unen modernidad y tradición, universalidad y familiaridad, Scott Fitzgerald y Eduardo Blanco Amor, Ernest Hemingway y Álvaro Cunqueiro, Jack Kerouac, que aún no se ha movido de casa ni emprendido el camino, y Julio Camba. Y a pesar de ello, incluso de los evidentes tintes autobiográficos —el protagonista es periodista, y hasta el actor elegido, Alberto Rolán, se parece a Jabois—, sería erróneo encerrar la película en la personalidad del escritor, porque lo narrado tiene carácter generacional.

El desorden vital, con la casa repleta de libros amontonados entre restos de cerveza como exponente exterior, está planteado por Fazáns con el despliegue de un gran combate colectivo entre el arraigo y el desarraigo, el experimentado por los que aspiran a marcharse quedándose en el sitio. Sensación única, conflicto habitual, que también (y tan bien) retrató Ángel Santos, uno de los guionistas encargados de adaptar la novela de Jabois, en Las altas presiones (2014), película hermana de la presente, con infinitos paralelismos de fondo y forma.

Relato sobre el reencuentro de un grupo de amigos comandado por un alma de mujer bella y torturada, con toda probabilidad contaminante, A estación violenta es felizmente escueta, de poco más de una hora, y plenamente física, y no solo por la naturalidad de sus desnudos masculinos y femeninos. Una obra que se huele, que quiere hacer sentir más que mostrar, y que transcurre entre dos baños de la pandilla en una playa.

Entre ambos han pasado ocho años, pero, sobre todo, ha transcurrido un viaje al fin de la noche.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Sobre la firma

Archivado En