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De abogado privado a juez de la Suprema: Jean Pierre Matus enfrenta ante los diputados su acusación constitucional

El magistrado de la sala penal, que tuvo una breve miltancia en el Partido Socialista antes de entrar al Poder Judicial, enfrenta un juicio político: ha sido salpicado por el ‘caso Audios’ por sus chats con el penalista Luis Hermosilla

Jean Pierre Matus, juez de la Suprema Corte chilena.
Jean Pierre Matus, juez de la Suprema Corte chilena.Poder Judicial de Chile
Ana María Sanhueza

Jean Pierre Matus es uno de los dos ministros en ejercicio de la Corte Suprema chilena —junto a Sergio Muñoz— que enfrenta una acusación constitucional por notable abandono de deberes, mientras que el tercer libelo que se tramita es el de Ángela Vivanco, removida el jueves de su cargo por sus pares del máximo tribunal. Salpicado por el caso Audios, la trama política y judicial que golpea a Chile hace once meses y que tiene como protagonista principal al penalista Luis Hermosilla, el juez encara este martes el libelo ante la Cámara de Diputados. Entre los tres cargos que le imputan parlamentarios de la Democracia Cristiana (DC), formación de centro, y del oficialismo de izquierdas, es supuestamente mentir ante la opinión pública por haber entregado a la prensa distintas versiones sobre sus chats con Hermosilla.

Este lunes, sin embargo, la comisión revisora de la acusación rechazó la procedencia del libelo en contra de Matus por tres votos contra dos. Si bien no es una decisión vinculante para la votación en la Cámara, sí le da un respiro al magistrado de la sala penal, que llegó a la Suprema en 2021 en uno de los cupos para abogados externos a la carrera judicial. “Se ha logrado imponer un criterio de justicia material al ministro Matus, darle coherencia a los informes de los expertos constitucionalistas y se ha creído en la tesis nuestra de que aquí no se ha cometido un acto de abandono de deberes” señaló su defensa, el abogado Luciano Foullioux.

El caso Audios es una trama que ha salpicado a diversas figuras públicas del mapa del poder chileno: el mundo político, policial, empresarial, judicial, además de un fiscal y un exfiscal, hasta ahora. Sus conversaciones han aparecido por goteo durante meses en filtraciones, principalmente publicadas por el medio Ciper Chile, y han sido extraídas de los mensajes del teléfono móvil de Luis Hermosilla, que se encuentra incautado por el Ministerio Público desde noviembre de 2023. Hermosilla, desde fines de agosto en prisión preventiva, si bien ejercía en forma libre su profesión, también fue un importante asesor jurídico del Ministerio del Interior en los dos periodos en que fue encabezado por Andrés Chadwick durante las Administraciones del expresidente Sebastián Piñera (2010-2014, 2018-2022), de la derecha tradicional.

De las tres acusaciones constitucionales, dos están relacionadas con el caso Audios, la de Vivanco y la de Matus, pero el involucramiento de ambos es de distinto grado. Ángela Vivanco enfrenta dos libelos en el Congreso, y uno de ellos fue aprobado este lunes por una amplia mayoría de 131 votos en la Cámara. El jueves fue removida del Poder Judicial en votación unánime por el pleno de la Corte Suprema en base a varios cargos, entre ellos entregar información a Hermosilla sobre causas de su interés: consideraron que “no ha tenido un buen comportamiento en el ejercicio de sus funciones” y que “incurrió en un comportamiento que afecta los principios de independencia, probidad, integridad y transparencia” que rigen a la magistratura. Muñoz, en cambio, ha sido imputado por hechos —de 2022— que no tienen relación con el penalista. Los parlamentarios de Chile Vamos, conglomerado de la derecha tradicional, le imputan la posible entrega de información anticipada de un fallo sobre un proyecto inmobiliario en que su hija, Graciel Muñoz, tenía interés en adquirir dos departamentos, y por no haber alertado que durante la pandemia ella, quien es jueza de garantía, encabezó audiencias judiciales telemáticas desde Italia, es decir, fuera del territorio chileno.

El texto en contra de Matus, ingresado a la Cámara, tiene tres capítulos: faltar a la verdad (ante la opinión pública); inhabilidades legales y transgresión al principio de imparcialidad.

Exmilitante socialista y nombrado por Piñera

Jean Pierre Matus, de 57 años, llegó a la Corte Suprema durante la pandemia. Postuló para convertirse en juez en agosto de 2021, para llenar uno de los cinco cupos que existen en el máximo tribunal para abogados que no son de carrera judicial (también era el caso de Ángela Vivanco).

Fue seleccionado por el pleno de la Suprema de una quina y luego Piñera lo nominó como su candidato. Después el Senado lo ratificó por 30 votos a favor, cuatro en contra y tres abstenciones.

En una entrevista que concedió en noviembre de 2021, poco después de asumir como juez, dijo que concursó al cargo porque “toda persona que es abogado, académico, y sobre todo cuando está iniciando su carrera, le gustaría ser ministro de la Corte Suprema, porque es el lugar donde se puede hacer realidad lo que uno piensa. Se puede hacer derecho real con lo que uno piensa. Y no solo las proposiciones que uno hace cuando es profesor, interpreta la ley y escribe libros”.

