CARAS MUSICALES

Américo, el rey de la cumbia

El cantante chileno encabeza las listas de los discos más vendidos en el Cono Sur. Vine por primera vez a Europa como solista.

Antes de ser el Rey de la Cumbia, Américo formaba parte de un grupo de heavy metal. Él tocaba la batería y, junto a sus compañeros, aspiraba a ser como Pearl Jam. Pero el destino lo llevaría por otro camino. Nació en Arica, en el norte de Chile, cerca de la frontera con Perú. Es hijo de un cantante de boleros (Melvin “Corazón” Américo) y desde pequeño participó en festivales musicales con la intención de dedicarse profesionalmente a la m...

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Antes de ser el Rey de la Cumbia, Américo formaba parte de un grupo de heavy metal. Él tocaba la batería y, junto a sus compañeros, aspiraba a ser como Pearl Jam. Pero el destino lo llevaría por otro camino. Nació en Arica, en el norte de Chile, cerca de la frontera con Perú. Es hijo de un cantante de boleros (Melvin “Corazón” Américo) y desde pequeño participó en festivales musicales con la intención de dedicarse profesionalmente a la música. Después se integró al grupo Alegría, que con su ritmo tropical amenizaba los días y las fiestas de medio Chile. Un día, sin embargo, decidió probar suerte en solitario y para ello se puso un nombre artístico. Se llama Domingo Johnny Vega Urzúa, pero dice que Domingo le parecía “más asociado a un día de la semana que a un cantante.” Por eso adoptó uno de los dos nombres de su padre y le agregó el Junior (“pero a mis 37 años he dejado de usarlo, claro”).

Américo es un súper ventas de discos en el Cono Sur y ha logrado “dominar” dos veces al llamado Monstruo de la Quinta Vergara (el Festival de la Canción del balneario chileno Viña del Mar). Vive entre Miami y Santiago de Chile. Llegó esta semana a España para presentarse en cuatro ciudades de la península, antes de viajar a Estocolmo y Bruselas, y luego se irá a Argentina, Ecuador y Estados Unidos. “Esta gira está superando todas las expectativas. Tengo la suerte de conocer Madrid, pero es la primera vez que vengo a cantar. Y lo haré como para sembrar una semilla y venir después a cosecharla, con conciertos más grandes”, dijo poco después de aterrizar en nuestro país.

Los temas que canta oscilan entre el amor y el desamor y han sido escritos por autores peruanos y chilenos porque, dice, él todavía no se atreve a componer. Sus canciones más famosas con El Embrujo y Te vas. Pero la que más le gusta a él es Traicionera. Aclara que sus cumbias “están más cerca al amor que de la fiesta. Y trato de convencer más al corazón que al oído.” Américo —el traje azul, la camisa blanca, la cortesía y el entusiasmo por delante— habla con clama y precisión. Parece tímido. “Es que al salir al escenario procuro estar muy concentrado. Porque le tengo miedo al ridículo. Pero enseguida me transformo”, sostiene.

Pregunta. ¿Cómo es Arica, la ciudad donde nació?

Respuesta. Arica es una ciudad preciosa. Cuenta todavía con la suerte de ser tranquila, sintiéndose muy especial por ser la primera ciudad del norte de Chile. Bastante lejos de la capital de un país centralizado, a veces nos hemos sentido un poco relegados, un poco a parte y como que las cosas nos han costado más. La gente es muy esforzada, muy trabajadora. Siempre tengo el deseo de ir. Este año fui en nuestro verano, en el mes de enero, un par de días. Pero justo en el vuelo que me trajo a Madrid venía pensando: tengo que ir pronto.

P. Al verlo y escucharlo ahora, cuesta trabajo pensar que sus orígenes musicales son metaleros

R. Sí. Cuando iba al colegio, con compañeros de la misma clase, hacíamos música y partimos desde el rock más pesado. Luego fuimos evolucionando o desarrollándonos dentro del rock. Pero yo no cantaba. Era el baterista de la banda. El heavy metal empecé a escucharlo por los amigos, los compañeros del colegio…. Cuando uno empezaba a pasar de niño a joven.

P. Y su padre, que cantaba boleros, ¿qué le decía?

R. Era imposible escuchar y mucho menos tocar en su presencia esa música. Para él todo eso era estridencia. Pero creo que lo decía porque no la conocía realmente. Yo sí, la conocí y admiré a grandes bandas. Creo que tuve la suerte de conocer un género musical muy rico, además. Y que me ha ayudado como músico para producir, para saber en qué terreno estoy parado y para poder seguir haciendo mi música, que es totalmente distinta. Pero tener parámetros distintos, me permite desarrollar mejor mi trabajo.

P. Muchos latinos que viven en España irán a sus conciertos. Pero, ¿qué les diría a los españoles para que vayan y, sobre todo, se interesen en su música?

R. Los invitaría porque creo que el ritmo que les traigo hace bien, alimenta el alma, el cuerpo. Es energía y es romanticismo. Son canciones que puedes utilizar en algún momento. Para enamorar o para desquitarte con alguien. Y es un show de verdad muy bonito. Como siempre voy a poner el corazón ahí, cantando.

P. En estos días se discute la ley del aborto en su país

R. Es un tema que se viene tratando hace bastante tiempo [interrumpe]. Y se han expuesto muchas razones, tantas como para aprobar o desaprobar. Sobre todo para entender cuándo se puede dar el aborto: la violación, la malformación del feto… Quienes saben tienen la responsabilidad de explicarlo y de presentar sus argumentos para convencer.

P. Usted fue padre muy joven (a los 16 años). ¿Nunca pensó en el aborto?

R. No. Eran tiempos en los que te aterraba ser padre joven, tuve el ejemplo de mi madre que apostaba por la vida. La vida es el regalo más lindo. A mí tampoco se me pasó eso por la cabeza y hoy disfruto de una hija maravillosa de 21 años. Disfruto de otra hija de 18 y otra pequeñita de 3 años que viene siendo la luz de la casa. La de 18 canta y lo hace maravilloso. Estudia teatro y ahora se va a Argentina a estudiar dirección de teatro.

P. Al igual que España, en Chile abundan los casos de corrupción estos días…

R. Son momentos complicados en nuestro país, pero tengo la esperanza y el deseo de que pronto todo se regularice. Quienes vivimos ahí, quienes somos parte del país, quienes votamos y nos involucramos, necesitamos saber que estamos en un lugar justo. Sería iluso pensar que no exista nada de corrupción, pero sí que haya lo menos posible. Todos queremos tener oportunidades en un país sin ese tipo de cosas. A mí me tocó trabajar desde cero. Pero para eso tiene que haber un camino con posibilidades de salir adelante.

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