Cuatro (o cinco) mujeres

El funcional, flexible y deliberadamente vago concepto de “otro cine español” sirve para agrupar identidades autorales muy heterogéneas: en su seno puede integrarse a la perfección una figura como la del valenciano Sergio Candel, pertinaz corredor de fondo que, hasta el momento, sólo había contado con un puntual estreno en salas comerciales –Dos miradas (2007), rodada en el desierto chileno de Atacama-. Su quinto largometraje, La señora Brackets, la niñera, el nieto bastardo y Emma Suárez, accede, merced a la labor del brazo de distribución del festival Márgenes, a una mereci...

El funcional, flexible y deliberadamente vago concepto de “otro cine español” sirve para agrupar identidades autorales muy heterogéneas: en su seno puede integrarse a la perfección una figura como la del valenciano Sergio Candel, pertinaz corredor de fondo que, hasta el momento, sólo había contado con un puntual estreno en salas comerciales –Dos miradas (2007), rodada en el desierto chileno de Atacama-. Su quinto largometraje, La señora Brackets, la niñera, el nieto bastardo y Emma Suárez, accede, merced a la labor del brazo de distribución del festival Márgenes, a una merecida visibilidad con marcada condición de postergado descubrimiento.

Una violación sirve de prólogo a este relato fracturado que relaciona, a través del desencuentro, el rencor familiar, la incomunicación y los deseos inexpresables, a cuatro personajes femeninos, con la comparecencia de una Emma Suárez interpretándose a sí misma o revisitada en forma de cita cinéfila a través de una secuencia de Tierra (1995) de Julio Medem. Candel estructura la historia de forma fragmentaria y elusiva, proporciona a cada una de sus actrices poderosos momentos de lucimiento –sensacionales los respectivos enfrentamientos de Cruz López-Cortón y Carla Sánchez a sus imágenes en el espejo- y conforma un poderoso y enigmático ramillete de soledades.