También contó que decidió postular a la Suprema cuando “colegas que me tienen mucha estima y consideración como académico y abogado” se lo propusieron. “Yo estaba ejerciendo mi profesión, tranquilo. Justo se jubilaron dos ministros externos y era una ocasión particular”, agregó.

Jean Pierre Matus, en una imagen de archivo.
Jean Pierre Matus, en una imagen de archivo.Poder Judicial de Chile

Matus ha sido académico en varias universidades, y es magíster y doctor en derecho, especialista en el área penal. Años antes de convertirse en juez fue abogado integrante de la Corte Suprema —cargo que reemplaza a los jueces titulares— entre 2015 y 2019. Fue nombrado en ese cargo por la expresidenta socialista Michelle Bachelet (2006-2010, 2014-2018). Para asumir en ese puesto renunció a su breve militancia en el Partido Socialista (PS), en el que fichó durante un año, entre 2014 y 2015.

En su camino como abogado privado compartió estudio jurídico junto al exministro de Justicia de Bachelet Jaime Campos y al constitucionalista Francisco Zúñiga (PS). En 2019 fue contratado por el entonces comandante en jefe del Ejército, Ricardo Martínez, para impulsar un modelo de prevención de riesgos en esa institución.

En 1999, cuando su hermana, la periodista Alejandra Matus, publicó El libro negro de la justicia, la defendió ante en la querella por la ley de seguridad del Estado que interpuso en su contra el expresidente de la Corte Suprema, Servando Jordán. Se trata de una norma que fue derogada en 2001 y por el que varios periodistas chilenos fueron imputados por autoridades durante la dictadura militar.

Los mensajes con Hermosilla

La carrera en la Suprema de Jean Pierre Matus fue de bajo perfil hasta que su nombre fue mencionado en el caso Audios. Durante dos años fue parte de la sala constitucional, considerado el tribunal más influyente del Poder Judicial por el tipo de materias que trata, y que es presidida por Sergio Muñoz (Vivanco también era parte hasta su expulsión).

Mientras estuvo en la sala constitucional, Matus fue parte de los jueces que emitieron un fallo que provocó un terremoto en las isapres, las aseguradoras privadas de salud, cuando una sentencia las obligó devolver a sus afiliados cobros en exceso que habían realizado durante años. A fines de 2023 se cambió a la sala penal.

Luis Hermosilla
El abogado Luis Hermosilla. MARIO TELLEZ

Su nombre quedó en el foco público cuando Ciper divulgó que, como otros dos magistrados que han sido salpicados por el caso Audios, entre ellos Vivanco, había supuestamente pedido apoyo a Hermosilla para llegar a la Corte Suprema en el mismo periodo que el penalista era asesor del Ministerio del Interior. Matus lo ha negado insistentemente y ha dicho que en la época que postulaba envió mensajes a muchos de sus conocidos para que divulgaran sus antecedentes profesionales. Y ha sostenido que no tiene una amistad con Hermosilla, aunque sí lo conoció profesionalmente cuando ejercía como abogado.

Fue durante la audiencia en que la Fiscalía realizó la formalización de cargos en contra de Hermosilla a fines de agosto, que se supo que Matus, antes de ser ministro de la Suprema, había trabajado junto a Hermosilla a fines de 2019 en una parte de la defensa de Chadwick cuando fue acusado constitucionalmente por parlamentarios de la izquierda tras el estallido social de octubre de ese año. Esa revelación complejizó su situación, pues los diputados le imputan que no sumó ni al abogado ni al exministro del Interior de Piñera en su lista de inhabilidades como magistrado.

Sobre ese hecho, Jean Pierre Matus ha argumentado que esta asesoría fue parte de su trabajo como abogado privado, cuando todavía no era parte de la Corte Suprema. Y, en una entrevista con CNN de fines de agosto, declinó dar detalles del caso pues dijo que eso estaba dentro del secreto profesional.

En la víspera de que la Cámara analice el libelo, su defensa, Luciano Foullioux, sostuvo este lunes ante la comisión revisora de la acusación, que Matus nunca se reunió con Hermosilla “presencialmente” y que nunca tuvo una relación directa, sino que profesional (antes de ser juez), la que admitió desde un comienzo. Y agregó que “no ha mentido”, y que ha aclarado las conversaciones con el abogado.

Mientras este martes la Cámara de Diputados revisará la acusación en contra de Matus, el miércoles el Senado votará los libelos de Vivanco, ya removida del Poder Judicial y con una investigación penal de parte de la Fiscalía, y de Sergio Muñoz, que fueron visados por la Cámara la semana pasada. Será el mismo día que el Gobierno del presidente Gabriel Boric entregue su propuesta de modificación al sistema de nombramientos en el Poder Judicial, una reforma que ha sido empujada tras el escándalo del caso Audios y que está a cargo del ministro de Justicia, Luis Cordero.
















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Sobre la firma

Ana María Sanhueza
Es periodista de EL PAÍS en Chile, especializada en justicia y derechos humanos. Ha trabajado en los principales medios locales, entre ellos revista 'Qué Pasa', 'La Tercera' y 'The Clinic', donde fue editora. Es coautora del libro 'Spiniak y los demonios de la Plaza de Armas' y de 'Los archivos del cardenal', 1 y 2.
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