La brigada antiadulterio

Estamos ante un subproducto a mayor gloria de Jennifer López, con las normas narrativas de los 'thrillers' de los 90

Jennifer Lopez, en 'Obsesión'.

La brigada cinematográfica antiadulterio está de vuelta. Ahora bien, si a finales de los años 80, cuenta la leyenda urbana, los adulterios disminuyeron en Estados Unidos a raíz del miedo a cagarla que había provocado Atracción fatal, no parece probable que Obsesión (lamentable traducción del título original: The boy next door) cause semejantes estragos en la libido del pueblo. Estamos ante un subproducto a mayor gloria del regreso de Jennifer López, que, siguiendo las normas narrativas de aquella ola de thrillers de los 90 con psicópata cerca de casa ...

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La brigada cinematográfica antiadulterio está de vuelta. Ahora bien, si a finales de los años 80, cuenta la leyenda urbana, los adulterios disminuyeron en Estados Unidos a raíz del miedo a cagarla que había provocado Atracción fatal, no parece probable que Obsesión (lamentable traducción del título original: The boy next door) cause semejantes estragos en la libido del pueblo. Estamos ante un subproducto a mayor gloria del regreso de Jennifer López, que, siguiendo las normas narrativas de aquella ola de thrillers de los 90 con psicópata cerca de casa (La mano que mece la cuna, De repente, un extraño, Mujer blanca soltera busca...), acaba introduciéndose en los modos del thriller erótico de mensaje ultraconservador y desarrollo simplemente absurdo.

OBSESIÓN

Dirección: Rob Cohen.

Intérpretes: Jennifer López, Ryan Guzman, Ian Nelson, John Corbett, Kristin Chenoweth.

Género: thriller. EE UU, 2015.

Duración: 91 minutos.

Cobarde en todos los sentidos, Obsesión, con gruesa puesta en escena de Rob Cohen, ni siquiera narra un adulterio en toda regla: "¡Nos estábamos tomando un descanso!", que diría Ross Geller. Y aunque la gracia podría estar en que en el guión el chico de al lado tiene apenas 20 años, colocan a un maromo que roza la treintena y además la aparenta, con lo que el poder de transgresión se va al traste. Nunca acaba de entenderse por qué en un determinado momento no se piensa ni un segundo en llamar a la policía, pero aún menos comprensible es que se insista tanto en el subtexto en contra del adulterio: en la base, en la exposición y en el desenlace, con una de esas explicaciones traumáticas amparadas en un patito de goma infantil en forma de excusa narrativa. La familia, unida...

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