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Raf Simons se consagra en Dior

El belga entrega su segunda colección de alta costura para la firma francesa. Su inspiración es la propia idea de la primavera

El desfile parte de siluetas monocromáticas para ir evolucionando en una sucesión llamada a emular el efecto de la primavera, desde los primeros brotes hasta la algarabía del verano. Los bordados de flores se superponen unos sobre otros para mostrar ese efecto en milhojas de tul. La asimetría y los volúmenes juegan a evocar un crecimiento natural y orgánico en el que el hombre interviene con el mimo y la artesanía de un jardinero.L'Estrop
El jardín de las Tullerías completamente cubiertos de nieve albergaba una original carpa de espejo que parecía invisible entre los árboles gélidos. “El jardín está en el interior y en el exterior del espacio y las modelos ocupan su lugar en él convirtiéndose en una encarnación literal de la mujer flor de Dior”, explican las notas. En efecto, Christian Dior era un apasionado jardinero y concebía siluetas femeninas que asimilaba a flores exuberantes. L'Estrop
La casa parece haber encontrado la paz tras dos años turbulentos. En febrero de 2011 despedía fulminantemente a su director creativo durante 15 años, John Galliano. Paso más de un año hasta que se le encontró un sustituto y se barajaron muchísimos candidatos. Pero solo seis meses después de su primera colección, Raf Simons ha conseguido inyectar un nuevo vigor y relevancia a la compañía. “Me muevo por instinto”, afirma Sydney Toledano, presidente de Dior. “Y con Raf enseguida tuve la sensación de que esto iba a funcionar”. L'Estrop
Con guantes de tul cubiertos de pequeñas flores bordadas, labios de cómic y pelucas que simulaban melenas radicalmente cortadas, las modelos tienen un aire de ninfas modernas. “Hay un sentido creciente y cambiante desde el punto de partida que fue la primera colección de alta costura”, explica Simons. “Pero al mismo tiempo hay una continuidad para el destinatario de la ropa”.L'Estrop
Dos versiones del esmoquin han aparecido entre las primeras salidas de la colección. Con esta, Raf Simons ya ha incluido la pieza en sus tres incursiones en el universo Dior –tanto en alta costura como en prêt-à-porter- y siempre lo hace al principio, en lo que empieza a convertirse en una seña de identidad de su trabajo para la casa. Con un volumen que recuerda vagamente al de la silueta New Look de 1947, estos trajes se alejan mucho del convencional esmoquin pero Simons insiste en seguir llamándolos así.L'Estrop
Jessica Alba ha tenido que hacer malabarismos para recorrer los jardines cubiertos de nieve sobre altísimos tacones. Pero la adversa climatología no ha sido un obstáculo para que el primero de los dos pases del desfile estuviera lleno de invitados célebres. Sigourney Weaver e Isabelle Huppert posaban para los fotógrafos en el backstage mientras Bernard Arnault conducía a Charlene de Mónaco junto a Raf Simons. Y Laetitia Casta, Marisa Berenson, Noomi Rapace o Bernadette Chirac esperaban su turno formando un variopinto elenco.L'Estrop
Blanco como la nieve que cubre París es el final de la colección. Tres vestidos de baile, que casi parecen de novia, cierran el desfile en un giro inesperado tras el estallido floral y cromático. Uno de ellos, formado por una gran falda y un top que descubre el ombligo, se abre por la espalda para descubrir un atrevido tono rojo. El último se combina con una chaqueta de seda uniendo en un solo conjunto el trabajo de los dos talleres de alta costura: la sastrería y lo fluido.