Licia Verde, astrofísica: “En la ciencia hay que saber apreciar el recorrido y no solo las respuestas”
La directora científica del Institut de Ciències del Cosmos de la Universitat de Barcelona fue reconocida con la Medalla de la Real Sociedad Española de Física por sus contribuciones al estudio del origen, la composición y la evolución del universo
Todo empezó con un libro. Cuando Licia Verde (Venecia, 53 años) tenía siete, alguien tuvo una idea profética: reglarle un compendio de curiosidades sobre el cielo. Frente a ella se desplegó un mundo de nubes, estrellas y planetas. Al final, Verde se atrevió a mirar un poco más lejos y su trabajo se convirtió en llevar no solo sus ojos, sino los de toda la humanidad, hasta ...
Todo empezó con un libro. Cuando Licia Verde (Venecia, 53 años) tenía siete, alguien tuvo una idea profética: reglarle un compendio de curiosidades sobre el cielo. Frente a ella se desplegó un mundo de nubes, estrellas y planetas. Al final, Verde se atrevió a mirar un poco más lejos y su trabajo se convirtió en llevar no solo sus ojos, sino los de toda la humanidad, hasta los confines del universo. La astrofísica, directora científica del Institut de Ciències del Cosmos de la Universitat de Barcelona (ICCUB), ha sido reconocida con la Medalla de la Real Sociedad Española de Física y la Fundación BBVA “por sus contribuciones al estudio del origen, la composición y la evolución del universo”.
A lo largo de los años, Verde ha podido ver antes que nadie algunos de los hallazgos cosmológicos más iluminadores del último tiempo. La pregunta, en el fondo, siempre es la misma: ¿Qué hay allí afuera y cómo llegamos hasta acá? Algunos, frente al misterio más insondable de todos, no se cansan de buscar explicaciones. Y la investigadora aún está lejos de conformarse con las respuestas.
En los últimos años, Verde ha estado trabajando junto a su equipo en la cartografía de las galaxias para comprender qué son la materia oscura y la energía oscura, dos elementos que componen el universo, pero cuyo origen y propósito son injustificables. La materia oscura es un tipo de materia que no emite, absorbe ni refleja luz, por lo que es invisible. Su existencia se infiere por los efectos gravitacionales que ejerce sobre las galaxias. La energía oscura, por su parte, es una fuerza misteriosa que parece estar acelerando la expansión del universo, aunque su naturaleza exacta sigue siendo desconocida. Ese es el espacio en blanco que Verde quiere rellenar con ciencia.
Pregunta. ¿De dónde sale la inquietud por comprender cómo funciona nuestro universo?
Respuesta. La mayoría de los científicos nunca logramos abandonar la edad de los por qué. Cuando los niños son pequeños, empiezan a preguntar el porqué de todo y quienes hacemos ciencia nos quedamos ahí. Lo que a mí me fascina de este intento por encontrar explicaciones, es usar el método científico de siempre y descubrir maneras de aplicarlo a los datos recientes.
P. ¿Cómo maneja la frustración de no poder ver ni tocar su objeto de estudio? En muchos casos, tampoco terminar de comprenderlo.,,
R. La curiosidad es la respuesta, lo que nos motiva a seguir buscando a pesar de las frustraciones. Los que trabajamos con teorías abstractas sabemos que lo que hacemos no tiene aplicación en el mundo real. De vez en cuando nos preguntamos: ¿con todos los problemas que hay, por qué no gastamos esta energía en algo que ayude a arreglar un poco las cosas?
P. ¿Y qué responde?
R. Sin ciencias básicas no hay ciencia aplicada. Sabemos que el progreso y el bienestar dependen muchísimo de la ciencia aplicada, que no se puede hacer sin ciencia básica. Es una manera de aprender a lidiar con datos imprecisos y a tomar decisiones en contextos de imprecisión. Todo esto sí se aplica a la vida real. Sin olvidarse de que pensar en el universo, despierta en la gente curiosidad por la ciencia y puede ser una puerta de entrada a ella.
P. ¿Cuál es el hallazgo científico del que haya participado que más recuerda?
R. En este tipo de oficios uno no va al despacho y hace un descubrimiento por día. Hay que trabajar muchos años para que aparezca algo. El primer momento eureka de mi carrera fue alrededor del año 2000. Por ese entonces se descubrió que la distribución de las galaxias tiene una relación determinada con la distribución de la materia oscura. Eso nos dio una nueva manera de mirar el universo.
