Varapalo al controvertido fármaco de 40.000 euros contra el alzhéimer

Un grupo de expertos pone en duda la eficacia del aducanumab, un carísimo tratamiento que podría ralentizar ligeramente la enfermedad

Una mujer de 87 años con alzhéimer camina acompañada en una residencia de afectados en Dax (Francia).GONZALO FUENTES (Reuters)

La lucha científica contra el alzhéimer está llena de triunfos en ratones, de victoriosos anuncios empresariales y de milmillonarias subidas en bolsa, pero los datos constatan el fracaso de la humanidad ante una enfermedad que ya golpea a 35 millones de personas y a sus familias: el último fármaco contra los síntomas del alzhéimer, la memantina, se aprobó hace casi 20 años. Hoy es otro día histórico en esa carrera llena de der...

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La lucha científica contra el alzhéimer está llena de triunfos en ratones, de victoriosos anuncios empresariales y de milmillonarias subidas en bolsa, pero los datos constatan el fracaso de la humanidad ante una enfermedad que ya golpea a 35 millones de personas y a sus familias: el último fármaco contra los síntomas del alzhéimer, la memantina, se aprobó hace casi 20 años. Hoy es otro día histórico en esa carrera llena de derrotas. Un grupo independiente de expertos convocado este viernes por la agencia reguladora de los medicamentos de Estados Unidos (la FDA) ha puesto en duda la eficacia del aducanumab, un controvertido fármaco experimental cuyos resultados sugieren que podría ralentizar el deterioro cognitivo de los pacientes con alzhéimer leve.

El aducanumab está muy lejos de ser la panacea. Un tratamiento costaría más de 40.000 euros por persona al año, según los analistas del banco de inversión Cowen, y además se tendría que administrar cada mes por vía intravenosa, un procedimiento complejo que requiere infraestructuras y personal médico. El aducanumab es un anticuerpo monoclonal, una proteína defensiva humana que ha sido aislada de un anciano lúcido y multiplicada en el laboratorio. La molécula actúa sobre las beta amiloides, otras proteínas que se acumulan entre las células del cerebro y parecen estar asociadas a la pérdida de memoria y al deterioro cognitivo característicos del alzhéimer.

Los resultados del aducanumab, sin embargo, son muy confusos. La propia empresa propietaria del fármaco, la multinacional estadounidense Biogen, anunció el 21 de marzo de 2019 que suspendía su investigación tras obtener datos decepcionantes. Biogen se desplomó en bolsa un 30%. Sin embargo, siete meses después la compañía resucitó la molécula y pidió a la FDA una autorización para comercializarla, argumentando que había vuelto a analizar sus resultados. Esta semana el valor de la empresa se disparó un 40%, una subida de más de 14.000 millones de euros, ante la expectación por la posible aprobación del aducanumab. Las recomendaciones del grupo de expertos no son vinculantes, pero suelen ser determinantes. La FDA tendrá que tomar la decisión definitiva antes del 7 de marzo de 2021.

“No es muy ético ir publicando datos para subir en bolsa”, critica el bioquímico Jesús Ávila

“Los resultados de los ensayos clínicos no han sido ni mucho menos sobresalientes. De hecho, las variables clínicas duras, como la memoria a corto plazo o la fluidez verbal, no mejoran o lo hacen mínimamente, aunque haya algunas variables secundarias, basadas en biomarcadores, que sí parecen haber mejorado”, opina el bioquímico Miguel Medina, director científico adjunto del Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas, en Madrid. Medina recuerda que “el resto de inmunoterapias antiamiloide se han ido cayendo una detrás de otra en los últimos años en ensayos avanzados y muy costosos”. Nada ha funcionado contra el alzhéimer. El aducanumab sería el primer fármaco aprobado que atacaría las supuestas causas de la enfermedad.

Un equipo de científicos encabezado por el veterano neurólogo David Knopman, de la Clínica Mayo de Rochester (EE UU), publicó el pasado 1 de noviembre un análisis independiente de los resultados de Biogen. La empresa detuvo en 2019 sus dos ensayos clínicos del aducanumab en personas con alzhéimer, con unos 1.600 participantes cada uno. Uno de los experimentos sí ofreció datos positivos —una supuesta mejoría clínica del 23%, según los polémicos cálculos de la empresa—, pero el otro no mostró ningún efecto. El grupo de Knopman, como otros muchos expertos, sentencia que “no se ha demostrado que el aducanumab sea eficaz contra el alzhéimer” y pide que se lleve a cabo un tercer ensayo clínico. El propio Knopman fue uno de los investigadores que colaboraron en las pruebas de Biogen.

El aducanumab, además, provocó bastantes efectos adversos, como edemas cerebrales, sobre todo en los pacientes que recibieron dosis altas del fármaco. “Contrariamente a la esperanza de que el aducanumab ayudará a los pacientes con alzhéimer, la evidencia muestra que no ofrecerá mejoría a ninguno, dañará a algunos y consumirá enormes recursos”, alertó Knopman en un comentario enviado el 30 de octubre a la FDA. Ocho de los expertos independientes convocados este viernes por la agencia estadounidense han votado que ese único ensayo positivo no basta para demostrar la eficacia del aducanumab, otros dos han mostrado sus dudas y solo uno ha votado que sí es suficiente. El veredicto es demoledor para Biogen.

Algunas asociaciones de familiares de afectados, como la Alzheimer’s Association de EE UU, han rogado a la FDA que autorice el aducanumab, argumentando que es mejor tener un tratamiento de dudosa eficacia que nada. La Agencia Europea de Medicamentos también está revisando la solicitud de autorización de comercialización en la UE, según anunció Biogen hace una semana en un comunicado. El fármaco experimental, aseguró la empresa, tiene potencial para “aportar beneficios sobre la capacidad de los pacientes para realizar las actividades de la vida diaria, lo que incluye gestionar sus finanzas personales, realizar tareas domésticas como limpiar, comprar y lavar la ropa, y salir fuera de casa de forma independiente”.

El bioquímico Jesús Ávila, experto en alzhéimer del CSIC, también es escéptico con los resultados de Biogen y critica su opacidad. “No es muy ético ir publicando datos para subir en Bolsa. Los resultados hay que publicarlos en revistas científicas de impacto”, lamenta. “Además, una supuesta mejoría de alrededor del 20% frente al placebo, con tantas dudas, con un precio tan alto, no es para tirar cohetes. Yo diría: Sigan ustedes investigando, porque esta no es la solución para el alzhéimer”.

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