Cine social americano

'Invisibles' obliga a ser una especie de mirón que debe decidir lo que pensar

Richard Gere protagoniza y produce 'Invisibles'.

Salas de espera de hospitales. Cajeros automáticos. Estaciones de autobuses. Bancos del parque. Vagones de metro. No son lugares para dormir, para sentirse como en un hogar, pero es lo más parecido a un sitio en el que poder descansar. ¿Quién no los ha visto y no ha mirado en dirección contraria en alguna ocasión? Existen, cada vez más, en esta sociedad del ultracapitalismo. Mendigos, indigentes, sin techo. El nombre es lo de menos; lo esencial es la actitud cuando los tienes delante. Sin apriorismos ni maniqueísmos. E Invisibles, dirigida por el reputado guionista Oren Moverman ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Salas de espera de hospitales. Cajeros automáticos. Estaciones de autobuses. Bancos del parque. Vagones de metro. No son lugares para dormir, para sentirse como en un hogar, pero es lo más parecido a un sitio en el que poder descansar. ¿Quién no los ha visto y no ha mirado en dirección contraria en alguna ocasión? Existen, cada vez más, en esta sociedad del ultracapitalismo. Mendigos, indigentes, sin techo. El nombre es lo de menos; lo esencial es la actitud cuando los tienes delante. Sin apriorismos ni maniqueísmos. E Invisibles, dirigida por el reputado guionista Oren Moverman (I'm not there, Love & Mercy), producida y protagonizada por Richard Gere, una estrella de Hollywood, provoca que te topes con la realidad. Y justo así está filmada, obligándote a ser una especie de mirón que debe decidir lo que pensar. "Acabas donde nunca imaginaste", dice uno de los protagonistas, la frase resumen de esta nueva era de depresión.

Invisibles

Dirección: Oren Moverman.

Intérpretes: Richard Gere, Ben Vereen, Jena Malone, Steve Buscemi, Kyra Sedgwick.

Género: drama. EE UU, 2014.

Duración: 120 minutos

Para dar mayor verosimilitud y aprovechar la ciudad y sus gentes como gran decorado de la vida y la muerte, de la esperanza y el dolor, Moverman utiliza teleobjetivos por las calles de Nueva York en las escenas de exterior, guardando las distancias, entre los neones de la noche y las brumas del día. Pero lo sorprendente es que también lo hace en muchas secuencias de interior, saca la cámara del lugar de conversación, y la coloca detrás de ventanas, de puertas acristaladas, de árboles. ¿Cuál es el punto de vista entonces? El nuestro: es la sensación del cazador furtivo de emociones. Y funciona, en una película sin apenas giros dramáticos, con un bello plano final, y en la que no es necesario verbalizar todo el pasado de los personajes porque ya lo intuimos; hay alguna luz pero está lleno de sombras, con el albergue como microsociedad en la que también hay estratos, clases sociales, minorías.

Lejos del sentimentalismo de algunos acercamientos hollywoodienses al tema (En busca de la felicidad), pero también con un tratamiento que sería casi impensable en el cine de autor europeo, Invisibles podría definirse como una delicada muestra de cine social americano.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Sobre la firma

Archivado En