Sin ciencias básicas no hay ciencia aplicada
P. La materia oscura y la energía oscura son dos componentes que aún se resisten a la explicación científica, ¿por qué hay tanta obsesión por comprenderlas?
R. Es la clave para entender cómo funciona el universo. Lo que me parece fascinante es que nos hemos puesto en la cabeza que las leyes de la física que rigen el cosmos son las mismas aquí y ahora, que en el universo lejano o en el primordial. Por lo que la física que podemos testear en un laboratorio, es la misma que allá afuera. Sin embargo, la materia oscura, así como la estudiamos en el espacio, no funciona exactamente igual en los modelos de laboratorio. Hay algo ahí que nos falta entender y no lo podemos ignorar.
P. ¿De qué nos serviría comprender la materia y la energía oscura?
R. Entenderlas no va a modificar el día a día de nuestras vidas. Sin embargo, se relaciona con lo que me preguntabas antes: sabemos que el desarrollo científico, sobre todo de ciencia básica, tiene aplicaciones en nuestra vida cotidiana. Lo que no sabemos es cuándo llegarán y cuáles serán. Los GPS, las cámaras de los teléfonos, el internet; todas esas herramientas salieron de la ciencia básica muy cercana a la cosmología, aunque un siglo después. Además, como decía el divulgador Carl Sagan, el hecho de estudiar el universo te pone en perspectiva. Te recuerda que somos una mota de polvo suspendida en un rayo de luz.
P. ¿Le abruma esa idea?
R. Claro que sí.
P. ¿Cómo lidia con esa incertidumbre?
R. No es una incertidumbre. Es una certeza.
P. Aun así, ¿no la hace sentir vulnerable saber que la ciencia tiene un tope para responder las preguntas sobre nuestro universo?
R. Sí, pero en la ciencia hay que saber apreciar el recorrido y no solo llegar a las respuestas.
P. ¿Recuerda algún momento en particular en el que su idea del universo cambió?
R. Tuve la suerte de hacer mi tesis de doctorado en la misma época en la que se hizo el anuncio de que había una expansión acelerada del universo. Recuerdo que tuvieron que pasar muchos años antes de que la comunidad científica lo aceptara. Ibas a los seminarios donde se hablaban estos temas y te explotaba la cabeza. De alguna forma, todas las piezas del rompecabezas estaban ahí y con ese dato terminó de armarse. Hoy puede que los astrofísicos estemos ante una situación simular.
P. ¿Puede que su idea del universo vuelva a cambiar?
R. Sí y en un futuro no muy lejano. Existe lo que se conoce como la constante de Hubble, que describe la velocidad a la que el universo se está expandiendo. Pero hay diferentes resultados, dependiendo de cómo se mida. Algunas medidas coinciden y otras no, y esas diferencias exceden el margen de error. Entonces no podemos afirmar que no haya un error sistemático. Como comunidad científica hemos estado diez años trabajando para resolverlo y no hemos encontrado nada que justifique esa diferencia. Son medidas muy complejas y no pondría mis manos en el fuego a que se están calculando correctamente. Lo que sí es seguro es que donde hay cosas que no entendemos, seguramente hay algo interesante por debajo que deberíamos mirar.
P. Usted es una gran defensora del método científico en un momento donde existe mucho negacionismo, ¿por qué?
R. No sé si me considero una defensora. No es la respuesta a todo. Con el método científico creamos algo único, que nos ha llevado muy lejos como especie y nos puede seguir llevando muy lejos. Tiene sus limitaciones porque solamente sirve para comprender la parte más concreta y aplicada de la experiencia humana, y las personas somos muchos más que eso.
Con el método científico creamos algo único, que nos ha llevado muy lejos como especie y nos puede seguir llevando muy lejos
P. ¿Cómo se lleva con los reconocimientos?, ¿cómo recibió la medalla de la Real Sociedad Española de Física?
R. Muy honrada y sorprendida. Este premio no es solamente mío, sino de todos los que me acompañaron en el recorrido. Mi equipo y las instituciones en las que trabajo me han dado un ambiente donde poder equivocarme. Nunca vas a empujar las fronteras del conocimiento si no te atreves a equivocarte.
P. ¿Cómo se puede generar interés en temas de cosmología entre los jóvenes?
R. Yo nunca he tenido problemas para interesar a los jóvenes en esto. He notado que hay mucha curiosidad y fascinación por entender lo que hay ahí fuera. Si bien mirar al cielo puede ser abrumador, es muy humano hacerlo y preguntarse qué hay allá afuera, de dónde viene todo esto que conocemos. La cosmología puede ayudarnos a encontrar algunas de esas respuestas.