La Fundación Dalí compra un óleo de grandes dimensiones que el pintor realizó en 1963
La adquisición se realiza con motivo del centenario
La Fundación Gala-Salvador Dalí ha adquirido a un coleccionista japonés un óleo de grandes dimensiones que el pintor ampurdanés realizó en 1963 y que se convierte en la primera obra del artista que la entidad compra este año, en el que se conmemora el centenario de su nacimiento.
El título del óleo tiene grandes dimensiones, como la propia obra (200 x 229 centímetros): Cincuenta imágenes abstractas que, contempladas a una distancia de dos yardas, se transforman en tres Lenin disfrazados de chino y, contempladas a una distancia de seis yardas, parecen la cabeza de un tigre real....
La Fundación Gala-Salvador Dalí ha adquirido a un coleccionista japonés un óleo de grandes dimensiones que el pintor ampurdanés realizó en 1963 y que se convierte en la primera obra del artista que la entidad compra este año, en el que se conmemora el centenario de su nacimiento.
El título del óleo tiene grandes dimensiones, como la propia obra (200 x 229 centímetros): Cincuenta imágenes abstractas que, contempladas a una distancia de dos yardas, se transforman en tres Lenin disfrazados de chino y, contempladas a una distancia de seis yardas, parecen la cabeza de un tigre real.
La Fundación ha decidido adquirir este óleo, cuyo precio no ha querido precisar el gerente, porque pertenece a una época en la que Dalí incorporó a su obra los últimos descubrimientos científicos, entre ellos el principio del monóculo electroocular, que está presente en este cuadro.
En la obra aparece el principio del monóculo electroocular que, según ha explicado el director del Museo Dalí, Antoni Pitxot, es una moda que el pintor adoptó en 1962 y "con la que trató de representar la dualidad entre la imagen que ve la persona que lleva un monóculo y la que se proyecta en un televisor". Según Pitxot, Dalí instaló las cámaras de televisión en su propio interior para realizar esta obra.
Dalí utilizó los colores violetas, rosas y dorados para realizar esta obra, en la que aparece la imagen de Lenin -por el que Dalí sentía gran admiración- disfrazado de chino, y la cabeza de un tigre con la boca abierta y una caries en una de sus muelas.