¿Quién es el hombre que se pasea por la cumbre del clima con casco de bici?
El activista marfileño Andy Costa se ha convertido en uno de los personajes más fotografiados de la COP27 con su protector ciclista de color verde fosforito siempre en la cabeza
Un casco de bici verde fosforito destella entre la masa de participantes que recorren los kilómetros de pabellones de la cumbre del clima de la ONU, la COP27. En los primeros días de conferencia, se ha convertido en uno de los protagonistas en Sharm el Sheij, tan fotografiado como los líderes políticos que están aquí en Egipto. ¿Quién es la persona con casco ciclista que se sienta en las mesas de las delegaciones y charla con jefes de Estado como el presidente francés Macron? “¡Hola! ¿Cómo estás?”, saluda con un gran a...
Un casco de bici verde fosforito destella entre la masa de participantes que recorren los kilómetros de pabellones de la cumbre del clima de la ONU, la COP27. En los primeros días de conferencia, se ha convertido en uno de los protagonistas en Sharm el Sheij, tan fotografiado como los líderes políticos que están aquí en Egipto. ¿Quién es la persona con casco ciclista que se sienta en las mesas de las delegaciones y charla con jefes de Estado como el presidente francés Macron? “¡Hola! ¿Cómo estás?”, saluda con un gran abrazo el activista marfileño Andy Costa, un hombre corpulento y afable que en esta ocasión complementa su look con una túnica africana celeste de agradable tejido, aunque también suele ir con traje y corbata.
La explicación a su casco verde fosforito es sencilla: con el puesto resulta imposible pasar desapercibido, por eso no se lo quita ni para la foto del perfil de WhatsApp. “Es mi personal branding (marca personal)”, dice en inglés el integrante de la fundación My dream for Africa (Mi sueño para África). “Por un lado, visibilizo la movilidad en bici; pero por otro, el casco es un objeto de protección y simboliza que tenemos que proteger el medio ambiente”, añade.
A fuerza de llamar la atención con su casco, Costa se ha ganado ser conocido como el embajador de la bici en África. Un papel esencial en un continente que paulatinamente incorpora carreteras vertebrales en su trazado, pero sin una red extensa de ferrocarril, graves problemas de tráfico, infinidad de calzadas en mal estado y zonas remotas de difícil acceso o peligrosas. En este contexto, Costa propone usar la bicicleta: “En primer lugar, por el medio ambiente; en segundo lugar, para evitar los colapsos de tráfico en las ciudades, y en tercer lugar, por la salud. Voilá. Es muy buena solución para evitar enfermedades cardiovasculares, que es un problema de salud pública”, comenta.
El marfileño tiene claro cómo organizaría la implantación de la bicicleta en el continente con un planteamiento exhaustivo para su “democratización” ante las deficientes infraestructuras y el desuso: “Hay que empezar con los universitarios. Ellos son los futuros líderes del clima. Si para ellos es una vía de movilidad activa, harán de ello una prioridad”, argumenta.
“Luego hay que implicar a las empresas en la lucha contra el cambio climático. Puede ser a través de patrocinadores o de los proyectos de responsabilidad social. En concreto, tenemos uno para que apoyen su uso en zonas rurales y entre las niñas, que muchas veces tienen que dejar de ir a la escuela por las largas distancias que tienen que recorrer. Y ellas son más vulnerables y están más en peligro”, ilustra. El tercer enfoque es la implicación política, y ha pensado que, más allá de que incluyan infraestructuras ciclistas en los planes urbanísticos, reduzcan las tasas en la cadena de distribución de las bicicletas para que sean más asequibles, y desarrollen leyes para proteger a los ciclistas. “Son ellos lo que lo tienen que hacer”, recalca.
Sus herramientas son las redes sociales y las reuniones con empresas y con políticos de distinto nivel. Como la que ha tenido con Macron en un encuentro de jóvenes africanos: “Para mí ha sido un fuerte impacto que apoye la iniciativa y que comprenda nuestra realidad. Esta es la COP de la acción, tenemos que pasar a la acción”, dice convencido de la importancia del uso de la bicicleta en su continente. “La Embajada de Francia en Costa de Marfil recomendó a Macron que se encontrara conmigo”, explica Costa, que detalla que hablaron fundamentalmente de movilidad en el continente. “Y también le he dicho que revise las políticas de movilidad geográfica, para que podamos desplazarnos con más facilidad, y compartir experiencias y formación”, añade
Pero en su milimetrada planificación, Costa se choca también con el escollo de que en ocasiones la población local suele vincular el uso de la bicicleta con las personas de pocos recursos económicos, por lo que encara un estigma y un rechazo previo de los suyos. “En África la bicicleta no tiene la misma imagen que en Occidente. Por eso nuestra misión primera es visibilizarla”, explica. Para ello, además de difundir las imágenes con políticos, cuenta que ha recurrido a artistas para que posen junto a él con el casco, como el cantante Asalfo, del popular grupo Magic System; o el futbolista marfileño Didier Drogba. “Tenemos que cambiar la imagen, hay que cambiarla”, repite varias veces Costa en esta su sexta COP, que tanto impacto le está proporcionando en su continente.
El uso de la bicicleta en África es también una alternativa para los trayectos cortos ante la complicación para los residentes de adquirir vehículos privados, combustible y energía en un continente que apenas emite el 4% de los gases de dióxido de carbono y que tiene a los Gobiernos y a las empresas en alerta para un rediseño de la movilidad en el territorio. “A pesar de ser la región menos motorizada, tiene las tasas de mortalidad por accidentes de tránsito más altas del mundo: 2,6 por cada 100.000 habitantes. Esto se traduce en 650 muertes por día, casi la mitad de las cuales involucran a usuarios vulnerables de la vía pública, como peatones, ciclistas y motociclistas”, recoge el Programa de Políticas de Transporte de África.
La tendencia mundial es que, para 2030, el 60% de la población mundial viva en zonas urbanas. Y África avanza hacia esos datos, que esconden un importante abandono de las zonas rurales, de infraestructuras y de oportunidades. Donde las sequías, las lluvias erráticas, la degradación del suelo y el calor extremo que acentúa el cambio climático desplazan a la población y complican profesiones tan relevantes en África subsahariana como la agricultura, un sector del que se estima que vive alrededor de un 75% de la población en la región con empleos directos o indirectos. Para Costa, su casco verde fosforito está en el centro del cambio y se inspira en una frase de Albert Einstein para concluir: “La vida es como montar en bicicleta, si no pedaleas, no avanzas”.
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