Un espacio dedicado a la letra pequeña

Más de 150.000 asistentes participaron en los talleres realizados en el Pabellón Infantil de la Feria del Libro de Guadalajara

Un niño en uno de los talleres realizados en FIL Niños.S. RUIZ

En medio del de por sí imponente alud de personas que convoca la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), que ha concluido este domingo, hay un importante espacio dedicado a los niños. Ahí pasan cada año, dicen los organizadores, más de 150.000 personas: el 20% de los 700.000 asistentes que acuden a la cita literaria más grande en español.

Se cruza un umbral entre los 40.000 metros cuadrados que cubren la FIL y ahí se encuentra un pabellón repleto de chicos que asisten a talleres, a lecturas, a espectáculos y a exposiciones. Niños, padres, talleristas, expositores. Una Feria ...

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En medio del de por sí imponente alud de personas que convoca la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), que ha concluido este domingo, hay un importante espacio dedicado a los niños. Ahí pasan cada año, dicen los organizadores, más de 150.000 personas: el 20% de los 700.000 asistentes que acuden a la cita literaria más grande en español.

Uno de los talleristas participa con un grupo de niños de entre tres y seis años.S. RUIZ

Se cruza un umbral entre los 40.000 metros cuadrados que cubren la FIL y ahí se encuentra un pabellón repleto de chicos que asisten a talleres, a lecturas, a espectáculos y a exposiciones. Niños, padres, talleristas, expositores. Una Feria del Libro dentro de una Feria del Libro. El cupo máximo de cada taller es unos treinta niños y son divididos en tres grupos: de tres a seis años, de siete a nueve y de diez a doce.

Los asistentes al pabellón dedicado a los niños en Guadalajara equivalen al 20% de los 700.000 asistentes que cada año visitan la feria

Un paseo por FIL Niños evoca que la literatura y el arte son mucho más asequibles que el boato que viste, en ocasiones, a La Gran Cultura. Hay decenas de espectáculos de danza, de títeres, de clowns, de música. Y los talleres. ¿Algunos ejemplos? Para los más pequeñitos, de tres a seis, hay seis opciones. Una de ellas: “Vampiros comemocos", donde a través de canciones se introduce a los niños a ser protagonistas de las historias de Luis Pescetti. El objetivo es un juego literario: ganar la batalla gracias a las letras entre el vampiro y los miedos.

Otro es “Disparates en el espejo”, dirigido a los niños de entre siete y nueve años. Aquí se trata de escribir al revés y alentar a los niños a descubrir mensajes. Está inspirado en la obra de la argentina Elsa Bornemann. Los de los mayores, de diez a doce, dan un paso más allá. “Aquí todos exageran” es un taller de creación literaria en la escuela de Lewis Carroll. Uno de los talleres, organizado por EL PAÍS, convocó a niños que se animaran a escribir un periódico.

"¿Qué pasaría si todos perdiéramos la vista?" es la pregunta de la que parte el taller dedicado a impulsar los valores democráticos

Y los hay también los que cruzan la frontera literaria: “Un mundo son muchos mundos”, un espacio para impulsar entre los niños los valores democráticos. La pregunta de la que parte para adentrarse en un concepto tan complejo como la democracia es muy simple: “¿Qué pasaría si un día todos perdiéramos la vista?”. El objetivo final no es exclusivo para niños: que los asistentes aprendan a colocarse en los zapatos del otro.

“Quiero saber en qué se inspiran los escritores adultos”

V. C., Guadalajara

Julia Ortuño (Guadalajara, 2005) es una de los tres ganadores del Concurso Pequeño Gran Escritor, convocado por el Ayuntamiento de Zapopan (un municipio que colinda con Guadalajara y con el vórtice que forma la Feria Internacional del Libro). Los otros dos son Valeria Gómez Nuño, con Jugando con las estrellas, y El Mago Figutronic, de Moisés Isaías Villalpando. Sus cuentos serán publicados en un libro diseñado e ilustrado por Yazz Casillas. Y el premio les fue entregado en el espacio que la FIL dedica a los niños. Julia explica que su cuento, Sombras que dan miedo, trata de "una ratoncita que tiene una hermana mayor que le hace bromas", y que se le ocurrió porque su hermana hizo lo mismo con ella.

Pregunta. ¿Desde qué edad comenzaste a escribir?

Respuesta. Desde los seis años. En tareas. Me gustaba. Tenía ideas y las escribía.

P. ¿Qué libros te gustan?

R. Escuela de frikis [Editorial Montena]… otro, [Las crónicas de] El Vampiro Valentín [Editorial Pirueta]

P. ¿Esperabas estar entre los ganadores del concurso?

R. No. Escuché cuentos de otros niños que eran mucho mejores que el mío.

P. ¿De qué escribes ahora?

R. Sobre muchas cosas. Sobre un mundo muy extraño.

P. Como el que vivimos…

R. ¡No! Más extraño.

P. ¿Por qué más extraño?

R. La gente tiene ojos de colores y más grandes que su cara. Y algunos están locos.

P. ¿Y dónde escribes?

R. En mi iPad.

P. ¿Y qué le preguntarías a uno de los escritores que ya son adultos?

R. [Piensa un momento]. Querría saber en qué se inspiran.

P. ¿Y para ti qué es ser escritora?

R. Sacar las ideas que tienes en tu mente y compartírselas a todos.

P. ¿Te gustaría ver a más niños que escribieran?

R. ¡Me gustaría mucho!

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