crítica | Ärtico

Más sobre los ‘ni-nis’

Gabriel Velázquez filma con su particular estilo a una generación que sobrevive con chanchullos

Fotograma de 'Ärtico'.

En Ärtico, Gabriel Velázquez filma con su particular estilo a una parte de la generación ni-ni, la que sobrevive a base de pequeños chanchullos que se van convirtiendo en grandes a medida que su inconsciencia les hace ser mucho menos rebeldes que idiotas: a medio camino entre la ficción y el documental, con actores no profesionales, como en Sud express, Amateur e Iceberg, y el fuera de campo como sello de estilo y como subterfugio para encubrir la falta de medios. Ad...

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En Ärtico, Gabriel Velázquez filma con su particular estilo a una parte de la generación ni-ni, la que sobrevive a base de pequeños chanchullos que se van convirtiendo en grandes a medida que su inconsciencia les hace ser mucho menos rebeldes que idiotas: a medio camino entre la ficción y el documental, con actores no profesionales, como en Sud express, Amateur e Iceberg, y el fuera de campo como sello de estilo y como subterfugio para encubrir la falta de medios. Además, poquísimo texto y encuadres elegantes, con los que se acaba abusando del esteticismo y, en la parte final, al conjugarlo con el tremendismo, de una capa de mentira que se superpone sobre la verdad. Aunque lo que más sorprende es que tanto Rosales en la notable Hermosa juventud como Velázquez aquí sean aún más críticos con los chavales que con los mayores que les rodean.

ÄRTICO

Dirección: Gabriel Velázquez.

Intérpretes: Deborah Borges, Víctor García, Lucía Martínez.

Género: drama. España, 2014.

Duración: 78 minutos.

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